EDITORIAL (nº 178 Octubre 2009)
Es abundante y hasta excesivo el material radial, gráfico y sobre todo televisivo relacionado con el tema de la droga. La insólita oferta se asocia a un paralelismo: droga-violencia-delincuencia, esencialmente destinado a la juventud.
Queda sobrentendido que se trata de la violencia de abajo hacia arriba en la escala social. Nada dicen de la violencia de arriba hacia abajo, ejercida de parte de los poderosos y padecida por los más frágiles.
Resulta emblemática la decisión de
En un universo incierto, con barreras infranqueables, carente de lógicas posibilidades de realización profesional o laboral, sólo triunfan los considerados “exitosos”, los desencantos son muchos.
La angustia, la exclusión, la discriminación, la sospecha y la persecución, son moneda corriente, en especial entre la juventud pobre, proveniente de hogares humildes, “no exitosos”.
Poco o nada se habla del gran negocio que está detrás de la droga, del poderoso traficante, y hasta de los gobiernos que producen y trafican.
El caso de Colombia es más que ilustrativo. Allí un tercio de los legisladores posee causas pendientes con la justicia, y el mismo presidente Uribe se encuentra más que sospechado si atendemos a que actúa como gerenciador de los intereses de la corona norteamericana, principal consumidor mundial del producto.
El especialista francés y funcionario de las Naciones Unidas, Iban de Rementería, rubricó muchas páginas al respecto, y calificó al producto de elixir para el alma que asegura el reposo y una mayor producción laboral. Se podría agregar, una mejor y más disimulada explotación.
Países como Afganistán, por ejemplo, se encuentra en lo que históricamente fue la ruta de la heroína, de la que produce el 80% del consumo mundial -gran parte para exportar-. No es casual el interés de los EE.UU. y
Sin embargo, no es este tipo de droga la que produce la mayor mortalidad mundial. El tabaquismo provoca cinco millones de víctimas, contra sólo 200 mil de aquélla, lo que no amerita menospreciar su nocividad, con el agravante de que el consumo de droga aumenta mientras que el del tabaco disminuye. Con la actual introducción del “Paco”, (sustancia de bajo costo, elaborada a partir de bicarbonato de sodio, cafeína y alcaloide) como resaca de la droga para los sectores marginados, la situación adquiere características dramáticas.
Por lo tanto, este delicado tema, como tantos otros graves problemas sociales de la humanidad, son ocultados y tergiversados por los multimedios del sistema, verdaderas fábricas de noticias, mimetizados tras una pantalla de programas, especialmente televisivos, de escaso o nulo valor artístico-cultural, que apuntan a un vulgar pasatiempo (una droga visual) para los incautos que buscan una evasión temporaria de los avatares de la jornada que finaliza.
No se escatima ni el mal gusto, ni la grosería barata, ni el sexo implícito, ni la humillación o la ridiculización de cuanto participante se preste al ridículo, y no lo decimos por purismo estúpido ni conservadorismo religioso.
No valen ejemplos que todos conocen, aunque si prospera la nueva ley de despenalización de las calumnias e injurias, ¡bienvenida sea! Será factible marcar al cholulaje con nombre y apellido y si felizmente se aprueba la nueva ley de radiodifusión, otro será el cantar.
Un ejemplo puntual de la complicidad de los medios en la desinformación fue el multitudinario encuentro de jóvenes hacia la constituyente social, realizado en Embalse de Río Tercero (Córdoba, entre el 15 y el 17 de agosto pasado). Allí participaron 2.500 personas, provenientes de todo el país, en representación de 400 organizaciones sociales y políticas, y no mereció cobertura alguna de los grandes medios.
Bajo el lema “Ni un pibe menos, trabajo, pan y un pueblo feliz”, debatieron temas de alto contenido social como desocupación, trabajo, salarios dignos, salud, vivienda, entidad, recursos naturales, educación, reforma tributaria, discriminación y pueblos originarios, ente otros temas candentes.
Los mismos jóvenes “Perdiendo el miedo y con alegría” marcharán el 23 de octubre a una jornada nacional de movilizaciones y a un encuentro nacional hacia la constituyente social en el mes de noviembre.
Hasta la próxima
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