NO FUE MAGIA
Ya tuvimos de todo. Dictadura genocida y de las otras, gobiernos democráticos que no terminan y otros que nos terminan y algunos fallidos, renacer virtuoso y de vuelta al experimento aspiracional. Y llegamos a este presente degradante e insólito leído como necesario, o imprescindible, por cierta extravagancia frustrada.
Ya no se trata del financiamiento a Espert por el narcotráfico o el asesoramiento financiero del Presidente a la misma delincuencia cuando era un empleado de aeropuerto. O del twitt de la estafa global Libra enjuiciado aquí y en el exterior. O del Guajira del 3% de su hermana Karina. Ni de los ataques furiosos a cualquier opositor, sea político periodista o actor. Sino del alzamiento de Milei contra la moral y el sentido común a pesar de un pueblo sufriente que con millones de votos le notificó su oposición en la provincia económicamente más importante con casi la mitad de la población. Y tampoco importa si lo hace para no acabar preso junto a su hermana si antes cae su candidato filonarco del mismo distrito.
Anoche confirmó con un retweet tan alienado como distópico lo que anida en su psiquis y se encargó con insistencia, por sinceridad o táctica, de desnudar: resistir contra viento y marea para que el resto pague lo que a él le tocó sufrir. Lo imperioso es su necesidad patológica de reparación sea por obediencia ciega a sus dictados o literalmente, padeciendo hasta que los cadáveres llenen las calles... O ambas.
Es un depredador peligroso herido de muerte cada vez más solo en una jungla con oportunistas tan oscuros como las aspiraciones sectoriales reñidas con el bien común que los encumbran. La cuestión ahora es si nuestro instinto de supervivencia nos va a aunar para detenerlo y evidenciárselo también a los que por especulación pura y dura hicieron posible este desastre y aún no terminan de soltarle la mano; ni siquiera con miles de muertes por fentanilo contaminado por desidia gubernamental planificada.
Otra vez la Patria en juego. En cualquier caso se trata de nosotros empedernidos con la misma piedra: anteponer deseos a experiencia, aprendizaje y madurez…
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