jueves, 2 de abril de 2009

EL JOAQUIN B. GONZALEZ


Luces y sombras en la nueva casa del “Joaquín”

Comienza una nueva etapa para el Instituto Superior del Profesorado Dr. Joaquín V. González, ya que en febrero concretó su mudanza del vetusto y ruinoso edificio de Rivadavia al 3500, donde compartía las instalaciones con el colegio secundario Mariano Moreno desde hacía 30 años, al inmueble situado en Ayacucho 632. Sin embargo no todo lo que brilla es oro, porque la flamante construcción fue ideada en base a una matrícula menor a la real.
Resulta difícil comprender que un instituto de esta envergadura, creado en 1904, nunca haya tenido un edificio propio y siempre haya debido vivir “de prestado”. El camino que conduce a esta nueva sede ha sido largo y trabajoso. Décadas de falta de mantenimiento fueron degradando el edificio de Rivadavia, haciendo que los alumnos cursaran en pésimas condiciones: hacinamiento en las aulas, escasez de mobiliario, ausencia de calefacción en invierno y de ventilación en verano, cortes de luz y de agua. A partir de graves percances como la caída de un techo en 2002 y el desplome de un ventilador, estudiantes y docentes empezaron a reclamar la compra de un nuevo inmueble con la capacidad y las condiciones de seguridad necesarias. Así se fueron sucediendo cortes de la Avenida, sentadas, clases públicas y marchas a la Jefatura de Gobierno y a la Legislatura. La Defensoría del Pueblo constató deficiencias en Rivadavia, como la falta de matafuegos, la no señalización de la salida de emergencia –que además estaba cerrada con candado– y la puerta de entrada giratoria. En 2004 la Ciudad decretó que el edificio de Ayacucho –adquirido en 2000 y que pertenecía a la AMIA– fuera destinado al Profesorado. La Defensoría intimó al Gobierno de la Ciudad a iniciar las obras para acondicionarlo y así se iniciaron en 2006, después de la licitación ganada por la empresa Riva S.A. Pero, he aquí el nudo del problema, las refacciones se realizaron tomando en cuenta 4.500 estudiantes cuando en realidad son 6.000 como mínimo. La presidenta del Centro de Estudiantes, Sabrina Álvarez, plantea un dilema preocupante: “La duda es qué pasa con estos 1.500 estudiantes que no entran. Es un edificio impecable, en el cual se invirtió mucho dinero pero toda la infraestructura –-incluida la salida de emergencia– está diseñada para 4.500, no para 6.000. ¿Esos 1.500 van a cursar todos amontonados en Ayacucho? ¿Y si se produce un accidente? Al ocuparla más gente de lo que su capacidad permite, la sede deja de ser segura”. El Consejo Directivo del Instituto argumentó que dispuso el traslado a pesar de la oposición de la mayoría de los estudiantes, porque recibió una orden del Ministerio de Educación, lo cual suena confuso si se considera que la habilitación no está aprobada sino que está en trámite. Incluso, en marzo se tomaron allí exámenes mientras se encontraba la obra aún en curso, con sólo tres pisos habilitados. El propio Rector admitió que la capacidad es insuficiente –mientras antes sostenía lo contrario– y que no sabe cómo lo va a solucionar. Acaba de elevar una carta al Ministerio pidiendo un anexo. En este sentido, Álvarez es terminante: “Queremos un anexo que sea definitivamente nuestro. La Ciudad debería tomar la decisión de comprar otro inmueble cercano al actual y, mediante una sede provisoria, garantizar que el espacio alcance hasta que se termine de remodelar. Por el momento, ningún funcionario nos dio una respuesta, el ministro Mariano Nadorowski ni nos recibe”. El caso del “Joaquín” se inscribe en el marco del estado calamitoso de la educación: “Hoy por hoy, el 60% de las escuelas de la Ciudad tiene problemas edilicios graves. Nunca fue prioridad para ningún gobierno invertir en educación, siempre lo vieron como un gasto. En nuestro caso, se trata nada menos que de la formación de los docentes del nivel medio. Se está dañando al sistema educativo en su conjunto: esto es lo que queríamos denunciar a la comunidad”, manifiesta la líder del Centro. Los dirigentes estudiantiles debatirán en una asamblea los pasos a seguir. Mientras tanto, llevarán a cabo una fuerte campaña informativa con volantes en los próximos días y a partir del inicio de clases, el 13 de abril, planean pasar por los cursos para palpar la reacción de los estudiantes: “Ahí seguro todo va a estallar…”, anticipa Álvarez, “…son 11 pisos y hay 4 ascensores donde apenas entran 7 personas. A las 8 de la mañana, cuando ingresen 2.000 alumnos, no se va a poder subir. Va a ser un caos. De todas maneras, reconocemos que este edificio representa un avance en relación al de Rivadavia”. La empresa constructora hará entrega de la sede el 31 de marzo, en tanto, la ceremonia oficial de inauguración se desarrollará los primeros días de abril. ¡Felicidades al “Joaquín”! Laura Brosio

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sinceramente no podemos creer en la palabra de alguien que como título pone Joaquin "B" Gonzalez
""JOAQUÍN V. GONZÁLEZ""
evidentemente no sos alumno,o no vas a estudiar como muchos, que lo unico que hacen es protestar y ver siempre lo malo.Ni el nombre como la gente pones!!!
dejense de joder che

Anónimo dijo...

Contesto a "Anonimo" que escribio el 5 de septiembre.
Estás conforme si mandas a tu/s hijo/s hija/s a estudiar al Instituto Superior del Profesorado Dr. Joaquín V. González, (bien escrito como te gusta)?
Estas seguro/a de que lo que se denuncia en este articulo no le afecta a los miles de estudiantes que estudian en el Instituto Superior del Profesorado Dr. Joaquín V. González, (bien escrito como te gusta)?
Acaso vos estas dentro del Instituto Superior del Profesorado Dr. Joaquín V. González, (bien escrito como te gusta) como para decir lo contrario a lo que dice este articulo?.
Estudias en el Instituto Superior del Profesorado Dr. Joaquín V. González, (bien escrito como te gusta) como para desmentir lo que se dice en este articulo?.
Vivis en este país llamado Argentina lo suficiente como para decir que al estado le importa la educacion de nuestros hijos y le dá prioridad a la educacion como para que nuestros hijos tengan una educacion como Dios manda?
No escribas "Sinceramente no podemos creer...". Hablá como se debe, no hables por mí, yo no te dí permiso de hablar por mí, en todo caso quienes son los que no creen en la palabra de este articulo?