Radio El Mundo
Evocando la catedral de la radio
En el año 1935 se instaló Radio El Mundo en la calle Maipú
555, contaba con técnicos, elencos estables
y auditorio con público. También funcionaron en aquel lugar, entre otras, las radios: Mitre, Argentina, Antártida,
Libertad y hoy es el lugar de la radio oficial de la Nación: LRA Radio Nacional.
Todas las emisoras extendieron el territorio, la
magia y la imaginación, para que a quienes estuvieran
alejados en la geografía les llegara “la radio” sin que el oyente se moviera de
su hogar.
La radio transmitía en horarios diurnos y
nocturnos programas de todo tipo, populares, culturales, cómicos, musicales,
informativos, y el público podía disfrutar también de las
emisiones en vivo.
Al principio eran enormes aparatos eléctricos, que
se fueron reduciendo con el paso del tiempo hasta transformarse en pequeñas
cajitas, a pila, de cartera, de mesitas de luz y se podía disfrutar de la
programación también al aire libre, muy diferentes a aquellas “capillas”
iniciales con ojos de luz verde encendidas.
La radio prima hermana de la TV
Para los mayores, y mediante la familia reunida,
se activa la memoria emotiva y marca el reencuentro con los programas y
personajes de ayer: El tuco dominguero, La revista dislocada, luego con el fútbol, Que pareja, Tarzán rey de la selva (para los
más pequeños), Los Pérez García, Fontana Show, Los cinco latinos, Roberto
Yanés, Lolita Torres, Virginia Luque, Blackie, Así es nuestra vida, El Glostora tango club, Calle Corrientes, Radio Cine Lux,
Nelly Láinez, Fidel Pintos, Raúl Rossi, Nelly
Meden, Grandes Valores del Tango, Grandes bailables, Cabalgata deportiva
Gillette, Pantalla Gigante, Odol Pregunta, Luis Sandrini, Tita Merello, Nini
Marshal, La craneoteca de los genios, Martín Fierro en la radio, y tantos otros programas que
alegraban nuestras mañanas, nuestras tardes y nuestra noches, cuando la TV no
existía y había que dar rienda suelta a la imaginación, en un estímulo a los
mejores.
En la experiencia de la radio se conjugaban los
valores expresivos con los operadores, la oratoria, la capacidad de contenidos,
periodistas junto a actores, artistas y guionistas, que trasmiten y presentan,
emiten, entregan y entretienen, acompañan y
emocionan.
Y para cerrar vale recordar a algunas “voces
diarias” de locutores y animadores como: Valentín Viloria, Marta Moreno, Rina
Morán, María Esther Vignola, Antonio Carrizo, Cacho Fontana, Lidia Duran, Héctor Larrea y tantos
otros.
En esta pequeña
reseña de la memoria, en la que nos esforzamos
en recordar, se nutrió lo que puede llamarse la
leña radial que avivó el fuego y al día de hoy
continúa avivándola y continuará encendida hacia el futuro, no podrá ser
reemplazada por la TV, porque la radio permite una imaginación que la TV
carece, además de continuar como pionera de la información puntual a cualquier
hora y lugar, la radio es una verdadera catedral insustituible.
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