Por Diego Golombek
Doctor en Ciencias Biológicas, recibido de la UBA, y divulgador científico.
Sin financiamiento universitario no hay futuro, y sin futuro no hay Argentina. Haber votado a favor del veto es algo completamente absurdo. Es lo más parecido a pegarse un tiro en los pies. Es la base del desarrollo de cualquier país, y no afecta el presupuesto nacional, estamos hablando de muy poco dinero. No existe nación que no tenga ambiciones de un sistema universitario sólido, salvo esta.
La calidad de la educación está directamente relacionada con el financiamiento. Si no se ajusta acorde al costo de vida, algo se va a caer. Sabemos que, cuando algo se derrumba tan brutalmente, reconstruirlo puede llevar décadas. Gente que se va, gente que decide no dedicarse a la educación o la investigación. Tenemos que evitar esa caída y empezar la reconstrucción antes que sea tarde.
Decir que solo se deben financiar las carreras “importantes” es miope, ignorante y estúpido. Nadie puede prever qué carreras serán fundamentales en unos años. El conocimiento no se divide entre lo importante y lo superfluo, se divide entre lo riguroso y la charlatanería. Pero esta vez, no es solo un problema de presupuesto, sino ideológico. El conocimiento nos permite entender la realidad para mejorar la calidad de vida.
Y decir que no hay plata, cuando hay fondos que este gobierno decidió no usar, es absurdo. La política es repartir la torta según prioridades. Si las prioridades no son el bienestar de la gente, está todo al revés.
Nos debemos un debate profundo para entender cómo llegamos acá y cómo salimos, estamos desconcertados con la cantidad de personas que apoyan estas ideas anti-educación, anti-ciencia, anti-salud. Es un golpe durísimo. Estamos golpeados y sin mucha capacidad de reacción. Sin embargo, hemos pasado muchas luchas y la resiliencia de la educación superior ha sido enorme. Esta vez no será la excepción.
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