EL 6 DE ENERO DE 1943 NACE OSVALDO SORIANO
ESCRITOR Y PERIODISTA ARGENTINO
“Yo no
tengo biografía. Me la van a inventar los gatos que vendrán cuando yo esté, muy
orondo, sentado en el redondel de la luna”
Fue un escritor y
periodista argentino, uno de los autores más
vendidos aquí en las décadas de 1980 y 1990.
Algunas de sus novelas fueron publicadas en varios países y varias de sus obras
llevadas al cine y al teatro.
Trabajó en la revista
Primera Plana y en el diario La Opinión. En 1973 publicó la novela “Triste, solitario y final”,
considerada su mejor obra, que todavía hoy continúa reeditándose con éxito.
CON UNO DE SUS GATOS
Tras el golpe militar
de 1976 debió abandonar el país, al que no regresó hasta el advenimiento del
gobierno democrático. Vivió en México, Bruselas y París hasta su regreso en
1984. Desde entonces y hasta su muerte colaboró en el diario Página/12.
Se dedicó al
periodismo político, deportivo y cultural. Hincha de San Lorenzo y fanático de
los felinos, como escritor produjo una obra tremendamente popular. Pese a eso –o justamente tal vez por eso–, nunca obtuvo el
reconocimiento de una merecida crítica académica.
COMPROMISO CON EL FÚTBOL
Y LOS GATOS
El fútbol y las
pasiones que despierta son el hilo conductor de estos relatos. El plato fuerte
lo forman las memorias del Míster Peregrino Fernández, un entrenador
carismático, que se considera el creador del fútbol espectáculo.
Dijo alguna vez que “un escritor sin gato, es como un ciego sin lazarillo”.
En una de sus últimas
apariciones públicas, Osvaldo Bayer –con quien compartía
exilio en Alemania durante los años 70– contó
cómo casi mata sin querer al Negro Vení (el gato más amado de Osvaldo): "¡Di
un saltito de la cama y el gato se asustó y saltó por la ventana, cuando le
dije a Soriano que su gato se había suicidado me miró enojadísimo y me gritó ‘Qué le hiciste! los gatos no se suicidan!’ Al final no se había muerto, solo tenía rota una
pata".
NO HABRÁ PENAS NI OLVIDO UNA DE SUS OBRAS
Es bien sabido que amaba los felinos y que en sus novelas siempre aparecía
alguno, fueron su compañía en las horas de escritura y soledad. Un gato –confesó– me trajo la solución
para Triste, solitario y final. Un negro de mirada contundente, muy parecido a Taki, la gata de
Chandler. Otro, el Negro Vení, me acompañó
en el exilio y murió en Buenos Aires. Hubo uno llamado Peteco que me sacó de
muchos apuros en los días en que escribía A sus plantas rendido un león. Viví con una
chica alérgica a los gatos y al poco tiempo nos separamos.
SORIANO EN EL CINE
Sus obras han sido
traducidas a numerosas lenguas, y algunas fueron llevadas al cine. El director
Héctor Olivera adaptó para la gran pantalla su novela Una
sombra ya pronto serás (1994), con guion del propio autor. Otras películas
fueron: Una mujer (1975), No habrá más penas ni olvido (1983) y Cuarteles de invierno (1984). Además de
documentales.
SU LITERATURA
En Triste,
solitario y final (1973), el cine y la novela policíaca se convierten
totalmente en el tema de una narración cuyos personajes son Stan Laurel, Oliver
Hardi, John Wayne, Charlot, Marlowe y otros, retratados con la melancolía, el
amor y el desencanto propios de un cinéfilo. Es considerada su mejor obra, y todavía
hoy continúa reeditándose con éxito.
Su narrativa se apoya
tanto en los artificios clásicos del género novelesco (construcción de
personajes y diálogos) como en los lineamientos del periodismo (un estilo llano
y fácilmente asimilable para el lector), y en esa combinación obtiene sus
mejores beneficios. Sus novelas se basan en tramas de trazado muy profundo, a
través de una sintaxis y un léxico descarnados, según modelos narrativos que
llevan al lenguaje cinematográfico y a la novela negra americana.
Su conciencia
estilística, articulada para alcanzar normas, temas y mitos colectivos, y su
tono narrativo descuidado y elíptico, que le permite su bagaje de nociones y
conocimientos comunes, dan una medida exacta de la obra de Osvaldo Soriano. No
habrá más penas ni olvido (1979) y Cuarteles de invierno (1981) están
narradas en clave de tango por personas cultas. Con la conciencia de narrar por
enésima vez las tragedias públicas y privadas que están destinadas a repetirse,
también por enésima vez, afronta el tema de la violencia política en Argentina,
del peronismo y del pugilato, rediseñando la figura del campeón deportivo en el
ocaso.
Artistas,
locos y criminales (1986) es una colección de artículos periodísticos,
a través de los cuales se puede hacer un recorrido por los caminos estilísticos
y temáticos del autor. Una de sus obras más conocidas es El
ojo de la patria (1992), relato de las delirantes aventuras de un agente secreto
argentino, Julio Carré, en el París de los años 90.
El resto de su
producción incluye, entre otras obras, Rebeldes, soñadores y
fugitivos (1987), A sus plantas rendido un león (1988), Cuentos
de los años felices (1993), La hora sin sombra (1995) y Piratas,
fantasmas y dinosaurios (1996).
Al margen de su
valorada obra literaria, sus artículos deportivos, centrados sobre todo en el
mundo del fútbol argentino, despertaron siempre la admiración de su nutrida
hueste de lectores.
“A la literatura argentina le falta épica y sentido del humor”,
solía decir y tal vez esa haya sido su fórmula para convertirse en el autor más
popular y el cronista más carismático de la literatura argentina de la segunda
mitad del siglo XX. Osvaldo Soriano nos dejó
el 29/01/1997.
Miguel Eugenio Germino
Fuentes:
- https://cinenacional.com/persona/osvaldo-soriano/
- https://www.argentina.gob.ar/noticias/79-anos-del-nacimiento-de-osvaldo-soriano
- https://www.cultura.gob.ar/osvaldo-soriano-
- https://www.tiempoar.com.ar/cultura/osvaldo-soriano-el-hombre-que-amaba-los-gatos/
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