EDITORIAL Nº 177 (SEPTIEMBRE 2009)
“Dichoso aquel que puede conocer las causas de las cosas.”
Publio Virgilio Marón (70 al
Reflexión acertada la del poeta romano, más conocido como “Virgilio”, autor entre otras obras de
Son muchas y notorias las causas por hechos de corrupción que en nuestro país nunca fueron esclarecidas por la justicia, a las que se agregan día a día otras que difícilmente se clarifiquen alguna vez.
A los crímenes militares de
Argentina no es deudora sino acreedora, según manifiesta el investigador Andrés E. Chmelik Martínez en su libro Argentina País Acreedor. Allí se desnudan los actos corruptivos impunes que llevaron a nuestra nación a la actual situación de endeudamiento, entrega y descalabro en que se encuentra.
Argentina no es deudor sino “acreedor”, repitamos, por los constantes desfalcos sufridos, de los que sí son culpables de traición a la patria presidentes y ministros de la especie de Carlos Saúl Menem y Domingo Cavallo, aún libres, y de otros que continuaron con su nefasta política.
Algunos apellidos para no olvidar: Alemann, Sigaut, Machinea, López Murphy, Lavagna; todos incursos en aquel delito, por el que debieran ser juzgados y condenados. También debería ser juzgado por tribunales internacionales el Fondo Monetario, por el sometimiento perpetrado a países y pueblos.
“Dichosos aquellos que puedan conocer las causas de las cosas”, porque conociéndolas se detectan las falencias, las traiciones, las trampas y las miserias en el país y en el mundo. No es mirando hacia otro lado u olvidando el pasado como vamos a abordar el futuro.
El mundo, en especial Latinoamérica, está marcando un nuevo camino para salir del estancamiento, de las injusticias sociales, y del vasallaje a que están o estuvieron sometidos tantos países, principalmente por la potencia hegemónica del planeta, los Estados Unidos. Se halle gobernada ésta por un blanco, un negro o un mestizo, todo depende de quién detenta el poder real, que no son otras que las multinacionales y los grandes potentados, los verdaderos gobernantes en las sombras.
En
Sin embargo, nace una esperanza en América, con países que ya se liberaron de las ataduras del Imperio, y de otros que se encuentran en camino de lograrlo. Existen herramientas eficaces para alcanzar esa liberación: El MERCOSUR, el ALBA,
Ya no hay soluciones en las antiguas recetas del neoliberalismo caduco, ni en el keynesianismo gatopardista. Otros aires soplan en esta región del planeta, preanunciando que un nuevo momento no se halla lejano.
¡Se puede, es posible! Está latente la memoria de hombres como San Martín, Bolívar, Artigas, Martí, Mariátegui, Sandino, Arbenz, que fueron entre muchos los que marcaron un rumbo que nunca debimos abandonar.
Hasta
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