Europa ya no es una casa segura
Ahora
el pacifismo es un grato recuerdo. Tanto Alemania, como el resto de los países
que componen la OTAN, comenzaron a
incrementar sus presupuestos de Defensa en cifras millonarias. El gasto militar
se destina tanto para defensa propia, como para apoyar a Ucrania. Si bien
Estados Unidos es el principal soporte de los ucranianos, la debilidad del presidente
Biden, pone interrogantes sobre la magnitud y la persistencia de los fondos que
sostienen el esfuerzo bélico.
Como
compensación ante tantas malas noticias, los europeos tienen un punto positivo:
lograron unificar una posición política y militar conjunta frente a lo que
consideran una amenaza proveniente desde Rusia. Alemania consiguió el respaldo
de sus socios europeos para conformar una fuerza de intervención militar rápida
para casos de emergencia.
La
OTAN, que parecía un organismo obsoleto, logró resurgir de su letargo y los
países que están afuera quieren quedar bajo su paraguas. Nadie quiere estar a la intemperie en un mundo que se empieza ordenar bajo una bipolaridad
establecida por Estados Unidos y China, con
altas probabilidades de que cualquier choque de intereses termine en una escalada bélica.
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