“La economía moderna es dirigida. O la dirige el Estado o la dirigen los poderes económicos. Estamos en un mundo económicamente organizado por medidas políticas, y el que no organiza su economía políticamente es una víctima.”
Arturo Jauretche
El mes de marzo alumbra
con un tema trascendental y fundamental, a tratar por el Parlamento nacional, se trata nada menos que aprobar o rechazar el acuerdo al que llegó
el gobierno con el Fondo Monetario Internacional, respecto al
endeudamiento tomado en forma directa –sin pasar por el Congreso– de 57 mil
millones de dólares, de los que hoy deben responder todos los habitantes.
La polémica radica en el Fondo –santo de escasa devoción de muchos, muchos, de una gran mayoría–, porque ya se conocen
los condicionamientos de un organismo de triste pasado y peor
presente, aunque hoy aparezca ataviado con piel de cordero, pero con garras de
oso.
El pueblo argentino se
vio obligado a elegir entre dos males, la renegociación o el default, dos males a cual peor.
Ya muchos tomaron
partido, por uno u otro camino, la mayoría –según las encuestas–
por la
primera, aunque implique además de condicionamientos anti soberanos, un “ajuste” –que aunque no se reconozca–, ya se está operando en el país, y como se sabe los ajustes los pagan los
sectores más humildes de la sociedad.
Lo pagan por aumento de servicios,
tarifas y el desfasaje entre salarios y precios;
el “ajuste” se está operando y continuará, y para colmo el país estará
monitoreado por decenas de funcionarios del FMI, instalados aquí como una especie de gobierno paralelo, que
emitirá dictámenes trimestrales. ¿Qué ocurrirá si hay medidas fuera del agrado
del organismo? En los próximos meses el pueblo lo sabrá y lo padecerá.
De todas formas, no quedaba otra que elegir “el mal menor”, aunque a
la larga se sabrá cuál era el mal peor.
Algunos sectores
minoritarios de la izquierda y de la propia izquierda del gobierno no acuerdan
con la negociación, llama poderosamente la atención el apoyo de sectores mayoritarios
de la oposición, aquellos que fueron los responsables de un préstamo ilegal,
reconocido por el propio organismo.
Esa deuda ilegal, la deberían pagar –en forma personal– los funcionarios que la
contrajeron, tal como lo expresamos en nuestro
editorial anterior y lo ratificamos en éste, y
para ello se debería recurrir a la justicia y las
cortes internacionales, aunque tanto unas como otras, están también limitadas a presiones hegemónicas.
Sin embargo, ¡vale el
intento!, nadie elige sin resistir el suicidio inducido y allí estará la salida
futura.
Hoy elegimos refinanciar
la deuda, mañana no sabemos lo que pueda ocurrir, todo dependerá del crecimiento
del país y de la superación de la actual crisis, de las mayores exportaciones,
y también de las inversiones que aparecen en el horizonte con los acuerdos con
Rusia y China, y –sobre todo– de integrarnos en una América unida, la “Patria grande” que soñaron San Martín, Bolívar y Artigas, desde
la CELAC y bajo la histórica consigna del año 2005:
el “No al Alca”.
No hay recetas mágicas,
pero sí hay atajos valederos cuando se tiene conciencia y fortaleza de defender
la soberanía nacional y el presupuesto de los que menos poder de defensa tienen
ante las adversidades.
Sin embargo: “Ignoran que la multitud no odia,
odian las minorías, porque conquistar derechos provoca alegría, mientras perder
privilegios provoca rencor.”
Arturo Jauretche
Los de “ajuera” están esperando –como las hienas– a quién devorar, aunque aquel al
que devoren sea ya un cuerpo en descomposición.
¡La historia marcará el resultado!
Hasta la Próxima
NOTA DE ÚLTIMO MOMENTO ATENTO A LA SITUACIÓN ACTUAL INTERNACIONAL
DADO QUE LA REVITA FUE ENVIADA A LA ROTATIVA EL 25 DE FEBRERO NO PUDO ENTRAR EN LA VERSIÓN IMPRESA EL SIGUENTE INFORME URGENTE:
UN CONFLICTO NO DESEADO POR NADIE
Como primera y primordial aclaración es de dejar muy en claro NUESTRA OPOSICIÓN A TODA GUERRA, LAS GUERRAS NUNCA FUERON LA FORMA ADECUADA DE RESOLVER CONFLICTOS, TANTO FRONTERIZOS COMO POLÍTICOS.
Sin embargo hay que escarbar en lo más profundo de la memoria los muchos hechos que se fueron produciendo en los últimos 30 años, tras la DISOLUCIÓN DE LA UNIÓN SOVIÉTICA.
En aquel momento 25 de diciembre de 1991 (hace 31 años), marcó un nuevo hito trascendente en la historia, desaparecía un mundo socialista que desde sus inicios había marcado durante 74 años un cambio trascendental en la historia mundial y la preeminencia de una clase –la trabajadora—sometida a condiciones laborales de explotación, desprotección y horarios desmedidos.
En aquel momento existían dos bloques internacionales la OTAN (nacida en 1949 con EEUU como fuerza hegemónica) y el PACTO DE VARSOVIA el 14 de mayo de 1955, (seis años después), con Rusia como fuerza hegemónica. (Prestar atención a las fechas, que son fundamentales para luego analizar).
Al disolverse el campo socialista y el Pacto de Varsovia, por lógica debería haberse disuelto la OTAN, cosa que no ocurrió, por el contrario, desde entonces la OTAN creció, incorporando a 15 países de la ex órbita socialista, rodeando a una Rusia, debilitada y mancillada, la que se fue recuperando desde la asunción de Putin al gobierno, creciendo geométricamente como potencia económica y militar.
Rusia rodeada por la OTAN
La OTAN, además de alinear países y condicionarlos, es un enorme emporio para la venta de armas, (principal negocio de la época y opio para los pueblos)
Simultáneamente aparece en el escenario China, una punzante potencia que le viene disputando la supremacía a los EEUU, que por el contrario pierde fuerza y prestigio, por sus constantes desaciertos.
Los EEUU, nunca admitió su entrada en decadencia y continúa con su arrogancia. En los últimos 30 años perdió peso, y desató una serie de guerras, e invasiones –sin contar las anteriores a los años ’90--, que fueron muchísimas, especialmente las sufridas en Latinoamérica.
En ésta etapa comienza con la invasión a Afganistán, a finales del 2001, como la del Golfo, (1990/1991), la guerra de los Balcanes, que pulverizó la poderosa Yugoslavia de Tito, en seis pequeños países.
La guerra de Irak fue un conflicto bélico que comenzó el jueves 20 de marzo de 2003 cuando una coalición de varios países encabezados por Estados Unidos lo invadieron.
La historia de Ucrania, nace hace más de dos mil años, comienza en el año 882 con el establecimiento de la Rus de Kiev, que estuvo habitada por diversas tribus de eslavos orientales, principalmente por los rutenos, fue fue parte del imperio de los zares, luego de la URSS, e independiente, recién en el año 2014, por el llamado Protocolo de Minsk, alcanzado entre Rusia y Ucrania, que tenía el objetivo de poner fin al conflicto entre separatistas pro rusos y combatientes ucranianos que estalló ese año en el este de Ucrania, ésta no lo cumplió y produjo 14.000 muertos de origen ruso en aquella zona.
En épocas de la segunda Guerra mundial estos grupos fascistas les abrieron el camino a los ejércitos nazis para invadir la URSS, hoy son el principal sostén de Volodímir Zelenski, un cómico de la TV, devenido a presidente golpista, que gobernó por decreto todos éstos años.
Repetimos, que para entender ésta guerra debe tenerse un conocimiento histórico de los acontecimientos de por lo menos los últimos 30 años, y no opinar desde el coro de medios hegemónicos de Argentina que repiten a coro el relato de los EEUU y la OTAN, tal como lo hizo Larreta, tomando partido, e iluminando el obelisco con la bandera de Ucrania.
Insistimos en que la “Memoria” activa es la que debe primar antes de opinar y o tomar partido por uno de los bandos, es la Unidad latinoamericana, desde la CELAC, dentro de la “Patria Grande” unida Latinoamericana, (la soñada por San Martin y Bolívar), la que en conjunto debe decidir en un posicionamiento común, siempre priorizando “LA NEGOCIACIÓN ANTES QUE LA GUERRA”
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27.02.2022
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