sábado, 30 de noviembre de 2024

GARDEL Y EL "PENDENTIF" DE DOÑA BERTA


                         EL CENTENARIO DE UNA JOYA


GARDEL Y EL “PENDENTIF” DE DOÑA BERTA

El centenario de una joya

 

Tomando en mano el comentario publicado en el diario La Nación, por el periodista Hugo Beccacece, acerca del libro “Los años dorados (1880-1939)”, de Alberto Dodero y Philippe Cross, nos introducimos en la dorada belle époque, cuando para referirse a la opulenta riqueza de un individuo, se decía “Il est riche comme un argentin” (¡Es rico como un argentino!).
El mencionado libro da cuenta, entre otros pormenores, como los integrantes de nuestra “alta sociedad”, alternaban en París con lo más granado de la nobleza y de la burguesía mundial.
Ya ubicados en el tiempo, pasamos a relatar lo dicho, en cuanto a que en esa época, los vendedores de las joyerías de Place Vendôme y de las casas de alta costura, conocían de memoria los nombres de los clientes llegados de una pródiga Buenos Aires.
Los argentinos tallábamos para entonces, en la Ciudad Luz.


                       DOÑA BERTA LA MADRE DE GARDEL

Fue en ese tiempo en que llegó a España Carlos Gardel, que luego pasó a Toulouse y por lo expresado en el libro “Los años dorados …”, también anduvo por París, donde actuaban algunas de sus viejas amistades (año 1924) y se movían varios habitúes de las noches porteñas, que él ya conocía de Buenos Aires.
Los principales puntos del comercio de lujosas alhajas y relojes eran los locales de Cartier y Van Cleef, joyería donde Carlos se hizo diseñar el pendentif de ónix y brillantes, que sirve de copete a esta nota y que no era precisamente una prenda de poco valor.
Las personas que supieron de tal encargue, pensaron que la joya tendría como destinataria a alguna de las aventuras femeninas de Carlos, pero ¡oh… sorpresa!, la receptora de esa valiosa gema, sería su madre biológica, Marie Berthe Gardes, a quien él adoraba entrañablemente.
Hoy, como prueba irrefutable de esta verdad, podemos exhibir la imagen del mencionado pendentif de brillantes, a la vez que la fotografía de doña Berta, luciendo el lujoso regalo de su querido hijo.

Han pasado cien años de ese suceso, claro revelador de afectos e identidades recíprocas entre madre e hijo.

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Como cierre de esta nota, y estando ya transcurriendo el mes de diciembre, no quiero dejar de recordar que el 11 de este mes se festeja el Día Nacional del Tango, creado y propuesto por Ben Molar, por ser el día del nacimiento de Carlos Gardel (1890) y de Julio De Caro (1899).

 

Héctor Rebasti

Gardeliano

hectorrebasti@gmail.com




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