Parcelamiento de Buenos Aires (Garay 1580)
Buenos Aires comenzó a desarrollarse alrededor del casco histórico fundacional a partir de 1580, tras el fiasco de la fundada por Pedro de Mendoza en 1536, que solo duró cinco años, hasta 1541, cuando fue destruida por los nativos.
Juan de Garay,
acompañado de una pequeña avanzada –él su esposa y 63 componentes– fundó por segunda vez la ciudad de Buenos Aires (su expedición estaba integrada también por familias guaraníes).
El nuevo poblado estaba constituido por 250 manzanas rectangulares con la
típica distribución en damero, cubriendo la superficie delimitada por las
actuales calles Balcarce - 25 de Mayo hasta la avenida
Independencia, y por las calles Salta - Libertad hasta la avenida Córdoba.
A partir de allí comienza la repartición
de tierras en la pequeña ciudad, así como
también territorios inexplorados hacia el oeste, sur y norte, que se
convertirían en quintas y quintones de labranza y esparcimiento.
Etimológicamente la palabra “barrio”
proviene del árabe “barrí”, y significa afueras de la ciudad. A comienzos del siglo XIX, muchas de
esas zonas alejadas del centro eran chacras o quintas que paulatinamente se
fueron diferenciando por características propias de sus espacios, actividades y
población.
Los primeros barrios fueron surgiendo
alrededor de las iglesias, de las que tomaron sus apodos:
San Nicolás, Socorro, Concepción, Monserrat, La Piedad y la Catedral. Luego fueron modificando
sus límites y sus nombres a través de los años, a causa del aumento de la población,
y más tarde algunos barrios tomaron el apellido
de los terratenientes que acopiaban grandes hectáreas de tierra, como por ejemplo
Almagro y otros.
LA DIVISIÓN ACTUAL EN 15 COMUNAS
La cultura popular nos habla de “cien barrios porteños”, como el tango de
Sciammarella y Petit popularizado por Alberto Castillo, aunque la Ordenanza N°
23.698 del año 1972, estableció que son sólo cuarenta y siete los
barrios oficiales.
¿Cuáles son los barrios que reconocen los
vecinos? Hay algunos con distintas cronologías y
tradiciones, unos muy recientes, como Puerto Madero;
otros que son reconocidos por sus habitantes pero
que no existen en la nomenclatura, como “Once” o Abasto por ejemplo; otros con nombres nuevos o no tan nuevos. Por
ejemplo, en lo que hoy es Cabildo y Juramento estaba la posta de carretas que
salían por un camino para el interior y se la conocía como “Barrio de las
carretas”. Y había también un camino que unía la estación Belgrano con el
centro: era una diagonal que cruzaba por el que se llamaba “Barrio las
cañitas”, porque parece que allí habían crecido muchas cañas y que hoy es la
coqueta avenida Luis María Campos. Y también estaban el “Barrio del tambor”, el “Barrio Cafferatta” y el “Barrio del
mondongo”, que tampoco tuvieron el honor de figurar en los registros oficiales.
LA PLACITA GONZALEZ TUÑON DE YRIGOYEN Y 24 DE NOVIEMBRE
“A la sombra de los barrios amados”,
es una obra del poeta Raúl González Tuñón, que ilustra lo querido y querible de
los barrios por sus vecinos, que los aman soleados y con
sombra, plenos de espacios verdes, de casas
con jardines habitables en los que el sol penetre hasta sus patios.
El barrio se convierte así en el lugar
común de confluencia, en sus calles, plazas y parques, casas, oficinas,
templos, teatros, estaciones, hospitales, de una sustentabilidad apta para una
alta calidad de vida, en la que también incide el arbolado público como
elemento descontaminante, tanto visual como auditivo,
para el deleite y no para el martirio y sufrimiento de sus habitantes, lo que muchas veces tropieza con emplazamientos poco
aptos con aquella.
También son parte del barrio las
tradiciones, los poetas, los artistas y los
dramaturgos, que forjaron una identidad propia.
Un barrio, además
de una subdivisión de una ciudad o pueblo, suele
tener compatibilidad propia, donde sus habitantes cuentan con un sentido de
pertenencia. Un barrio puede haber nacido por una decisión administrativa de
las autoridades, por un desarrollo inmobiliario (por ejemplo, un barrio obrero
creado alrededor de una fábrica) o por el simple devenir.
En la última reforma de la Ley 1.777 de Comunas se establecieron quince, algunas agrupan
barrios de distintas identidades, lo que crea un problema, tanto de compatibilidad
como para definir un nombre común que la unifique.
El mencionado sentido de pertenencia y la
identidad propia de los habitantes de un barrio pueden generan un antagonismo
con aquéllos que pertenecen a otro, como los clubes de cada zona, por ejemplo, que
son vistos como grandes rivales, aunque no generan divisiones fundamentales.
En muchos países la noción de barrio se
asocia a las poblaciones carenciadas, con viviendas precarias, como sería lo
que en Argentina se conoce como villa miseria, en Brasil como favela o en
Uruguay como cantegril, por ejemplo.
En Argentina, la pertenencia a un barrio
es muy fuerte desde el punto de vista cultural;
es visto como un espacio de tradiciones y prácticas casi inamovibles, que logró
escapar al avance de la modernidad y de la globalización. Por eso, los vecinos
se manifiestan orgullosos de pertenecer a uno u otro barrio. Incluso, aquéllos
que logran éxito económico y se mudan de uno humilde
a otro con mayor nivel socioeconómico, suelen expresar su cariño hacia su
barrio de origen y nunca dejan de reconocerse como parte de él.
TUÑON NACIÓ EN UNA CASA DE SAAVEDRA Y MÉXICO
Los barrios suelen contar con clubes, centros
culturales, también llamados cívicos, donde se proponen diversas actividades
para los vecinos, generalmente a precios simbólicos o, muchas veces, en forma
gratuita; las más comunes son lecciones de idiomas, de canto, de artes
plásticas y de actuación, y suelen impartirse a grupos. Además, en los casos de
cursos artísticos es normal que se organicen muestras periódicas, para reunir a
todos los estudiantes y darles la oportunidad de mostrar a sus amigos y
familiares lo que han aprendido.
Según Aldo Rossi:
“el barrio es una unidad morfológica y estructural; está caracterizado por
cierto paisaje urbano y contenido social y una función propia donde un cambio
de cada uno de estos elementos es suficiente para fijar el límite del barrio”.
En síntesis, el barrio se constituye como
el refugio del sentido comunitario, el cual está condenado a debilitarse o
sencillamente desaparecer por la intensidad de la vida moderna y el proceso de
urbanización: el barrio es la última trinchera de resistencia de las relaciones
de proximidad y los valores ligados al arraigo, la identidad, la memoria y la
pertenencia, por lo que tienen fundamental importancia los proyectos colectivos
barriales, y la participación de los vecinos en las decisiones trascendentales que
cambien aquellos valores.
Las ferias barriales, salvando las
diferencias de tipo regional, son eventos de una riqueza muy particular, dado
que brindan a un gran número de personas de
distintas procedencias y profesiones la oportunidad de encontrarse e
intercambiar productos y cultura. Por lo general, se caracterizan por
centralizar un grupo de mercados ambulantes en una plaza o calle cerrada, donde
se venden productos alimenticios y artesanales, y se suelen ofrecer
espectáculos de música y baile.
Sin embargo, bajo el nombre de “Distrito
Joven” –marketinero si los hay– se está creando una máscara para seguir beneficiando a
los empresarios de todo tipo, de la noche y del día, gastronómicos,
inmobiliarios y más… para la explotación y privatización de nuestra Costanera,
norte y sur, en violación de la propia Constitución local y de las leyes
complementarias. La Ciudad Deportiva de Boca y
el predio del ex Rodizio son solo un ejemplo de
un centenar de ventas y concesiones de los terrenos más exclusivos.
Miguel Eugenio Germino
Fuentes:
-http://www.bifurcaciones.cl/2013/03/el-concepto-de-barrio-y-el-problema-de-su-delimitacion/
-https://observatoriociudad.org/el-gcba-adjudica-una-nueva-concesi%C3%B3n-en-la-costanera-norte-actual-rodizio/
-https://surdelsur.com/es/segunda-fundacion-de-buenos-aires/
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