URDA ESPACIO CULTURAL: Humahuaca 4310
“Nuestra misión es ser un vehículo
para que los artistas, los intelectuales y todos
aquellos que desarrollen actividades con interés comunitario, puedan tener un canal para expresarse”, señala Juan Pablo Cipriota, periodista y director de URDA Espacio Cultural, inaugurado hace un año en Almagro. La carta de presentación del
lugar es su frente vidriado y, a un costado, el nombre escrito en blanco, encerrado
en un círculo con fondo rojo. El local –situado en Humahuaca 4310– cuenta con un bar y una sala de teatro a
medio terminar en el primer piso, con capacidad para 100 espectadores, a la que
le falta colocar las butacas.
El espacio es gestionado
por Cipriota y dos socios, también provenientes del periodismo, Leandro Bravo y
Sebastián Pereyra. El proyecto nació hace dos años cuando decidieron dar un
golpe de timón en sus vidas y dedicarse a la esfera cultural. “Todo
lo hicimos de a poco y con mucho esfuerzo”, subraya el director.
Por ahora, hasta que no se
finalicen las obras en la sala de teatro, las actividades se desarrollan en la
planta baja. Así, en el –denominado
por Cipriota– bar cultural o
café literario tienen lugar presentaciones de libros, recitales, stand up,
varieté, pequeñas obras teatrales, exposiciones, hasta un club de lectura
feminista. También hay eventos, como por ejemplo
la celebración del aniversario de Almagro, que se produjo el sábado 29 de
septiembre. Ese día hubo un espectáculo infantil, un show de tango y la
actuación de una murga. El espacio no les cobra a los artistas que se presentan
ni le cobra entrada al público. Hay espectáculos que son a la gorra. Sí se
deberá pagar entrada cuando se inaugure la sala de teatro.
“Nosotros tenemos los brazos
bien abiertos, escuchamos todas las propuestas, nos encanta y nos interesa
mucho apoyar a todos los artistas, estén consagrados o no, se hayan iniciado o
no. Les damos absolutamente todas las facilidades para que puedan acercarse,
presentar su proyecto”,
reafirma el periodista. En este sentido, en la actualidad hay una exposición
fotográfica de bellos paisajes europeos llamada Puro Mundo a cargo de Elio Frongia, un aficionado a la fotografía
que se acercó a URDA y se le brindó la posibilidad de exponer por primera vez.
“URDA significa muchas
cosas. Nos parece que es una palabra fuerte, que es interesante, que sugiere
muchas cosas. No tiene un significado específico, nos gusta dejarlo a la libre
interpretación de la gente”, responde Cipriota cuando se le pregunta por el origen del nombre.
En cuanto a la gastronomía,
el lugar tiene una carta bastante amplia. Sale
mucho lo clásico: pizza, hamburguesas, papas fritas y cerveza artesanal.
También hay otro tipo de comidas más especializadas como rabas pero, en general,
se prioriza lo que más se consume porque el eje del proyecto es el centro
cultural y no la comida. El hecho de que también haya un bar es un agregado, un
servicio más. Según Cipriota, la gastronomía es de muy buena calidad, la gente
siempre queda conforme. La existencia del bar sirve para generar un polo de
atracción. “Cuando hay un recital, un stand up, una presentación de libro, que los
asistentes puedan comer y tomar algo evidentemente es un plus”,
comenta.
Respecto a la afluencia de
gente, Cipriota admite que se vive un tiempo muy complicado debido a la crisis
económica. “Pensábamos que nuestra evolución desde que inauguramos a mediados de
octubre del año pasado iba a ser mucho más rápida pero se está dando de forma
más lenta. La gente está recortando mucho los gastos en esparcimiento”,
explica. Al lugar asisten personas de toda edad, depende del tipo de evento.
Sin embargo, los habitués se ubican entre los 20 y los 40 años.
Cuando culminen las obras
en la sala de teatro, se intentará atraer espectadores que no acostumbran a
asistir a espectáculos artísticos. Para ello, se efectuarán convenios y se
trabajará codo a codo con organizaciones, sindicatos, clubes, todo tipo de
instituciones. Se apuntará a incentivar que más gente consuma cultura, ésa es
una idea central del proyecto.
Transcurrido un año de la
apertura del espacio cultural, ¿qué balance se puede hacer? “Fue
un año de inicio, un año en el cual tuvimos que aprender un montón de cosas, un
año en el cual estamos en un marco un poco complicado pero seguimos remando,
seguimos para adelante. Sabemos que nos va a ir bien porque tenemos toda la
voluntad y nos esforzamos por tratar muy bien a nuestro público, a nuestros
artistas, a todos los que se acercan, tratamos de ser lo más profesionales
posible. Eso va a rendir sus frutos”, concluye esperanzado Cipriota.
De esta manera, Almagro
suma un nuevo lugar destinado a la actividad cultural, donde pueden acudir y refugiarse no sólo los artistas e
intelectuales sino todos los vecinos que deseen cultivarse y, al mismo tiempo,
pasar un momento de placer y esparcimiento. A partir de sus numerosas salas
teatrales, espacios culturales y valiosos locales gastronómicos, el barrio se
está constituyendo en un centro neurálgico de visita ineludible para todos los
porteños, los turistas del interior y del exterior.
Laura Brosio
No hay comentarios:
Publicar un comentario