domingo, 28 de junio de 2020

EL PASAJE SAN CARLOS DE ALMAGRO


 UNA ANTIGUA HISTORIA POCO CONOCIDA


Rezaba un anuncio inmobiliario de hace unos años:
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           Vista panorámica del histórico pasaje


Este escueto anuncio oculta a uno de los pasajes más antiguos del damero porteño, el pasaje San Carlos, también llevaba ese nombre la calle Don Bosco y el templo que se erigió en la manzana contigua, consagrado a San Carlos Borromeo, donde los sacerdotes salesianos además instalaron la primera Escuela de Artes y Oficios para niños.
Además se llamó “Villa de San Carlos”, hacia 1871, a la antigua zona de quintas al suroeste de Castro Barros y Rivadavia. Allí se formó la Sociedad Progresista de la Villa de San Carlos, que recibió una donación de Martín Estebarena, y éstos serían los orígenes del primitivo templo terminado hacia 1876. Esta denominación muy empleada hasta los primeros años del siglo XX, se fue perdiendo luego del Centenario, hasta desaparecer de la nomenclatura urbana.
En aquella época la zona pertenecía al municipio de Flores y prevalecía la vida rural, con terrenos llanos y arroyos y zanjas, era un barrio de tambos y almacenes, y predominaban las quintas frutales, los terrenos de labranza, alfalfares y hornos de ladrillos. Recién en 1887 quedó integrado todo el barrio de Almagro dentro de los límites de la ciudad Capital. Dependía fundamentalmente del movimiento comercial y hacienda de los corrales y mataderos de Miserere. Estuvo poblada por inmigrantes vascos, aunque luego también llegaron los italianos.



VENTANALES COLONIALES DEL PASAJE QUE SE CONSERVAN


La historia del pasaje se retrotrae al año 1865, cuando Juan Francisco Tarragona adquiere un sector de la amplia quinta que perteneciera a Juana Isidora González, que se extendía desde la calle Victoria (hoy Hipólito Yrigoyen) hasta Rivadavia, prolongándose al oeste hasta más allá de la actual José Mármol.
El límite este de la misma formaba un estrecho callejón, que recién en 1889 fue ensanchado para dar origen a la calle Estebarena, más tarde denominada Artes y Oficios y finalmente Quintino Bocayuva.
Precisamente con la subdivisión de esta quinta escondida para el peatón que transita distraído, nacerá hacia el año 1889 el Pasaje San Carlos en el Nº 151 de aquella arteria, entre Don Bosco e Hipólito Yrigoyen, de acceso exclusivamente peatonal, enmarcado entre las ochavas de dos edificios gemelos.


                            Antiguos llamadores


Lamentablemente, uno de ellos fue modificado por la "pasión posmodernista", deformando salvajemente la integridad arquitectónica del pasaje, en la esquina suroeste  funcionó una almacén de antigüedades, hoy cerrado.
En sus aproximados 50 metros, que se internan en la manzana –sin salida– se alinean unas quince casas, con numeración del 1 al 70; la mayoría de sus frentes conservan aún hoy, el aspecto de Buenos Aires del siglo XIX.
 Unas mejor conservadas, otras pintadas y hasta ligeramente modificadas, algunas preservan casi su estructura original denotando su abandono. Igualmente que las puertas que con el tiempo se fueron modificando, perdiendo su estado primitivo.
El toque que le brindan algunos añejos macetones, antiguos faroles y las alargadas ventanas con altas persianas y adornados balcones, producen la sensación de trasportarnos en el tiempo.
Los rayos de sol, que a la hora de la siesta caen perpendiculares, marcan profundas e inmóviles sombras sobre su calle central, acentuando una atmósfera de sosiego y calma perpetua.


                         Primitivos faroles del pasaje 
                                 luego reemplazados



El origen del nombre “San Carlos” procede del sacerdote Carlos Borromeo –que le diera el nombre al pasaje, al templo y también a la zona durante un largo período–, nació en Lombardía (Italia) en el año 1538; fue ordenado sacerdote a los 25 años, alcanzando con el tiempo el arzobispado de la ciudad de Milán. Durante su gestión produjo profundas reformas en las costumbres del clero, ganándose elogios y también hostilidades de quienes se sintieron afectados, a tal punto que durante una misa fue herido por una bala de arcabuz.


                               otra vista del pasaje


Hoy la entrada al pasaje se encuentra cerrada por una reja de agudas lanzas, señal de una época de inseguridad y temor. El almacén de antigüedades de la esquina sur (antes de su cierre) le agregaba una nota más de pintoresquismo, convirtiendo al sector en un territorio de fantasías que nos transportaba a épocas pretéritas.

Miguel Eugenio Germino

Fuentes:
-Balbachan, Eduardo Luis, Los ignorados Pasajes de BA, Alonso, 1982.
-Cutolo, O. Vicente, Bs. As. Historia de las calles y sus nombres, Tomo II, Elche, 1994.
-Granelli, Omar P., Almagro en el intento, Edición del autor, 1999.
-Iusem, Miguel, “Diccionario de las calles de Buenos Aires”, Instituto Rioplatense de Ciencias, Letras y Artes (IRCLA S.A.), Buenos Aires, Argentina, 1971.
-Periódico Primera Página Nº 83, marzo 2001.
-Rezónico, Carlos A., Antiguas Quintas porteñas, Interjuntas, 1996.






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