“EL RELOJ DE
BALVANERA” TIENE SU HISTORIA
El tango Haragán, escrito en 1928 por Manuel Romero y Luis Bayón Herrera, cargado de lunfardo y de
nostalgias, marcó la realidad de una época:
“La pucha que sos reo
Y enemigo de yugarla
La esquema se te
frunce
Si tenés que laburarla
Del orre batallón
Vos sos el capitán
Vos crees que naciste
Pa' ser un sultán
Te gusta meditarla
Panza arriba en la
catrera
Y oír las campanadas
Del relo' de
Balvanera
Salí de tu letargo
Ganate tu pan
Si no yo te largo
Sos muy haragán!”
La
letra hace referencia al reloj colocado en la torre del templo de Nuestra Señora de
Balvanera, que le dio nombre al barrio. Era el viejo reloj que funcionó en el Cabildo de Buenos
Aires y que fuera transferido a esta ubicación
tras haberse adquirido uno nuevo para la histórica institución.
Este templo inauguró “La parroquia de Balvanera”
que fue fundada en 1833 durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas. Su primer sacerdote fue Mariano Medrano Cabrera.
Hacia 1839 Rosas confió al arquitecto José Santos Sartorio la
construcción de un nuevo templo, el cual fue completado en 1842 y Antonio
Picarel estuvo a cargo de su construcción.
Su estilo barroco acotado posee dos torres, campanario y reloj,
frontispicio de 3 arcos de columnas corintias y atrio. El interior de tres
naves, con iluminación natural por óculos, en las laterales; techo de cañón
corrido con pinturas al fresco e importante bóveda de la cúpula con ventanales
con vitraux.
Vale recordar que la imagen de esta
virgen (de Balbanera –con
la segunda B larga–),
llega a nuestras costas junto a dos misioneros franciscanos, Damián Pérez y
Juan Domínguez, procedentes de Logroño, que levantarán un hospedaje para los
pasajeros de dicha misión que estuvieran de paso para las provincias del
interior.
En el año 1799, González Varela –apodado
“el Miserere”, por su bonhomía– (propietario
de una amplia quinta y pulpería, con esquina en las hoy Rivadavia y Azcuénaga)
dona una parcela de 140 varas de frente por 70 de fondo, en la hoy esquina NO
de Azcuénaga y Bartolomé Mitre. Allí, los misioneros instalarán un hospicio,
tal como se denominaban entonces los hospedajes, donde levantan una
capilla y entronizan a la virgen de su devoción.
Aquella capilla cubriría entonces las necesidades religiosas de
la escasa población de la zona de sólo unos 3.500 vecinos, y perduraría hasta
la edificación de la actual Iglesia de Balvanera en el año 1833.
HISTORIA Y MISTERIOS DE LOS RELOJES DEL CABILDO
Ese Cabildo, que tanto dibujáramos en la escuela en los dorados
años de nuestra infancia, era en realidad una institución que tenía funciones
administrativas, municipales, judiciales y de policía (era también cárcel). La
palabra “Cabildo” viene del latín “Capitulum” que significa “a la
cabeza” de una región o ciudad. Nuestro Cabildo estaba a la cabeza del Virreinato del Río de la Plata, y como todos los cabildos
de importancia, tenía una gran torre. Se dice que el Cabildo como institución, proviene de
los moros, quienes estuvieron dominando España durante
muchos años.
Según la
historia, el primer edificio público de Buenos
Aires en tener un reloj en su frente fue el Cabildo. En octubre de 1763 fue adquirido en Cádiz (España)
un reloj para instalar en la torre del edificio, que con sus campanadas se
destacaría en la tranquila ciudad. Fue comprado
de contrabando (lo que abundaba entonces) y su
vendedor tardó años en cobrarlo (paradoja del sitio donde se impartía justicia). Se “costeó con el producto de la venta de 100 cueros
remitidos a Cádiz”.
Las campanas
del Cabildo podían sonar 48 veces en 24 horas convocando a reunión, lo que, sumado al sonido de cuartos, medias y horas,
seguramente alteraban el bucólico paisaje, hasta que en 1770 el gobernador
Bucarelli ordenó que dejasen de sonar. En febrero de 1779 ocurrió un suceso
casi fantástico, cuando en una tormenta la torre del edificio fue alcanzada por
un rayo; según versiones, este tocó directamente
la frase "Casa de Justicia", borrando la sílaba Jus, y los mecanismos
del reloj quedaron seriamente dañados.
Desde ese
rayo el reloj comenzó a sufrir recurrentes averías debido a su antigüedad.
Hacia 1860, es reemplazado por uno nuevo venido de Europa, para lo cual hubo
que modificar la torre; comenzando a funcionar el 17 de septiembre de 1861, en horas de la tarde.
Algunas
consideraciones del contrato con la empresa proveedora
"Thwaites & Reed", fabricantes para el gobierno inglés, especificaban: “Sus 3 cuadrantes de 2 metros
de diámetro..., se ubicarían mirando hacia el Norte, Sur y Este" y “se
iluminaría a gas”, para poder ser visible de noche. Debería ser de “8 días de
cuerda”, sin detenerse al suministrar la misma.
Mientras tanto, el viejo reloj español pasó a la iglesia de “Nuestra Señora de Balvanera”,
permaneciendo allí de 1860 a 1883; después, al ser colocado uno nuevo, se pierde su rastro. En 1884 se aprueba una ley para iniciar la construcción
de la Avenida de Mayo, y se mutila al Cabildo: sacándole 3 arcos para que pase
dicha avenida, y se demuele la torre porque al estar asimétrico el edificio
había peligro de derrumbe. Entonces, se saca el
reloj inglés y se lo coloca en una de las torres de la Iglesia de San Ignacio, donde se lo puede ver actualmente, aunque con solo dos cuadrantes, el norte y el este
(por entonces el que poseía había desaparecido no se sabe desde ni cuándo).
En 1933 se declara
al Cabildo monumento nacional, y se le encarga
al arquitecto Mario Buschiazzo remodelar el edificio para dejarlo parecido al
original. Cuando una nueva obra intenta devolverle al Cabildo su imagen
inicial, se reconstruye la torre colocándose un reloj similar al antiguo
español, pero con mecanismo eléctrico; la restauración completa finaliza el 12
de octubre de 1940.
Miguel
Eugenio Germino
Fuentes:
- Luqui Lagleizer, Julio A., “Iglesias de la
Ciudad de la Trinidad”, Cuadernos de Buenos Aires, Bs. As., 1981.
- Pereyra Lahitte Carlos T., Boletín nº 9 del
Instituto de Estudios Históricos de Buenos Aires, año 1984.
- Periódico Primera Página, nº 19 de mayo de 1995,
nº 37 de diciembre de 1996, nº 42 de junio de 1997, nº 95 de abril de 2002 y nº
99 de agosto de 2002.
- Revista Buenos Aires nos cuenta, nº 8, abril de
1988.
- https://elarcondelahistoria.com/trajinada-historia-del-reloj-del-cabildo-251794/
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