domingo, 1 de septiembre de 2019

LA BILIOTECA DEL PARQUE DE LA ESTACIÓN


La biblioteca del Parque de la Estación

El Parque de la Estación despliega su veta

cultural


EL CUERPO PRINCIPAL DE LA BIBLIOTECA


El 14 de junio pasado fue una jornada trascendente para los barrios de Almagro y Balvanera, ya que se inauguró el Parque de la Estación, el tan ansiado y anhelado proyecto por el cual los vecinos lucharon durante 19 años. Ese día se habilitó para el uso barrial el gran galpón de 210 metros de largo por 17 de ancho, perfectamente reacondicionado como sector cultural, educativo, deportivo y de memoria de las Comunas 3 y 5, y el área de parque hacia la calle Anchorena. Dentro del galpón se encuentran la biblioteca, el vivero y el salón de usos múltiples. Otras dependencias se irán incorporando paulatinamente.
Cuando los vecinos dialogaron con el gobierno porteño acerca de las características que debía tener el Parque de la Estación, propiciaron que no se tratara de un mero espacio verde sino que fuera una iniciativa integral que tuviera una veta cultural y educativa. Por ello solicitaron que se instalara una biblioteca. Ese espacio pertenece a la Dirección General del Libro, Bibliotecas y Promoción de la Lectura que a su vez depende del Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.


EL ESPACIO PARA LOS MAS PEQUEÑOS



Apenas traspasamos la puerta vidriada de la biblioteca del Parque de la Estación, percibimos que es un lugar muy agradable y acogedor. Realmente dan ganas de quedarse y sumergirse en la lectura. Sus amplias aberturas vidriadas le otorgan gran luminosidad. De un lado se aprecia el espacio verde y del otro, el paso del tren. Hay pequeñas mesas individuales, muy delicadas, y mesas largas, algunas con computadoras. Una frase de la escritora cordobesa María Teresa Andruetto, grabada a lo ancho de la pared del fondo, marca el espíritu del espacio: “Leemos en nuestra necesidad de ensimismarnos, pero también porque buscamos intensa, desesperadamente, comunicarnos”. Otra escritora, la entrañable inglesa Virginia Woolf, nos brinda un mensaje inspirador, escrito en forma más pequeña en otro sector, al lado del espacio infantil: “No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente”. Dos visiones de encumbradas representantes del mundo literario que dan para pensar.
La biblioteca, que abarca 700 metros cuadrados, consta de 6.000 volúmenes, distribuidos en cuatro anaqueles: Ciencias, Humanidades, Artes y Literatura. Para las próximas semanas se espera la incorporación de 2.000 volúmenes más. El contenido es variado, es una biblioteca que está muy bien provista. Hay muchos libros infantiles y juveniles, que tienen gran demanda. Predomina la literatura argentina y latinoamericana. Hay libros de historia, cine, filosofía, psicología, comunicación, gramática, diccionarios importantes, una colección de dramaturgia editada por Proteatro.



OTRO ASPECTO DE LA BIBLIOTECA



“Esta biblioteca fue pensada como una biblioteca del siglo XXI, como lugar de encuentro. Es un espacio de socialización, de integración, por las características del barrio, el cual tenía muchos problemas de robos, de inseguridad. Los vecinos querían que fuera un espacio de integración, un lugar amable para el barrio. Es un barrio que tiene muchas corrientes migratorias; la idea era que fuera un lugar de encuentro, de participación, que la gente esté cómoda en este lugar. Por eso es una biblioteca abierta: la gente puede tomar los libros de los anaqueles y leerlos acá. Si se los quiere llevar tiene que hacerse socio, para lo cual debe traer el documento y la factura de un servicio para certificar su dirección. Puede llevarse tres libros por el lapso de 15 días”, señala Andrea Santapaola, coordinadora de la biblioteca. Hasta el momento la biblioteca tiene 350 socios, hay cerca de 1.000 libros circulando en el barrio.
La biblioteca cuenta con un espacio infantil: una colorida y vistosa plaza seca con juegos y libros. También hay una sala de exposiciones. A fines de julio se estaba desarrollando una muestra llamada Literatura y videojuegos, que vinculaba los videojuegos con los relatos clásicos de la literatura. “A los chicos les encanta porque es un espacio retro. Ellos viajan al pasado y ven con qué jueguitos electrónicos jugaban sus padres”, comenta Santapaola. Asimismo, hay narradores teatrales para los niños. En el lugar está, además, la sala de producción, que sirve para varios propósitos. Allí pueden reunirse los vecinos, los chicos de las escuelas secundarias pueden realizar sus tareas, se arman grupos de estudio.
Las actividades que se desarrollan en la biblioteca son múltiples. Hay encuentros con escritores, muy concurridos, donde participan mucho los vecinos, así como talleres de narrativa y presentaciones de libros. Las escuelas del barrio realizan una visita guiada, momento que se aprovecha para asociar a los alumnos, si bien muchos ya son socios porque concurren a la biblioteca los fines de semana con sus padres. Los docentes están acompañados por narradores, lo cual hace la visita más amena para los chicos.
“A la biblioteca asisten muchos vecinos del barrio, que están muy comprometidos con este espacio, colaboran mucho, incluso donan ejemplares de sus propias bibliotecas. También viene gente de otros barrios, algunos investigadores. La biblioteca es cada vez más concurrida. Estamos muy contentos con el barrio, con los vecinos, con quienes nos llevamos muy bien. El futuro es muy auspicioso. Estamos encantados con este lugar. Recibimos muchos elogios de parte de los que concurren”, afirma satisfecha la coordinadora de la biblioteca.
La biblioteca del Parque de la Estación abre de lunes a domingo de 10 a 20 horas.

Laura Brosio





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