EDITORIAL (AL Nº 280 OCTUBRE 2018)
Macri ha recurrido a la ayuda
del Fondo Monetario Internacional
(FMI), pero de momento no ha insuflado confianza en la
economía.
El país perdió absolutamente
su independencia, el FMI maneja la economía y Rosencrantz –un hombre del monopolio “Clarín”, que entró por la ventana– maneja la Corte Suprema y Clarín lo hace con la
información en un contexto de justicia corrompida.
La gran crisis por la que
atraviesa el gobierno –cuando
cumplió ya sus 1.000 días– es
atribuida a ciertos fenómenos atmosféricos “tormentosos”, a factores externos,
sin buscar la paja en el ojo propio, “siempre
la culpa es del otro”, así emprende Macri un cambio de gabinete del que
quedaron desplazados del centro de la periferia Lopetegui y Quintana, parte de
su “otro yo” que completaban la trilogía trágica para el país, junto con Peña,
que queda un tanto devaluado.
Aquí aparece la gran maniobra “gatopardista” (del
leopardo jaspeado), del clásico italiano de la familia de Don Fabrizio, en los
años 1860-1910, con el ocaso de la aristocracia tras la reunificación italiana,
del que emerge la luego famosa frase universal de “cambiar
para que todo quede igual”, haciendo de la mentira sistemática una forma
de comunicación.
Aparece en escena Pablo Avelluto, convertido en humorista siniestro con amplia tendencia en las
redes sociales, con su máxima: “Macri sin Marcos Peña es como pensar
a Tom sin
Jerry”, que
insensatamente dio con el martillo en el clavo, aunque no aclaró a quién considera
Tom y a quién Jerry en esta
tragicomedia que se vive hoy.
Lejos de verse
la lucecita al final del túnel, subsiste la oscuridad de un rumbo desbocado de
una política económica que rifó en pocos meses lo conquistado dos veces en las
urnas con el jueguito de “la herencia recibida”,
para caer en las garras del FMI, continuar con el monólogo y el endeudamiento sin límites del que deberán
hacerse cargo los choznos de la actual generación.
Se pretende
resolver la crisis eliminando ministerios, como el de Trabajo y el de Salud (ya deslucidos), para desentenderse de lo social, cargándole todo al eslabón más débil y
sensible de la cadena social, los trabajadores y los jubilados sometidos al
ajuste del macri-pichettismo, que terminó con la actualización jubilatoria. Se achica el
salario frente al dólar, como elemento de ajustazo infernal.
También se
pretende terminar con la educación aunque no hayan desmantelado este ministerio. Hoy no quedan dudas de que el
principal operador económico del país es el FMI, quedando Dujovne al reducido papel de “chirolita” en lo poco que le
resta de ministro. Grecia es el vivo retrato de una realidad frustrante, y la
amenaza cierta de cesación de pagos, hoy traducida a la palabrita foránea default (incumplimiento - cesación de pagos), que muy bien conocen los argentinos memoriosos que
vivieron y sufrieron la crisis del 2001. Otros argentinos perduran en la ceguera
de la ignorancia política, y así perjudicaron con su voto ignorante a los demás.
“Ay, los ciegos viven sin ver cuándo sale el sol”, al decir del poeta Nicolás Guillén, porque “me matan si no trabajo y si trabajo me
matan, siempre me matan, me matan, siempre me matan…”.
Mientras, se
perfilan los proyectos del Código Penal, en el orden
nacional y del de Faltas en el orden local, penalizándolo todo, desde el trapito
hasta el músico callejero, entretanto los muertos continúan poniéndolos los pobres, tres en pocos
días: Ismael Ramírez (el pibe
baleado de Roque S. Peña, Chaco); Fabián Tomasi (intoxicado con glifosato en Santa Fe) y Andrés Vieira (limpiador de vidrios en Balvanera). Además el caso de la
maestra secuestrada y torturada en Moreno, Corina de Bonis, sumado a los presos
políticos –a lo Bonadío, ¡una burla de juez!– presagian un futuro más represivo, como único medio de
contener la protesta social y la pobreza. Ya lo había adelantado Macri al asumir
prometiendo “pobreza
cero”, ahora se ve cómo pretende alcanzarla, asesinando pobres y
encarcelando opositores.
Y una última: Lilita es el vocero encubierto
(de otro juego perverso), es el último recurso desesperado de un Macri
absolutamente incompetente que ya no sabe qué hacer, y que para no perjudicar
más al pueblo, debiera dar un paso al costado adelantando las elecciones, como
ya lo piensan millones.
¡¡¡A no temer argentinos!!! Porque el mundo continúa más allá de
Macri y del FMI, como lo deja traslucir el
norteamericano Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, que para nada está
sospechado de kirchnerismo, ni de nada que se le parezca. Amén.
Hasta la próxima
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