lunes, 29 de enero de 2024

27 DE FEBRERO DE 1812 - NUESTRA BANDERA ARGENTINA

 


EL 27 DE FEBRERO DE 1812

MANUEL BELGRANO HACE JURAR A SUS SOLDADOS LA BANDERA NACIONAL

“LA ENSEÑA QUE BELGRANO NOS LEGÓ…”

 

Hacia 1812, el Primer Triunvirato se basaba en sostener la política exterior basada en el objetivo de preservar estos territorios para Fernando VII, que seguía cautivo de Napoleón; pero muchos, como Belgrano, pensaban que ya era tiempo de pensar en la Independencia, y así actuó en consecuencia.

 

 

ANTECEDENTES

 

Antes de crearse la bandera argentina, los patriotas adoptaron los colores populares de la escarapela. El 18 de febrero de 1812 a petición del general don Manuel Belgrano, quien encontrándose en el Rosario de Santa Fe, aconsejó en nota al gobierno que “parecía llegado el caso de declarar la escarapela nacional que debíamos usar para que nadie equivocara nuestras fuerzas con las de nuestros enemigos”. En virtud de ese consejo que tendía a fijar la uniformidad en las insignias de nuestros soldados, el Gobierno decretó que “la escarapela nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata sería desde entonces de color blanco y azul celeste”.


                  BELGRANO LE HACE JURAR A SUS SOLDADOS LA BANDERA EN 1812

Belgrano seguía empeñado en avanzar en el camino hacia la libertad. El 27 de febrero de 1812, inauguró una nueva batería, a la que llamó Independencia. Allí hizo formar a sus tropas frente a una bandera que había cosido doña María Catalina Echeverría, una vecina de Rosario. La bandera tenía los colores de la escarapela y su creador ordenó a sus oficiales y soldados jurarle fidelidad diciendo “Juremos vencer a los enemigos interiores y exteriores, y la América del Sur será el templo de la Independencia y de la Libertad”.

El Gobierno, cuando tuvo conocimiento del hecho, ordenó a Belgrano “que hiciera pasar como un rasgo de entusiasmo el suceso de la bandera blanca y celeste enarbolada, ocultándola disimuladamente”, subrogándola con la española que se le enviaba y que era la que hasta entonces flameaba en la Fortaleza. Se le prevenía además que, el Gobierno no toleraría en adelante, la realización de actos tales sin su previo consentimiento.

 

 

LA REBELDÍA DE BELGRANO

 

En Yatasto, Manuel Belgrano tomó el mando del ejército, y contramarchó para avanzar nuevamente hacia el norte. Hallándose en Jujuy, el 25 de mayo de 1812, enarboló la bandera formada en el Rosario, para festejar el segundo aniversario de la revolución, y dio cuenta del acto solemne.

El Gobierno creyó que el general Belgrano insistía en un acto de indisciplina, y lo llamó seriamente al orden, recordándole su terminante prohibición.

La contestación, que en parte transcribiremos, fue digna de aquel patriota.

Vengo a estos puntos, los encuentro fríos, indiferentes y tal vez enemigos; tengo la ocasión del 25 de mayo y dispongo de la bandera para acalorarlos y entusiasmarlos y, ¿habré por esto cometido un delito? Lo sería, Excmo. Señor, si a pesar de aquella orden yo hubiese querido hacer frente a las disposiciones de V. E.; no así, estando enteramente ignorante de ella, la que remitiría al comandante del Rosario y la obedecería, como yo lo hubiese hecho, si la hubiera recibido.”

El ejército argentino volvió a retroceder, y perseguido ya, libró batalla en Tucumán, venciendo a los realistas el 24 de setiembre de 1812. En marcha hacia Salta para batir a los dispersos que se habían concentrado en esa ciudad, pasó revista al ejército en las márgenes del Río Pasaje el 13 de febrero de 1813, y enarboló otra vez la bandera conocida. El hecho estaba justificado con la victoria alcanzada.

El día 20 del mismo mes, derrotó al ejército del general Tristán y tomó posesión de Salta. La rendición se hizo frente a la bandera, que desde entonces quedó consagrada como el símbolo de los esfuerzos argentinos.

Pero Belgrano no llegó a enterarse de esta resolución hasta varios meses después de emitida y siguió usando la bandera nacional que fue bendecida el 25 de mayo de 1812 en la Catedral de Jujuy por el sacerdote Juan Ignacio Gorriti.

En julio recibió finalmente la intimación del Triunvirato y contestó admitiendo que en dos oportunidades había izado la bandera para “exigir a V.E. la declaración respectiva en mi deseo de que estas provincias se cuenten como una de las naciones libres del globo”. Concluye la carta, indignado, diciendo que destruirá la bandera: “La desharé para que no haya ni memoria de ella. Si acaso me preguntan responderé que se reserva para el día de una gran victoria y como está muy lejos, todos la habrán olvidado”.



 

A JURAR LA BANDERA 

 

En octubre de 1812 caía el Primer Triunvirato y las cosas comenzaban a cambiar. El Segundo Triunvirato, bajo la influencia de la Logia Lautaro creada por San Martín y la Sociedad Patriótica dirigida por Bernardo de Monteagudo, dio un nuevo impulso a la guerra revolucionaria, avaló lo actuado por Belgrano y éste pudo hacer jurar la bandera por sus tropas a orillas del río Pasaje, que desde entonces se llama Juramento.

Hasta llegar a ser como la conocemos hoy, la bandera nacional sufrió cambios de colores, de formas, leyes y decretos.

 


EL DESAGRAVIO 

El Congreso de Tucumán se encargó de desagraviar a Belgrano de aquel famoso reto del Triunvirato reivindicando su actuación patriótica y ratificando la bandera “celeste y blanca que se ha usado hasta el presente y se usará en lo sucesivo” como símbolo nacional. Durante la época de Rosas, sus partidarios se identificaban con el color rojo, mientras que sus opositores unitarios lo hacían con el celeste. Para evitar confusiones, Rosas mandó oscurecer la bandera que pasó a ser azul, blanca y azul, con cuatro gorros frigios, uno en cada ángulo.

 

 

OTRA VEZ CELESTE Y BLANCA 

 

Tras la caída de Rosas en 1852, la bandera vuelve a ser celeste, blanca y celeste. Hasta que Sarmiento lo autorizó en 1869, estaba prohibido embanderar casas y edificios en las fechas patrias. Pero el presidente Roca en 1884 volvió a limitar su uso a las reparticiones oficiales como escuelas, cuarteles y barcos. Y aunque parezca mentira, se siguió discutiendo si debía ser azul y blanca o celeste y blanca hasta que en 1944 el presidente Farrell estableció por decreto que: “La bandera oficial de la Nación es la bandera con sol. Los colores están distribuidos en tres franjas horizontales celeste, blanca y celeste. El sol, con los treinta y dos rayos flamígeros y rectos, será del color amarillo del oro”. Esta bandera fue durante mucho tiempo la bandera llamada “de guerra” y quedó reservada a los actos oficiales. Finalmente, en 1985, durante la presidencia del Dr. Raúl Alfonsín, se autorizó a todos los argentinos a usar la bandera con el sol en el centro.

 

 

EL MONUMENTO A LA BANDERA

El proyecto se originó el 3 de mayo de 1898, cuando el Concejo Deliberante de la Ciudad de Rosario aprobó una ordenanza para levantar un monumento en homenaje a nuestra bandera y a su creador, justamente en el lugar donde Belgrano la hizo flamear por primera vez. El poder ejecutivo Nacional, por Ley del 30 de septiembre de 1903, se hizo cargo de las obras. Pero recién en 1943 comenzó la construcción a cargo del arquitecto Ángel Guido y los escultores Alfredo Bigatti y José Fioravanti. Fue inaugurado el 20 de junio de 1957.

 

Miguel Eugenio Germino

 

Fuentes:

-https://www.cultura.gob.ar/conoce-la-historia-de-la-primera-bandera-argentina_5993/

-https://www.cultura.gob.ar/primer-enarbolamiento-de-la-bandera-nacional-10176/

-https://www.elhistoriador.com.ar/belgrano-y-la-creacion-de-la-bandera/

-https://www.elhistoriador.com.ar/la-creacion-de-la-bandera/




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