domingo, 1 de abril de 2018

2 DE ABRIL DE 1982 LA REIVINDICACIÓN DE MALVINAS

LAS MALVINAS FUERON, SON Y SERÁN ARGENTINAS




En homenaje a los caídos y ex-combatientes en la lucha armada de 1982.
"Mientras esperamos que el diálogo florezca, seguiremos viendo nuestras Malvinas desde el vuelo de los pájaros.

Por decisión criminal de Galtieri y Margaret Thatcher, los argentinos lloramos a nuestros héroes muertos en Malvinas.
Hoy agregamos otro dolor: las aves empetroladas por la exploración ilegal de los británicos y los delfines destrozados en cada maniobra militar de Gran Bretaña en nuestras islas."

Extraído del artículo: Malvinas, a vuelo de pájaro

Por Jorge Giles Publicado en Miradas al Sur Domingo 22 de enero de 2012




La hermanita perdida




De la mañana a la noche,
de la noche a la mañana,
en grandes olas azules
y encajes de espuma blanca,
te va llegando el saludo
permanente de la Patria.

Ay, hermanita perdida.
Hermanita, vuelve a casa.


Amarillentos papeles
te pintan con otra laya.
Pero son veinte millones
que te llamamos: hermana ...
Sobre las aguas australes
planean gaviotas blancas.
Dura piedra enternecida
por la sagrada esperanza.

Malvinas, tierra cautiva,
de un rubio tiempo pirata.
Patagonia te suspira.
Toda la Pampa te llama.
Seguirán las mil banderas
del mar, azules y blancas,
pero queremos ver una
sobre tus piedras, clavada.
Para llenarte de criollos.
Para curtirte la cara
hasta que logres el gesto
tradicional de la Patria.

Las Malvinas

DE JOSÉ PEDRONI

Tiene las alas salpicadas de islotes.
Es nuestra bella del mar.
La patria la contempla desde la costa madre
con un dolor que no se va.
Tiene las alas llenas de lunares.
Lobo roquero es su guardián.
La patria la contempla. Es un ángel sin sueño
la patria junto al mar.
Tiene el pecho de ave sobre la onda helada.
Ave caída es su igual.
El agua se levanta entre sus alas.
Quiere y no puede volar.
El pingüino la vela. La gaviota le trae
cartas de libertad.
Ella tiene los ojos en sus canales fríos.
Ella está triste de esperar.
Como a mujer robada le quitaron el nombre;
lo arrojaron al mar.
Le dieron otro para que olvidara
que ella no sabe pronunciar.
El viento es suyo; el horizonte es suyo.
Sola, no quiere más.
Sabe que un día volverá su hombre
con la bandera y el cantar.
Cautiva está y callada. Ella es la prisionera
que no pide ni da.
Su correo de amor es el ave que emigra.
La nieve que cae es su reloj de sal.
Hasta que el barco patrio no ancle entre sus alas,
ella se llama Soledad.
1953





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