Poema de gol y un campeonato
(al Dr Lucio Félix Ibáñez)
De todos los clubes venían a buscarlo. Él, desde el sencillo rincón del barrio, eligió los partidos en la calle. El campeonato de potrero en el predio municipal de Sarmiento y Pueyrredón, luego Feria del Once trascendió largamente las fronteras del “picado”. Un “crack“, del fútbol, de la amistad y de la vida.
Primeros garabatos con la pelota y la palabra.
Un partido de fútbol, salimos campeones
Tarde de sol, vieja canchita de Excursionistas….
Representamos a la Escuela Nacional Nº 5 Bartolomé Mitre en el Campeonato Intercolegial que, en aquellos años de fútbol, choripán y alumnis, era tan importante como el oficial, es decir, era como jugar en primera.
Sucedía lo mismo con el “Campeonato de los Barrios”, el desafío Capital vs, Provincia. Se jugaba solo los domingos, la previa se realizaba en los clubes, en los potreros, no se televisaba y la cancha…¡una fiesta!
Presumían una goleada en contra, íbamos de perdedores
Pocas gambetas, ¿caños? ninguno, tampoco rabonas ni sombreros.
Mucha garra, toque corto, pases certeros, amagues, buen fútbol.
El “cacique” Ibañez la bajó con el pecho, de volea la clavó en el ángulo que va desde la posición del arquero al palo izquierdo.
Resultado final: ganamos 1 a 0. ¡Hazaña!
Abrazos, gritos, invasión de campo, manos arriba, “hurras”. Aún resuena el “dale campeón” bajando de las gradas, aquellos tablones húmedos y el coraje en la piel de quienes “bancaron” la jornada.
Hubo que votar el festejo. En la Richmond tocaba el Gordo Troilo, Pugliese en Fulgor de Villa Crespo; algunos querían ir de “levante” a Sunset.
Conclusión: fuimos a los tres lugares, amanecimos en La Perla del Once con un desayuno cargado de emociones, medialunas, anécdotas salpicadas de manteca y mermelada.
Más adelante jugamos otros campeonatos, en clubes, con camisetas vistosas, canilleras, los botines lustrados, “un look” mas prolijo… pero este partido y ese campeonato se fijó en la memoria, la retina y el corazón para siempre!!!!!!
Compañeros de epopeya: el reencuentro, los recuerdos, el futuro, ya no es con la de cuero, cerca de una raya de cal.
La poesía cubre la red con versos de nubes, huyen años y tormentas, intemperie, nostalgias, construyendo amores y desvelos, fecundos en la ruta de los ángeles. Un despertar con hijos crecidos, nuevos hijos e imágenes que perforan el tiempo y renacen en nuevas aventuras.
Norberto Barleand
No hay comentarios:
Publicar un comentario