sábado, 6 de diciembre de 2008

EDITORIAL


EDITORIAL Nº 169 – DICIEMBRE 2008

Un año más –el 2008– llega a su fin. Un año cargado de acontecimientos trascendentes que conmovieron tanto el orden nacional como el internacional, de los que merece hacer un escueto pero necesario balance. El hecho más relevante y destacable fue por supuesto el estallido de la gran crisis del liberalismo mundial, que comenzó en los EE.UU. y que por obra de la globalización salpicó al mundo y que fue endosada rápidamente a Latinoamérica. En medio de corridas y salvataje, las pérdidas empresarias fueron apresuradamente nacionalizadas, para que las paguen todos los pueblos del mundo, mientras un negro llegaba a la Casa Blanca. Como lo señaló Primera Página en su número 168, “Latinoamérica es la primera en darse cuenta que el neoliberalismo está agotado”, en contrapartida, se afianzan en el continente gobiernos como los de Evo en Bolivia, Correa en Ecuador y Lugo en Paraguay, a los que se agregan Cuba y Venezuela, convirtiéndose en un torrente incontenible y poderoso, a los que debe sumarse más temprano que tarde la Argentina. ¡¡¡Ojo!!!, no queda ya espacio ni para el Fondo Monetario Internacional ni para el Banco Mundial, por más que éstos pretendan democratizarse, como lo resolvió el G 20 a instancias de la Argentina. Lo que sí debe institucionalizarse rápidamente es el Banco Del Sur, para que sean los propios pueblos del Cono Sur los que manejen sus finanzas sin presiones ni condicionamientos inadmisibles. La Argentina, pese a la zancadilla desestabilizadora del llamado “Campo Sojero” (léase mejor Sociedad Rural aliada a lo más amarillo de la política vernácula), dio algunos pasos interesantes, tales las recientes estatizaciones del Correo, los Ferrocarriles San Martín y Belgrano Cargas, Aguas Argentinas, el Sistema Jubilatorio y Aerolíneas Argentinas. Aunque importantes no son suficientes, hace falta recuperar las riquezas naturales extinguibles como el petróleo y la minería, estatizar al servicio de subterráneos, el resto de las líneas ferroviarias que hoy funcionan subsidiadas y en estado crítico, y por sobre todo evitar que se siga vendiendo el agua. Llama por ello poderosamente la atención el inesperado veto del Ejecutivo a la Ley de Protección de los Glaciares aprobada por unanimidad en el Congreso. Además, es necesario reformular urgente el sistema tributario, gravando las grandes fortunas y desgravando el consumo popular a través del IVA, que también recae sobre la medicina, la educación y el papel prensa. Pero volviendo al tema minero, debe reformarse urgente su arcaico sistema de explotación en manos de empresas multinacionales que se llevan el 97% de lo producido, dinamitan sin control la montaña, la convierten en polvo y utilizan para separar los minerales de la roca millones de litros de agua y toneladas de cianuro, contaminando los cursos de agua (una mina mediana utiliza seis toneladas de cianuro diario). Además, los polvos tóxicos de las explosiones envenenan el aire haciendo desaparecer la vegetación natural y provocando gran mortalidad entre la fauna silvestre. “El agua vale más que el oro”, sin embargo en gran parte del territorio nacional se están autorizando proyectos mineros en busca oro y plata sin ningún control; a su paso quedarán ríos y tierra contaminados con arsénico, acido sulfúrico y cianuro. Participan de estos “redituables” proyectos muchos de los gobernadores de provincias que hoy forman parte del elenco presidencial, como San Juan, Catamarca, Chubut y Córdoba donde, infamemente, Schiaretti negocia el agua potable del Río Cuarto. ¿Por qué? Asimismo se utiliza mano de obra infantil y se pagan sueldos “en negro”. Luchar por una vida digna sin contaminación y sin explotación es posible, falta sólo voluntad política. Se puede vivir sin oro y sin plata, pero no se puede vivir sin agua. El agotado liberalismo mundial no debe gobernar dentro de nuestras fronteras ni debe permitírsele arrasar con nuestros recursos. Que el año 2009 que pronto comienza sea el año de la recuperación definitiva de la soberanía, el suelo, el agua, el aire y la felicidad “…para todos los hombres del mundo quieran habitar en el suelo argentino…” Hasta la Próxima

1 comentario:

Anónimo dijo...

Felicitaciones por el recupero de estas historias que nos permiten hoy conocer la identidad barrial.
Soy autora de una novela La Polaca, Ed. Norma que evoca a Balvanera a través de las vicisitudes de una inmigrante polaca Raquel Liberman pupila en un burdel. Esa "mujer de vida airada" como la etiquetaron los diarios de 1930 fue quien denunció a la extendida red prostibularia Zwi Migdal.
www.myrthaschalom.blogspot.com