martes, 2 de octubre de 2018

EL PASAJE LAREDO


ALMAGRO TIENE SU HISTORIA

El Pasaje Laredo
Díaz Vélez 3850 con salida por Medrano 107

LAC ENTRADA POR D. VÉLEZ 3850


Hacer un paseo por los innumerables pasajes que tiene Buenos Aires es una manera de mezclarse en su historia, una historia que se une a las ya casi extinguidas antiguas quintas, con sus árboles frutales, sus tierras de cultivo de mediados del siglo XIX antes de nacer la zona rural, donde también proliferaban las fábricas de ladrillos perdidas en una llanura en estado natural, fueron éstos los sitios fundacionales y de formación de los barrios porteños, tal como los conocemos hoy.
 También incidió en el ensanchamiento de la pequeña ciudad original, la epidemia de fiebre amarilla de 1871, cuando las clases altas abandonan el sur para dirigirse al norte y al oeste, huyendo del contagio, iniciándose todo un proceso de densificación urbana.
La ciudad llegó a contar con 577 pasajes y cortadas, aunque muchos con el paso del tiempo fueron modificados, cerrados, divididos, convertidos en edificios particulares o simplemente borrados del damero porteño.
Según la definición del Diccionario de la Real Academia Española, un pasaje es un sitio o lugar donde se pasa, un paso público entre dos calles.

SALIDA POR MEDRANO 107

Un pasaje siempre es planificado, producto de un emprendimiento particular o de una empresa; en cambio, una cortada es espontánea, es el resultado de una traza antigua que se debe a distintas situaciones, como puede ser un arroyo, una parada de carretas o los límites de antiguas quintas. También, como una ampliación, los pasajes contribuyeron a solucionar el problema habitacional, con la posibilidad de densificar en horizontal la clásica manzana.
 Sin embargo el imaginario colectivo porteño le adiciona al de pasaje o cortada, un significativo sensible que se asocia con leyendas e intimidades propias del aquellos sitios silenciosos, bohemios, con un aire autóctono o un estilo europeo, estas arterias constituyen un espacio de paz y sosiego además de una identidad en una ciudad de Buenos Aires atribulada por el ruido, aparecen como pequeños mundos que cobijan fábulas que imprimen ritmos de otros tiempos. En los pasajes y cortadas la historia pareciera transcurrir más lentamente.

SALIDA ACTUAL LUEGO DE LA REMODELACIÓN DE LA PLAZOLETA

Empero existen asimismo algunas curiosidades o rarezas en algunos de ellos, que los hace únicos en su género, como por ejemplo el Pasaje Laredo, un profundo, largo y angosto tajo que nace en la avenida Díaz Vélez 3850, sobre la acera sur, para llegar hasta las vías del ferrocarril Sarmiento donde hace un giro de 90 grados, para mediante un estrecho cornizón terminar en la avenida Medrano señalado con el nº 107.
A ambos lados se alinean negocios y viviendas particulares, la veredita impar la ocupa en su totalidad la antigua fábrica de hilos de coser y bordar “Giuntoli” fundada en 1938, que tiene también salidas directas sobre la Díaz Vélez 3842, y sobre Salguero 142.
En sus orígenes era un pasaje público, el peatón podía ingresar de un lado y salir libremente del otro, cosa que con el tiempo fue prácticamente dividido en dos, en ambos extremos clausurados por portones enrejados que lo convierte en un pasaje particular. La razón fue la inseguridad que se fue apropiando del habitante de la ciudad obligándolo a tomar recaudos restrictivos.
El pasaje pasa casi inadvertido para el transeúnte un tanto desprevenido y para ojos poco atentos. Sobre Díaz Vélez sólo se ve una modesta calzada que apenas permite el ingreso de un coche, con dos estrechísimas veredas de apenas 60 cm. que escasamente permiten transitar a una sola persona.
Se alinean en su recorrido par una decena de viviendas que llevan el nº del 100 al 200, de algunas de las cuales asoman importantes enredaderas que contrastan con la vereda impar convertida en la larga fábrica de hilos.
 Un detalle interesante son los faroles colocados en la parte alta de la pared este, cuya herrería pone una nota diferente a la monotonía general que predomina.
Hoy, con la construcción de una plazoleta seca y la rectificación de la calle Bartolomé Mitre, la parte del pasaje que da a Medrano cambió de aspecto, visualizando las escasas viviendas que conservan la numeración de la calle Bartolomé Mitre. Otra rareza ya que esta calle tendría dos veredas paralelas separadas por el ferrocarril.

OTRO ASPECTO DE LA ENTRADA AL PASAJE POR MEDRANO

En el nº 3885 se encuentra el edificio donde funcionó el semanario irlandés “The Southern Cross” (La Cruz del Sur), un taller artesanal en el que se mezclaban vetustas minervas con antiguas linotipos, todo en un caótico desorden, según relatan conocedores del semanario.
Esta parte de la calleja se encuentra precariamente embaldosada, se aprieta entre los muros de las casas y las mallas del tejido de alambre que da al barranco del ferrocarril, también en estado precario. Como este brazo angosto lleva la nomenclatura de la paralela Bartolomé Mitre, se podría creer que no es parte del raro Pasaje Laredo, cosa que es cuestión de interpretación, creándose mayor confusión ya que el pasaje reviste carácter “no oficial” y lleva la ubicación catastral de Sección 17 Retícula 152.
Se ignora el origen de su nombre Pedro Laredo, aventurándose varias hipótesis sobre que se trataría de algún personaje del barrio o seguramente del dueño de los antiguos terrenos que dieron vida al pasaje.
En el sector paralelo a las vías del ferrocarril, tuvo una importante permanencia una organización denominada “Arte sin Techo”, en la que profesionales de varias disciplinas trabajaron en un Programa para personas en situación de calle, usando el arte y la asistencia a los Talleres como una forma en la que los vecinos más vulnerables se insertaran desde las redes culturales, laborales y productivas. Allí funcionaron espacios terapéuticos en los que se realizaron: entrevistas de admisión, tratamientos psicológicos individuales, terapias grupales y espacios de capacitación y enseñanza de un oficio como Talleres de Carpintería, de la mano de sus iniciadores: Felicitas Luisi (presidenta) y Jorge Pietra (director artístico) de la asociación.
En seis años, esta ONG contribuyó a la reinserción social y laboral de más de 300 personas. Todo comenzó en 2003 con un proyecto dedicado a transformar algunas paredes porteñas atacadas por capas y capas de propagandas políticas en murales, ofreciendo talleres artísticos, recuperando el sentido del cooperativismo y preparando muestras junto a reconocidos artistas. Algunos artistas sin techo se animaron a una pequeña fábrica de bastidores, atriles y estampados. Y como siempre, trabajaron en pos de aquel objetivo esencial: ser “una forma de salir adelante, un lugar de pertenencia y una compañía para los que tienen el deseo de una vida más plena”.
A partir de la restructuración del sector sobre Medrano y Bartolomé Mitre todo cambió en la zona, con la “modernización” de aquel espacio, la rectificación de la "S" original de la calle Bartolomé Mitre, pretendiendo incorporar espacios verdes, para ello se utilizaron 18 toneladas de vigas de hierro, más varias toneladas de cemento en la construcción de una costosísima plaza seca (más de 100 millones de pesos), en un área de 2.700 m2 de los que solo escasos 380 pretenden ser “verdes”. La plazoleta consta de bellos juegos infantiles, pero incorpora desniveles y escalinatas de incómodo acceso para ancianos y discapacitados.
Por lo pronto desaparece la entrada al Pasaje Laredo en el nº 107 de Medrano, accediéndose ahora por un estrecho y peligroso pasadizo bajo el nivel de la plazoleta.
 El lugar perdió el encanto histórico de su estrecha callejuela sur, donde el pasto brotaba espontáneamente, sobre el cercado que daba al ferrocarril y hacía trepidar el suelo y el silencio, que vibrará a su compás, interrumpiendo al menos por un momento el letargo donde el tiempo parecía haberse detenido, para convertirse en una vidriera amarilla más de las obras a las que el Gobierno de la Ciudad tiene acostumbrados a sus habitantes, claro está siempre con los fondos de los impuestos de los vecinos.
Sobre la entrada al pasaje en la avenida Díaz Vélez, una baldosa colocada por “Barrios por la Memoria y la Justicia” recuerda: “Aquí vivió Hugo Oriando Miedan, militante popular detenido desaparecido por el terrorismo de Estado - 18/2/1977”.

Miguel Eugenio Germino

Fuentes:
--Balbachan, Eduardo L., Los ignorados pasajes de Bs. As., Alonso Editor, 1983.
--Tenenbaum, León, La Prensa, Sección ilustrada, 12/11/1972.







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