viernes, 31 de marzo de 2017

"LA COOP" - LIBRERÍA DE BULNES 640



“LA COOP” LIBRERÍA DE BULNES 640

La autogestión como medio para expandir los horizontes de la literatura



Almagro acaba de sumar una “joyita” más a su fuerte impronta cultural. Se trata de La Coop Librería el proyecto de una cooperativa integrada por quince editoriales independientes que se inauguró en diciembre en Bulnes 640. Su fachada de un rojo estridente ilumina toda la cuadra. Apenas se entra, se percibe un ambiente amigable, acogedor. Es un lugar bello y armonioso, en el cual resalta un cuidado estético peculiar. Algunos títulos despiertan enorme curiosidad como Lennon, el führer de los incapaces, de Marysabel Sánchez Bouttó y Rimbaud en la CGT, de Julián Axat.
La Coop se constituyó a fines de 2014. El gran impulsor de la idea fue el editor de Alto Pogo, Marcos Almada. El objetivo central del movimiento fue darle mayor visibilidad a las editoriales independientes. “Nos empezamos a juntar en eventos, charlas, lecturas. Veíamos que todos teníamos las mismas dificultades: la distribución en las librerías, poder llegar a ferias del interior y del exterior, la impresión; todo eso es muy difícil para una editorial chica. Entonces se nos ocurrió unirnos para ver si en conjunto podíamos resolver estos problemas. Por ejemplo, conseguir una imprenta que trabajara con todos a un precio mejor”, señala la escritora Paula Brecciaroli, editora en Editorial Conejos. Además de las editoriales mencionadas, integran la cooperativa, entre otras, Audisea, Años luz, Paisanita, Santos Locos y Evaristo. La mayoría surgió después de 2010. En promedio, cada sello publica cinco libros con una tirada de 300 ejemplares por año.
La actividad que desarrolla la organización es puramente vocacional, se hace por amor a la literatura, no deja rédito económico alguno, lo cual agiganta la nobleza del emprendimiento. Poco a poco, estas editoriales van ocupando espacios más notorios, ya que algunas de sus publicaciones van alcanzando repercusión como La Reserva Nacional Pushkin, de Sergéi Dovlátov (Años luz), por citar una de tantas. Asimismo, algunos escritores reconocidos están comenzando a publicar en estos sellos, como Leonardo Oyola, quien lanzará próximamente su nuevo libro de cuentos por Evaristo. Las editoriales de La Coop realizan un trabajo mancomunado con otras editoriales independientes tanto de Argentina como del exterior. Hay una relación de solidaridad y amistad entre ellas.






Una de las características de estas editoriales es su excesivo celo y rigurosidad en la conformación del catálogo. Puede ocurrir que se seleccione un libro después de haber leído 400. El parámetro para elegirlo es estrictamente la calidad y no el aspecto comercial. En un verdadero trabajo artesanal, estos sellos están constantemente “a la pesca” de autores nuevos, lo que abre las puertas a toda una nueva poesía y narrativa que no llega a las grandes editoriales. Estas empiezan a tomar autores que ya fueron probados en el ámbito independiente. “Para nosotros cada libro es una perlita que nos costó mucho hacer, que quisimos con toda el alma que esté en el mercado, que se consiga, que pueda llegar a los lectores; cuidamos mucho cada libro. Nosotros hacemos un acompañamiento del libro desde que sale en adelante, para siempre. Acompañamos a los autores, tratamos de que vayan a lecturas, ferias. Trabajamos mucho en la prensa y difusión, vamos abriendo caminos de hormiga. Por una cuestión de volumen, las editoriales grandes no pueden hacer todo ese trabajo”, explica Brecciaroli.
Entre los autores emergentes promovidos por estas editoriales alternativas se destacan Alejandra Zina, Natalia Rozemblum, Cristian Godoy, Gabriela Luzzi, Walter Lezcano, Esteban Castromán. Además de su propio catálogo y el de otras editoriales independientes, en su local, La Coop ofrece varios clásicos y libros rescatados del mercado que no pueden faltar en ninguna librería por la trascendencia del autor o del tema.
Los impulsores de la librería no la conciben como un mero expendedor de libros, frío y distante como las grandes cadenas sino que buscan que se constituya en un lugar de encuentro, con atención personalizada y donde se vaya creando un vínculo fraternal entre el librero y el lector. De hecho, el local es atendido por los mismos editores. “Los lectores llegan sin conocer la mayoría de los libros, uno va recomendando y la gente va viendo que hay muchísimos, no tiene ni idea de la cantidad de material nuevo que hay. Es fascinante cuando alguien descubre a un autor. A veces uno va a una librería y el empleado está para despachar y nada más. En cambio, nuestra librera sabe muchísimo, recuperamos de alguna manera la tradición del librero, que es un amigo, que va conociendo al comprador y le puede recomendar un libro de acuerdo a sus gustos”, se entusiasma la editora. En esa misma línea, con frecuencia se organizan junto a Espacio Moebius, una librería vecina presentaciones de libros, charlas, se invita a escritores e ilustradores para que dialoguen con los lectores o, incluso, “trabajen” de libreros por un rato, todo acompañado por sabrosos tragos.
En cuanto a los próximos pasos de la organización, La Coop volverá a estar en la Feria del Libro este año; ya estuvo en 2016 en una experiencia que Brecciaroli califica de “hermosa, una fiesta de veinte días”.

                                                                         Laura Brosio 






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