jueves, 2 de mayo de 2019

EL CONVENTILLO CULTURAL DEL ABASTO


EL CONVENTILLO CULTURAL ABASTO


Una propuesta gastronómica y cultural que enaltece la zona del Abasto



Para beneplácito de los vecinos, cada vez hay más propuestas gastronómicas y culturales interesantes y disfrutables en la zona del Abasto. Una de ellas es el Conventillo Cultural Abasto, ubicado en Anchorena 575, a apenas 100 metros de la Avenida Corrientes, frente al shopping. El Conventillo es un proyecto independiente dedicado al arte y la cultura que funciona en una enorme casona antigua de casi 500 m². La premisa principal que anima a sus impulsores es generar un espacio para que el arte pueda desarrollarse, fomentarse y auto sustentarse.
En el lugar se ofrecen obras de teatro independiente, una agenda semanal de ciclos de música, exposiciones, presentaciones de libros, clases regulares de diferentes actividades y se alquilan salas para ensayo. Además, el Conventillo dispone de bar, restaurant, estudio de fotografía y de grabación. La casona que consta de planta baja y primer piso cuenta con un salón grande para eventos con capacidad para 150 personas con el correspondiente equipamiento técnico, cinco salas para clases y ensayos todas con espejo, barras, audio, piso de madera, excelente iluminación, patio y terraza.
Una particularidad del Conventillo es que parte de su infraestructura y mobiliario fue ideada y construida por sus propios dueños en base al reciclado de materiales. Esto puede observarse en las mesas de madera del bar y en las pizarras del restaurant con el listado de comidas y bebidas. En el caso de estas últimas eran persianas antiguas que fueron arregladas y pintadas. Queda muy original y combina con las características de la casona. Asimismo, el patio, donde funciona el bar, está decorado por un bonito y colorido mural de cerámica realizado con la técnica del mosaiquismo compuesto por una forma ondeada y tres carteles que rezan: “Extrañarte”, “Sueños”, “Amor”. Esta obra de arte le da un toque de alegría y distinción al lugar.



Dialogamos con Evelyn Bareille Hösel, propietaria del Conventillo, quien nos comentó cómo surgió el emprendimiento en 2013: “Con el socio que tenía antes veníamos a la casa a tomar clases de tango porque acá funcionaba la escuela del bailarín y coreógrafo Carlos Copello. El lugar iba a cerrar porque no podían cubrir los gastos. Nos daba pena que cerrara. Entonces nos pusimos a investigar y se nos ocurrió armar este proyecto. En ese momento éramos seis socios: tres bailarinas, un fotógrafo, una diseñadora de vestuario y otra chica que era fotógrafa y programadora; nos conocíamos de diferentes ámbitos. Con el tiempo mis socios se fueron yendo y desde el año pasado quedé yo con mi familia mis padres y mi hermana a cargo del Conventillo”. Bareille Hösel es bailarina y da clases de danza clásica y contemporánea en el lugar.
También se dictan talleres de tango, folclore, salsa, teatro, percusión y fotografía. A la noche hay ciclos musicales cuatro veces por semana. Todos los domingos está la jam de blues brindada por el grupo Blues en movimiento. Dos miércoles al mes hay una práctica de tango: primero se da la clase y luego se realiza la práctica. En abril comenzó una movida de blues más acústica que se mezcla con otros géneros como el country, el soul y el jazz. En tanto, los viernes y sábados hay ciclos que son fijos y otros que van cambiando. Asimismo, se llevan a cabo jams de danza con músicos en vivo: danza tribal y contact improvisation, que son técnicas de danza contemporánea. En la programación se planea sumar obras de teatro y un ciclo de poesía que se desarrollará una vez al mes.
Las salas disponibles no sólo se alquilan para ensayar y dar clases sino que también hay grupos que las utilizan para reunirse y brindar charlas, por ejemplo los veganos, quienes profesan el amor libre y agrupaciones LGBT (lesbiana, gay, bisexual y transgénero).
El promedio de edad de los asistentes ronda los 25-40 años. Muchos son de la zona; los habitués recomiendan el lugar y van trayendo a su gente en una suerte de boca a boca. En cuanto a la rentabilidad del emprendimiento en estos tiempos de crisis económica, la propietaria señala: “Siempre es difícil administrar estos espacios porque tienen mucho de autogestión. Además, es un espacio enorme, hay que estar todo el tiempo. Para nosotros es importante no tener precios altos, tener un precio al que la gente pueda acceder pero tampoco quedarnos tan abajo porque tenemos un gasto fijo alto que tenemos que cubrir”. Quienes deseen hacer una obra de teatro deben presentar un proyecto donde conste de qué trata la obra, cuánto dura, qué necesitan técnicamente para ver si el lugar lo tiene, si es funcional para ellos. En el caso de la música, no pueden actuar bandas punk ni de heavy metal porque el espacio no está preparado para tanto ruido. Por esa misma razón, los recitales se cortan a las 0.30 horas. “Los artistas que quieran exponer sus cuadros deben contactarse con la página del Conventillo, que la manejamos nosotros directamente. Dependiendo de la idea que tengan y lo que podamos ofrecerles, se arma algo. Lo que más nos gusta a nosotros es que se dé, no ponerle palos en la rueda. Es mejor encontrarle la vuelta, que nos sirva a todos y se pueda hacer”, afirma Bareille Hösel. El Conventillo abre de lunes a domingos, incluso los feriados, a las 10 de la mañana y, si no hay espectáculos a la noche, cierra a las 22. En tanto, si los hay, puede permanecer abierto hasta las 2 o 3 de la madrugada.

                                            Laura Brosio






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