lunes, 1 de enero de 2024

LUGARES PATRIMONIALES A VISITAR EN BALVANERA - ALMAGRO Y EL ABASTO


    Casa que fuera de Julio César Fumarola en 24 de Noviembre 167, luego casa y Biblioteca del poeta Carlino hasta su fallecimiento el 25 de marzo de 2018


Algunos lugares a visitar de interés histórico y patrimonial en Balvanera-Almagro-Abasto

 

Listado de algunos de los muchos lugares de interés:

-Las cúpulas sobre la avenida Rivadavia entre Pueyrredón y Callao

-Las cúpulas sobre la avenida Callao de Rivadavia a Córdoba

-El edificio del Mercado de Abasto, Corrientes 3247

-El entorno (de lo que queda) de la antigua zona del Abasto

-La Cortada Carlos Gardel

-El Palacio de las aguas de Córdoba y Junín

-El Palacio del Congreso

-Los edificios de Virginio Colombo: Rivadavia al 3600 y Rivadavia al 3200, e H. Yrigoyen y Saavedra

-Determinados edificios sobre Rivadavia entre Pueyrredón y Entre Ríos

-Varios edificios sobre la calle Entre Ríos

-El Café de Los Angelitos de Rivadavia y Rincón

-El Pasaje Colombo en Rivadavia y Azcuénaga

-La Confitería Las Violetas y la Confitería Del Molino

-La Plaza Almagro

-El Museo Casa de Carlos Gardel

-El Bar de Roberto: Bulnes y Perón

-El Pasaje Enrique Santos Discépolo en Corrientes y Riobamba

-El Parque de la Estación (especialmente el Galpón)

-La Casa que fuera de Julio César Fumarola en 24 de Noviembre  167,  luego casa y Biblioteca del poeta Carlino hasta su fallecimiento

-La Plaza González Tuñón, 24 de Noviembre al 150

-El puente de Bustamante y Díaz Vélez

-El edificio del Ejército de Salvación en la esquina de H. Yrigoyen y Esparza

-El edificio del Mercado de Abasto (Monumento Histórico)

-El Café El Banderín, Guardia Vieja 3201

-El Café El Símbolo de Corrientes 3787

-La Plazoleta De Lelis en Lezica y Peluffo

-Museo del Palacio del Congreso (1º Piso entrada por Rivadavia)

-El Boxing Club, Díaz Vélez 4422

-Escuela de Cerámica Fernando Arranz, Bulnes 45

-Basílica Santa Rosa de Lima, Av. Belgrano 2216

-Parroquia de Balvanera, Bmé. Mitre y Azcuénaga

-Basílica de San Carlos, H. Yrigoyen 3999

-La Casona de Humahuaca, en la que vivió la pintora Marcia Schvartz, Humahuaca 3508

-Club Defensores de Almagro, Bustamante 724

-El Palacio Raggio, Av. Rivadavia y Av. La Plata

-Escuela Sagrado Corazón, H. Irigoyen 4350




PRIMERA PÁGINA REGALA LIBROS A SUS LECTORES


PRIMERA PÁGINA REGALA LIBROS A SUS LECTORES

 



RELATO DE OSVALDO SORIANO:



"EL MISTER PEREGRINO FERNÁNDEZ"

 

A Peregrino Fernández le decíamos el Míster porque venía de lejos y decía haber jugado y dirigido en Cali, ciudad colombiana que en aquel pueblo de la Patagonia sonaba tan misteriosa y sugerente como Estrasburgo o Estambul. Después de que nos vio jugar un partido que perdimos 3 a 2 ó 4 a 3, no recuerdo bien, me llamó aparte en el entrenamiento y me preguntó:

–¿Cuánto le dan por gol?

–Cincuenta pesos –le dije.

–Bueno, ahora va a ganar más de doscientos –me anunció y a mí el corazón me dio un brinco porque apenas tenía diecisiete años.

–Muy agradecido –le contesté. Ya empezaba a creerme tan grande como Sanfilippo.

–Sí, pero va a tener que trabajar más –me dijo enseguida–, porque lo voy a poner de back.

–Cómo que me va a poner de back –le dije, creyendo que se trataba de una broma. Yo había jugado toda mi vida de centro-delantero.

–Usted no es muy alto, pero cabecea bien –insistió–; el próximo partido juega de back.

–Discúlpeme, nunca jugué en la defensa –dije–. Además, así voy a perder plata.

–Usted suba en el contragolpe y con el cabezazo se va a llenar de oro. Lo que yo necesito es un hombre que se haga respetar atrás. Ese pibe que jugó ayer es un angelito.

El angelito al que se refería era Pedrazzi, que esa temporada llevaba tres expulsiones por juego brusco. Muchos años después, Juan Carlos Lorenzo me dijo que todos los técnicos que han sobrevivido tienen buena fortuna. Peregrino Fernández no la tenía y era terco como una mula. Armó un equipo novedoso, con tres defensores en zona y otro –yo– que salía a romper el juego. En ese tiempo eso era revolucionario y empezamos a empatar cero a cero con los mejores y con los peores. Pedrazzi, que jugaba en la última línea, me enseñó a desequilibrar a los delanteros para poder destrozarlos mejor. "¡Tocálo!", me gritaba y yo lo tocaba y después se escuchaba el choque contra Pedrazzi y el grito de dolor. A veces nos expulsaban y yo perdía plata y arruinaba mi carrera de goleador, pero Peregrino Fernández me pronosticaba un futuro en River o en Boca.

Cuando subía a cabecear en los corners o en los tiros libres, me daba cuenta hasta qué punto el arco se ve diferente si uno es delantero o defensor. Aun cuando se esté esperando la pelota en el mismo lugar, el punto de vista es otro. Cuando un defensor pasa al ataque está secretamente atemorizado, piensa que ha dejado la defensa desequilibrada y vaya uno a saber si los relevos están bien hechos. El cabezazo del defensor es rencoroso, artero, desleal. Al menos así lo percibía yo porque no tenía alma de back y una tarde desgraciada se me ocurrió decírselo a Peregrino Fernández.

El Míster me miró con tristeza y me dijo: –Usted es joven y puede fracasar. Yo no puedo darme ese lujo porque tendría que refugiarme en la selva. Así fue. Al tiempo todos empezaron a jugar igual que nosotros y los mejores volvieron a ser los mejores. Un domingo perdimos 3 a 1 y al siguiente 2 a 0 y después seguimos perdiendo, pero el Míster decía que estábamos ganando experiencia. Yo no encontraba la pelota ni llegaba a tiempo a los cruces y a cada rato andaba por el suelo dando vueltas como un payaso, pero él decía que la culpa era de los mediocampistas que jugaban como damas de beneficencia. Así los llamaba: damas de beneficencia. Cuando perdimos el clásico del pueblo por 3 a 0 la gente nos quiso matar y los bomberos tuvieron que entrar a la cancha para defendernos.

Peregrino Fernández desapareció de un día para otro, pero antes de irse dejó un mensaje escrito en la pizarra con una letra torpe y mal hilvanada: "Cuando Soriano esté en un equipo donde no haya tantos tarados va a ser un crack". Más abajo, en caligrafía pequeña, repetía que Pedrazzi era un angelito sin futuro. Yo era su criatura, su creación imaginaria, y se refugió en la selva o en la cordillera antes de admitir que se había equivocado.

No volví a tener noticias de él, pero estoy seguro de que, con los años, al no verme en algún club grande, debe haber pensado que mi fracaso se debió, simplemente, a que nunca volví a jugar de back. Pero lo que más le debe haber dolido fue saber que Pedrazzi llegó a jugar en el Torino y fue uno de los mejores zagueros centrales de Europa.

 

                              Osvaldo Soriano



RAMON AYALA



Otro grande que nos dejó: Ramón Ayala


Inmenso e influyente músico misionero, referencia de la música litoraleña, nos dejó el 7 de diciembre de 2023 a los 96 años. Había nacido el 10 de marzo de 1927, en
Guarupá, Provincia de Misiones. Creador del ritmo del gualambao,
en la profusa obra musical de quien nació bajo el nombre de
Ramón Gumercindo Cidade, lo destacan entre otras piezas: “El jangadero”, “El mensú”, “El cosechero” y “Canto al Río Uruguay entre muchas otras obras.

 

El cosechero

El viejo río que va
cruzando el atardecer
como un gran camalotal
lleva la balsa en su loco vaivén.

Rumbo a la cosecha, cosechero yo seré
y entre copos blancos mi esperanza cantaré
con manos curtidas dejaré en el algodón
mi corazón.

La tierra del Chaco quebrachera y montaraz
prenderá en mi sangre con un ronco sapucay
y será en el surco mi sombrero bajo el sol
faro de luz.

Algodón que se va, que se va, que se va
plata blanda mojada de luna y de sol
un ranchito borracho de sueños y amor
quiero yo.

De corrientes vengo yo
Barranquera ya se ve
y en la costa un acordeón
gimiendo va su lento chamamé.

Rumbo a la cosecha, cosechero yo me iré
y entre copos blancos mi esperanza cantaré
con manos curtidas dejaré en el algodón
mi corazón.

Letra y Música Ramón Ayala




 

LOS COMIENZOS DE LA LUCHA POR EL PARQUE DE LA ESTACIÓN


 

LOS COMIENZOS DE LA LUCHA POR EL PARQUE DE LA ESTACIÓN

 

La larga lucha se inicia a mediados del año 1999, cuando un grupo de vecinos, agrupados en el “Centro Vecinal de Balvanera y Almagro” que se reunían en Teatro Fray Mocho, cuando funcionaba en la calle Ecuador 380, integrantes en su mayoría del Periódico Primera Página, comienzan “la patriada” haciendo circular un petitorio, que logró el apoyo de 2.320 firmas con el apoyo de los colegios primarios de Balvanera y Almagro:

1 - Nº 6 Gral. Martín Rodríguez, Anchorena 441

2 - Nº 14 Juan Manuel de Pueyrredón, Pueyrredón 630

3 - Nº 22 Carlos Javier Benielli, S. de Bustamante 260

4 - Nº 16 Presidente Mitre, Sarmiento 2832

5 - Nº 18 Alejandro Carbó, Mario Bravo 234

Dicho petitorio se presenta en la Legislatura el 19 de abril del año 2000.

Luego se agregarán otros colectivos barriales, como La Casa del Barrio de la Calle Mario Bravo y Perón, y decenas y decenas de vecinos que individualmente se fueron incorporando, creándose distintos nuevos espacios, como “La Asamblea de Plaza Almagro” y “Vecinos por el Parque de la Estación”, funcionando en el Fray Mocho que se había trasladado a Perón 3644, y en la Iglesia del Tránsito de Perón 3333. Así en 19 años de lucha logran que la Legislatura, finalmente y por unanimidad apruebe el proyecto, que aún hoy está incompleto, ya que falta el sector sobre la calle Bartolomé Mitre.

Mucho se fue logrando en aquellos años, que comenzaron con la Placita del “Mientras Tanto”, luego “Fumarola”, primer eslabón de la larga lucha por el Parque, en la que los vecinos pusieron todo: esfuerzo, dinero, tiempo siempre con escaso apoyo e infinidad de riesgos personales.

Difíciles y complejos son siempre los comienzos, pero finalmente, con firmeza, armados y afianzados, los vecinos continúan hoy poniendo su esfuerzo para suplir la falta de la debida participación del gobierno de la Ciudad.

El Parque de la Estación es un amplio pulmón verde en los terrenos vacantes del Ferrocarril Sarmiento, entre las calles: Presidente Perón, Gallo, Sánchez de Bustamante, Bartolomé Mitre y Ecuador. Aproximadamente 5 hectáreas, que incluyen el amplio e histórico galpón de 200 metros de largo por 17 de ancho entre la curva de Gallo y Anchorena, que fue terminado hacia marzo-abril del año 2019, lugar destinado a deportes, cultura, biblioteca, museo de la memoria, un sitio de la epopeya vecinal por el logro del Parque.

El parque es administrado –por ley– con el concurso de una Mesa de Trabajo y Consenso integrada (ad honorem) por vecinos, comuneros e instituciones barriales, inaugurándose el primer tramo de la primera etapa, con juegos infantiles, anfiteatro y con la particularidad de contar con especies vegetales autóctonas.

Durante los 20 meses que tardaron las obras de acondicionamiento del gran Galpón Cultural, los vecinos realizaron otras tantas visitas guiadas a las mismas, hasta que finalmente se inauguró, donde funcionan: Biblioteca, salones de deportes, actos, baños públicos, que hoy están abiertos al público, no sin los constantes reclamos de los participantes de la Mesa, para que se activen los trabajos.

 

Del libro Parque de la Estación de Miguel Germino




ALEGRIA DE POCOS SUFRIMIENTO DE MUCHOS

 





ROBERTO RUFINO



6/1/1922 – 24/2/1999

 

Sus seudónimos son “El pibe del Abasto” y “El pibe terremoto”. Vivió en Agüero 753, en pleno barrio del Abasto

Fue un decidor, un fraseador, un intérprete que sabía perfectamente cual era el mensaje de lo que estaba cantando.

Se inició en O'Rondeman, en el viejo café donde lo hizo Gardel, que todavía regenteaban los hermanos Traverso.

Llegó a grabar, junto a Di Sarli, cuarenta y seis páginas.

Entre 1947 y 1950, pasó por las orquestas que dirigían Francini-Pontier y Miguel Caló, para continuar en calidad de solista entre 1952 y 1954.

Fue además compositor y letrista, autor de numerosas obras, como “Muchachos arranquemos para el centro”, “Eras como la flor”, “Cómo nos cambia la vida”, “Calla”, “Destino de flor”, “Dejame vivir mi vida”, “La novia del suburbio”, “Soñemos”, “Tabaco rubio”, “El clavelito”, “No hablen mal de las mujeres”, “Los largos del pibe”, “En el lago azul”, “Carpeta”, “El bazar de los juguetes”, “La calle del pecado”, “Julián Tango”, “Manos adoradas”, “Porque te sigo queriendo”, “¡Qué quieren, yo soy así!”, “Boliche”, etc.

En 1997 se hizo justicia: fue declarado Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires, y en 1998, Ciudadano Ilustre de la Cultura Nacional. Era la culminación de su trayectoria; una culminación, sin duda alguna, merecida.