GARDEL Y EL “PENDENTIF” DE DOÑA BERTA
El centenario de una joya
Tomando en mano el comentario publicado en el
diario La Nación, por el
periodista Hugo Beccacece, acerca del libro “Los años dorados (1880-1939)”,
de Alberto Dodero y Philippe Cross, nos introducimos en la dorada belle époque, cuando para
referirse a la opulenta riqueza de un individuo, se decía “Il est riche
comme un argentin” (¡Es rico como un
argentino!).
El mencionado libro da cuenta, entre otros
pormenores, como los integrantes de nuestra “alta
sociedad”, alternaban en París con lo más
granado de la nobleza y de la burguesía mundial.
Ya ubicados en el tiempo, pasamos a relatar lo dicho, en cuanto a que en esa
época, los vendedores de las joyerías de Place Vendôme
y de las casas de alta costura, conocían de memoria los nombres de los clientes
llegados de una pródiga Buenos Aires.
Los argentinos tallábamos para
entonces, en la Ciudad Luz.
DOÑA BERTA LA MADRE DE GARDEL
Fue en ese tiempo en que llegó a España Carlos Gardel, que luego pasó a Toulouse y por lo expresado en el libro “Los años dorados …”, también anduvo por París, donde actuaban algunas de sus viejas amistades (año 1924) y se movían varios habitúes de las noches porteñas, que él ya conocía de Buenos Aires.
Los principales puntos del comercio de lujosas alhajas y relojes eran los locales de Cartier y Van Cleef, joyería donde Carlos se hizo diseñar el pendentif de ónix y brillantes, que sirve de copete a esta nota y que no era precisamente una prenda de poco valor.
Las personas que supieron de tal encargue, pensaron que la joya tendría como destinataria a alguna de las aventuras femeninas de Carlos, pero ¡oh… sorpresa!, la receptora de esa valiosa gema, sería su madre biológica, Marie Berthe Gardes, a quien él adoraba entrañablemente.
Hoy, como prueba irrefutable de esta verdad, podemos exhibir la imagen del mencionado pendentif de brillantes, a la vez que la fotografía de doña Berta, luciendo el lujoso regalo de su querido hijo.
Han
pasado cien años de ese suceso, claro
revelador de afectos e identidades recíprocas entre madre e hijo.
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Como
cierre de esta nota, y estando ya transcurriendo el mes de diciembre, no quiero dejar de recordar que el 11 de
este mes se festeja el Día Nacional del Tango, creado y propuesto por Ben Molar, por ser el día del
nacimiento de Carlos Gardel (1890) y de Julio De Caro (1899).
Héctor Rebasti
Gardeliano
hectorrebasti@gmail.com
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