EL PASAJE EN 1926
LA CORTADA CARLOS GARDEL
El Abasto conserva
mucha historia, cuenta con lo que fue el Mercado, hoy convertido en shopping, cuenta con la Casa Museo Carlos Gardel y
cuenta también con una cortada, del mismo
nombre.
Primitivamente ésta
cortada era la continuación de la calle Guardia Vieja, hasta que por Ordenanza
Nº 18.252 de la Municipalidad de la Ciudad de
Buenos Aires del año 1961, se designó con el nombre de Carlos Gardel al tramo
de la calle Guardia Vieja, entre las calles Jean Jaurès y Tomás de Anchorena. Cortada
en su extensión por el Mercado de Abasto (actualmente shopping),
los apenas 100 metros que llevan el nombre del máximo cantor, resultan prácticamente un pasaje.
EL CHANTA CUATRO CERRADO Y ABANDONADO
El Mercado duró
93 años, entre 1891 y 1984. El 14 de octubre cerró para siempre el símbolo
porteño, sinónimo de tango, Carlos Gardel y mucha tradición más.
La idea de los
vecinos era mantener este pasaje como patrimonio cultural de una zona que,
trasladado el Mercado, se mantuviera como una muestra de la historia de la zona
–que se fue trasformando sin dejar
huellas de su rico pasado–, y devolverle el espíritu tanguero a la zona de la
ciudad donde creció Gardel. De todos modos, vecinos y fuerzas vivas continúan
movilizados por mantener vivo el legado del Pasaje Carlos Gardel. No sólo como
alegoría del pasado, sino como acción política en la defensa de la identidad,
del Abasto.
Decía Borges:
"Nacidos como consecuencia de errores de cálculo en los diferentes
trazados urbanísticos que le dieron forma a la Capital Federal, estas
pintorescas callecitas inconclusas rompen con belleza la simetría de las
manzanas y son verdaderos remansos de serenidad en medio del vértigo ciudadano.
Y si bien los nombres de muchos de ellos son muy conocidos, casi todos
permanecen ocultos, esperando ser descubiertos por caminantes que quieren
adentrarse en los ángulos inexplorados de la ciudad o turistas no tradicionales
que buscan mucho más que tango, asado y fotos del Obelisco”.
El avance del
boom inmobiliario amenaza la preservación del patrimonio cultural y
arquitectónico del Abasto.
El antiguo
boliche Chanta Cuatro
de la esquina de Anchorena, en el que Carlos Gardel solía reunirse con sus amigos
a cenar y cantar hasta el amanecer, y la Casa Pantano,
fueron dos de los principales motivadores del pasaje, que hoy se completan con
el primer monumento a Gardel en toda la ciudad. Al
primero lo reciclaron para convertirlo en un restaurante de lujo, para
turistas, que traían con combis contratadas; el
establecimiento había sido fundado en 1893 por Luis Sanguineti y tenía una
emblemática cancha de bochas, de donde sale el nombre,
ya que la expresión "Chanta Cuatro" proviene del juego
de bochas, en el cual el objetivo es arrimar la mayor cantidad de bochas a una
especial denominada bochín. Puede ocurrir que un jugador logre poner 3 bochas
cerca del "bochín" y su adversario coloque una en mejor posición. Al
primer jugador le queda una bocha y la posibilidad de ganar el tanto. ¿Cómo? Sacando de un bochazo la pelota adversaria y
"clavando" en su lugar la bocha lanzada que queda "chanta", ganando cuatro puntos y haciendo "chanta cuatro". Los
trabajadores y compradores podían jugar, comer, escuchar música en vivo y pasar
la noche allí.
La “Casa Pantano”,
de Carlos Gardel 3151, llamada así por el apellido de su primitivo dueño
y hoy
heredada por Estela Pantano Macello, no escapa a las generales del plan macabro
de destierro de los primitivos habitantes, respetando su fachada, pero durante el juicio, un grupo inversor compró la casa
con los vecinos adentro a un precio irrisorio. El objetivo es levantar otro
edificio más en una zona que se categoriza y aumenta su valor en
forma sistemática. El edificio de Carlos Gardel 3151 era el único original de
los que quedan en la cortada más emblemática del barrio, devenida en el Paseo
del Tango. Por este motivo cuenta con una protección por su valor histórico
denominada estructural, que impediría su demolición,
aún parcial, para generar cualquier
emprendimiento.
Existió en la
cortada una institución relevante de atención psicológica, "El Bancadero",
al lado de un club de jubilados, y fue morada de muchos viejos feriantes del
mercado.
Hacia el 2014, nuevas estatuas y luminarias fueron poblando
la cortada, también algunos restaurantes y las esculturas de Goyeneche,
Piazzolla y Pichuco. Se eligieron a las figuras
que iban a integrar el Paseo del Tango sobre la cortada, pero desgraciadamente
tuvieron escasa duración debido a las vandalizaciones, por lo que tampoco
prosperó el Paseo del Tango.
Hoy la cortada Carlos Gardel
está, pero no cumple la función que los vecinos esperaban. Revertir la historia no es posible, pero sí acondicionar el lugar para que sea lo menos
disruptivo posible, que se frenen las
construcciones en altura en la misma y que se recupere algo de lo tanto de
historia que encerraba aquella callejuela, que
guarda un nombre caro a los sentimientos de los vecinos.
Miguel Eugenio Germino
Fuentes:
- Berjman, Sonia y Fiszlew José, El Abasto, un
barrio y un mercado, Corregidor, 1984.
- Periódico Primera Página números diversos.
- https://buenosaires.gob.ar/areas/cultura/cpphc/sitios/detalle.php?id=50
- https://primerapagina93.blogspot.com/2012/10/carlos-gardel.html
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