Recordando a dos estrellas: José Marrone y Juanita Martínez
José Carlos Marrone nació en Villa Crespo el 25 de octubre de 1915, hijo de un taxista y una costurera.
Por la violencia de su padre abandonó su casa siendo jovencito. En alusión al título de su programa televisivo “Los trabajos de Marrone” comentó una vez: “Hice de todo lo que un pibe honesto hace para no caer en el mal camino… fui lustrabotas, canillita, albañil, plomero, carnicero”.
Actuó en radio, varieté, hizo teatro con el dúo “Buono-Striano”, llegó al teatro de revistas en el Maipo, donde encabezó muchas temporadas.
“Aunque me censuraron más de una vez, lo mío no es usar palabrotas, prefiero la doble intención y picardía”.
Estaba casado con Rosa, con la que tuvo a su hija Coqui.
En abril de 1950 conoció a su amor, Juanita Martínez, vedette destacada y de gran belleza.
En televisión tuvo mucho éxito entre público de todas las edades: “El circo de Marrone”, y el mencionado ciclo “Los trabajos de Marrone”. Su característico gesto y expresión “Cheé” perdura hasta el día de hoy.
Participó en 20 películas, en temporadas de comedias, y en muchos Teatros de Revistas, donde fue compañero de Adolfo Stray, Dringue Farías, Nélida Lobato, Norma y Mimí Pons.
En la época de oro de la Revista, compartió con su Juanita 40 años de felicidad, hasta que su sonrisa se apagó para siempre el 27 de junio de 1990.
En una oportunidad José Marrone comentó: “Trato de evitar que otros pibes pasen por lo que yo pasé y si lo cuento es para que mi actitud sirva para que otras personas sigan mi ejemplo”.
Juanita Martínez amó mucho a Pepito durante 40 años y lo siguió amando con tanta desesperación que instaló en su hogar un pequeño museo con sus objetos, fotos y sus cenizas. Y siempre contaba cuánto lo extrañaba.
Dijo Juanita una vez: “Como mi padre fue escribano, siempre tengo mis papeles al día y ya preparé todo para cuando no esté más. Esta casa (de la calle Entre Ríos, en Martínez) que es mía, ya está a nombre de los hijos de Coqui (la hija de Pepitito) y tengo usufructo de por vida”.
Y agregó: “La esposa de Marrone era 25 años mayor que yo y estaba muy enferma. Como era una lucha muy despareja, jamás me quejé. Cuando se murió, lloré, porque había aprendido a quererla”.
“Lo único que me da miedo es el sufrimiento. Tuve una vida hermosa. Muy feliz toda mi vida a su lado”.
“Era un hombre muy apasionado. Yo me ponía un short y él me empezaba a correr por toda la casa… ¡Marrone, que está el jardinero! le decía yo, ¡Ma qué jardinero, vení acá que tenés unas gamberolas!”. Era una mujer divertida, alegre.
Comenzó a sufrir una grave dolencia, fue operada y el 12 de mayo de 2001, dos días después de haber cumplido 76 años, Juanita Martínez, agotada, deprimida, cansada de luchar contra “la enfermedad”, tomó una trágica determinación. Su empleada la encontró sin vida, con un arma en la mano derecha y en la izquierda una foto de “Coco”, como ella llamaba a su Marrone.
Natan Blum
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