domingo, 31 de agosto de 2025

EL ABASTO UNA IDENTIDAD PROPIA

                                                      Café O’rondeman de Humahuaca y Agüero


“EL ABASTO” COMO IDENTIDAD PROPIA

SU ENTORNO, SUS BOLICHES…


“El Abasto” es una amplia zona que toma parte de los barrios de Balvanera, Almagro y Palermo, y que, aunque no es oficialmente un barrio, compone una identidad propia. No solo albergó en su seno a nuestro Carlos Gardel, sino también a otras figuras como “El pibe del Abasto” Roberto Rufino, Luca Prodan y Aníbal Troilo, entre muchos otros artistas, poetas y escritores que lo merodeaban.

En el Abasto, nació también Primera Página, el periódico del barrio, en septiembre de 1993, en el desaparecido Bar América, de la esquina NE de Billinghurst y Corrientes.

Al naciente Mercado de Abasto, allá por 1893 se trasladaron decenas de puesteros, tras la demolición del “Mercado Modelo”, que se encontraba frente a la Plaza Lorea, para dar lugar a la Av. de Mayo.


                   Jesús y Laudino en la puerta del Café roma tras 70 años de atenderlo

De las agrestes calles de tierra del nuevo lugar, surge un conglomerado comercial constituido hacia 1889 por el Mercado Devoto, un pequeño aglutinado de puestos al aire libre y las mismas carretas y carros fueron el marco inicial de las primeras transacciones frutihortícolas en el lugar.

Pronto florecerán en la zona fondas y cantinas, como el antiguo y desaparecido bar O’Rondemann, de la esquina SO de Humahuaca y Agüero, de la familia Traverso (hoy demolido), al que Gardel era asiduo concurrente y de donde emergió su fama de cantor.

También otros boliches, como: El Internacional, de Costa Hnos., en el 3177 de Lavalle; el Café La Cueva de Carlos Martigoni, en Anchorena 531; el Café El Universal de César Menotti, en el 535 de la misma Anchorena, con su plato preferido: riñoncitos de cordero a la plancha; el Café Cervantes, de Eduardo Rodríguez López, se ubicaba en Agüero 512; Los diez billares, se levantaba en Corrientes 3126, lindante con el Cine-Teatro Excelsior de Andrés Cánepa, adonde los puesteros del Abasto concurrían en pijama, contrariando los empeños de Cánepa por jerarquizar su teatro. El Café Los Pajaritos, de Podestá, de la esquina SO de Anchorena y Lavalle, fue demolido cuando se construyó el primer mercado.


               interior del Café “El Universal” del Abasto en tiempos de Gardel


Los hermanos Landoni tenían su Café El Torino en Anchorena 541, y el Café El Chacarero, de Buzetta y Cía. se encontraba en Agüero 540, a pocos metros del Bar Los 7 Hermanos, que quedaba al 520 de la misma calle. Por otra parte, el Café Nipones, propiedad de Kodama, se levantaba en Corrientes 3156, lindero al Cine-Teatro Soleil de Méndez Hnos., en el que se lucieron grandes actores de la colectividad judía y donde Gardel cantó el 14 de junio de 1933, festejando el cumpleaños de su madre.


                           Café - Bar El Banderín de Billinghurst y Guardia Vieja


A esos se agregan otros posteriores como El Chantacuatro, de la Cortada Gardel y Agüero, el Bar Roma de Jesús y Laudino, en San Luis 3600, y el café El Banderín de Guardia Vieja 3100.

En el Abasto nació una especie de jerga lunfa, mezcla de varios idiomas: italiano, idish, acentos y giros criollos, y del que no faltó el griego, mechado con expresiones marginales traídas por el entonces desconocido joven Aristóteles Onassis, humilde dependiente de un bar céntrico, que vivía en los altos de la afamada Farmacia de Santiago Canale (esquina SO de Anchorena y Corrientes).


                                         CAFÉ EL BANDERÍN:  INTERIOR

Tampoco faltaban fruterías, chancherías, panaderías, vinerías, carnicerías, almacenes, maduraderos de bananas, garitos y prostíbulos, en un entorno que teñía toda la zona. Por las noches concurrían payadores como D’Amato, Espíndola, Gabino Ezeiza, y bailarines de la talla de Benito Bianquet “El Cachafaz”, que tenía su academia de baile en el Teatro Olimpo de la avenida Pueyrredón. El truco, la taba y la riña de gallos, eran los clásicos entretenimientos que se mezclaban con el canto, el baile y hasta los retos, que algunas veces terminaban en muertes.

No eran ajenos al lugar, guapos de renombre como Juan El Cartero, El Pardo Langanay, el Zurdo Porta, Maceta, El Noy, y tantos más. Samuel Eichelbaum (1894-1967), inspirará en ellos su obra Un guapo del 900, llevada al cine por Leopoldo Torre Nilsson (1924-1978).

Al alumbrar el siglo XX, surgió en el Abasto “la quiniela” en la cigarrería de José Betronila, de Corrientes y Anchorena, quien debió agrandar el negocio y hasta instalar una sucursal en el vecino Café Universal, tanto fue el éxito obtenido. También florecieron los comités de los caudillos conservadores del Partido Autonomista, como el de Benito Villanueva y Pedro Cernadas, de Anchorena 666 y Corrientes 3181, en ese orden.

En Agüero 566 se ubicó el casi olvidado Club El Porvenir del Plata, en el que Carlos Gardel jugó al fútbol allá por 1912, y El Abasto Boxing Club, donde Luis Ángel Firpo protagonizó sus primeras contiendas.

Al Abasto llegaban baqueanos de los alrededores de la ciudad, arreando sus ovejas, borregos y hasta pavos, en una venta que no podía ser más que directa, llegaban a carnear el animal en el fondo o patio de algún inquilinato. Arribaban a su vez chacareros con productos frescos de su propia elaboración como manteca grumosa, manufacturada con leche batida que vendían en panes, envueltos con lienzos blancos.

La película Mercado de Abasto, de Lucas Demare, con Tita Merello y Pepe Arias, muestra una parte de la pintura de la época del segundo edificio del Mercado, inaugurado en 1934, ambientada en el período de su producción, es decir, en la década de 1950, que refleja la vida cotidiana y las dinámicas sociales dentro de este emblemático mercado.

Al mercado no le faltaba nada, al que llegaban tanto el ferrocarril como el Subte B, en su primer y segundo subsuelo respectivamente.

Junto al febril dinamismo del mercado, florecieron infinitas actividades. Fue una caja de resonancia y un polo de atracción comercial que perduró hasta su cierre en 1984.

No podía faltar el peregrinaje por la zona del escritor Jorge Luis Borges, de la mano de un “guapo” como El Noy, a quien posiblemente tomó como fuente de inspiración de su lucida poesía, que plasmará en el recuerdo en su milonga Jacinto Chiclana, que escribió en 1965, a la que le puso música Astor Piazzola.


“Me acuerdo, fue en Balvanera

en una noche lejana

que alguien dejó caer el nombre

de un tal Jacinto Chiclana…”


Miguel Eugenio Germino


Fuentes:

- Berjman, Sonia y Fiszlew José, El Abasto, un barrio y un mercado, Corregidor, 1984.

- Llanes, Ricardo M., “El barrio de Almagro”, Cuadernos de Buenos Aires, 1968.

- Taullard, Alfredo, Los planos más antiguos de Buenos Aires, Peuser, 1921.

- Zatti, Rodolfo Omar, Gardel en el Abasto, Corregidor, 2005.

 http://es.wikipedia.org/wiki/Mercado_de_Abasto_de_Buenos_Aires




 

No hay comentarios: