El 28 de mayo de
1946 fue creado el IAPI
“Instituto Argentino
de Promoción del Intercambio”
“La economía nunca ha sido libre: o
la controla el Estado en beneficio del pueblo, o lo hacen los grandes
consorcios en prejuicio de éste.”
Juan Domingo Perón
Con
la culminación de la “Década Infame” (1930-1942) y el fin de la Segunda Guerra
Mundial, se abre en 1946 una nueva perspectiva en el desarrollo del país.
Se
pasa de una economía liberal, controlada por los monopolios nacionales y
extranjeros, a otra en la que el Estado cumplirá
una función reguladora, organizadora y reformadora de las reglas que redujeron a la Argentina a ser una factoría dependiente de los grandes países centrales –especialmente
Inglaterra y los EE.UU.– y de sus corporaciones financieras.
La
creación del IAPI y la nacionalización del
Banco Central (hasta entonces controlado por los ingleses), serán las
herramientas con las que el peronismo, una nueva fuerza nacional y poli-clasista,
encarará una más equitativa distribución de la riqueza.
El
IAPI concentrará múltiples funciones de control y regulación del mercado
externo, abastecimiento, fomento, asesoramiento y susidios a empresas
nacionales, provinciales, cooperativas y privadas.
ANTECEDENTES
HISTÓRICOS
“Si no se
dirige bien una revolución, si el espíritu de ambición, de intriga y de egoísmo
sofoca el de defensa de la patria, en una palabra, si el interés privado se
prefiere al bien general, el noble sacudimiento de una nación es la fuente más
fecunda de todos los excesos y del trastorno del orden social. Lejos de
conseguirse entonces el establecimiento del orden y la tranquilidad interior
del Estado –que es en todos los
tiempos de objeto de los buenos– se cae en la
más horrenda anarquía, a la que siguen los asesinatos, las venganzas personales
y el predominio de los malvados sobre el virtuoso y pacífico ciudadano”.
Estas lúcidas
observaciones que Mariano Moreno
esbozó hace 200 años en su Plan
Revolucionario de
Operaciones, lamentablemente
desechado tras su asesinato en alta mar, marcan el frustrado inicio de una
economía nacional independiente, cuando se
convirtió al naciente estado en presa fácil del Imperio inglés, que mediante el leonino empréstito de la Baring Brothers, nueva
estrategia política de dominación colonial, suprimió
económicamente por casi cien años nuestro desarrollo como nación independiente.
FABRICA DE AVIONES DE CÓSDOBA DESMANTELADA POR ORDEN DE LOS ESTADOS UNIDOS |
La oligarquía terrateniente local actuó como delegada mandante de
aquellos intereses que limitaron al país a ser
una factoría agrícola ganadera,
exportadora de materias primas, postergando toda posibilidad de desarrollo
industrial, por incipiente
que éste pudiera haber sido.
Esta estructura deformada de economía perduró durante 150 años, hasta
el nacimiento del IAPI que vino a
ponerle coto en 1946, con el
advenimiento del peronismo, una fuerza política de nuevo tipo que hizo
irrupción en el gobierno y en el poder.
El fenómeno peronista producirá un
antes y un después en nuestra historia,
ubicando como protagonistas a los actores
sociales, mediante una alianza de clases con dos soportes: el movimiento obrero por un lado y la burguesía
nacional por el otro.
La idea, que prendió del lado obrero, fracasó en captar a la
desconfiada burguesía argentina, más elitista, conservadora y terrateniente, más
financiera que industrial y nada predispuesta a compartir la distribución de la
riqueza.
Aparecerá el fenómeno de los “cabecitas
negras”, desheredados del interior que vinieron a “hacer la Capital”, como antes los españoles e italianos
vinieron a “hacer la América”; se vuelve a reeditar la nunca saldada disputa Ciudad Puerto vs. Interior. Aparece una
nueva denominación desde el peronismo, la de
“contreras”,
epíteto con el que se calificó a la oposición.
La época del primer gobierno peronista fue la de mayor transferencia
de ingresos hacia los sectores populares, que accedieron también a niveles
inéditos de participación política, con mayores niveles
de acceso a la educación, a la salud, a los servicios públicos y a un
trabajo más digno.
Algo que le restó
importantes apoyos al peronismo fue la
implantación de la censura, la persecución política y los marcados rasgos de
culto a la personalidad, que aunque justificados por ser un “período revolucionario”,
se convirtieron con el tiempo en el cultivo de la restauración de las fuerzas
conservadoras.
Importantes medidas administrativas y legislativas facilitaron desde
un comienzo el afianzamiento del nuevo régimen, entre ellas el IAPI, que le quitó a la oligarquía el
manejo del mercado externo, al que se agrega la nacionalización del Banco Central, hasta entonces controlado por
los banqueros ingleses y sus asistentes locales. El Primer Plan Quinquenal
(1947-1951) aprovecha la coyuntura de la crisis de posguerra,
la gran disponibilidad de divisas y los altos precios de las materias primas en
el mercado mundial.
EL NACIMIENTO DEL IAPI
Para Raúl Scalabrini Ortiz la
producción agraria, hasta la creación del IAPI, fue monopolizada por el Grupo Bunge y Born y sus acólitos. “…Durante muchos decenios se estafó
al productor y al país con la treta, ingenua pero eficaz, de ‘a fijar precio’.
La reapertura el llamado Mercado a Término vuelve a ofrecer la oportunidad de
repetir la maniobra. A menos que se exija, como ocurre en Estados Unidos, que
las compras sean ‘reales y necesarias’. El IAPI, que era un instrumento de
regulación y de contención, fue acusado de ser una institución totalitaria y de
entorpecer la libertad de comercio, a pesar de asemejarse notablemente al ICC
norteamericano. ¿Por qué lo que allá y en Gran Bretaña es democrático aquí es
totalitario?...”.
Por decreto 15.350 del 28
de mayo de 1946, firmado por el Presidente Farrell (a instancias del
equipo dirigido por Perón, que desde el 17 de octubre de 1945 detentaba el poder real) se crea el Instituto Argentino de Promoción del
Intercambio.
Esta medida fue
precedida por la nacionalización del Banco Central, mediante
decreto también de Farrel nº 8.505 del 25 de marzo de 1946, con lo que el
peronismo tendrá la llave para producir un cambio radical en materia de control
del mercado externo.
Fue el organismo oficial que centralizó las diversas actividades
productivas y comercializadoras, orientadas fundamentalmente a controlar el mercado externo y a incorporar valor
agregado a las exportaciones.
Adquiría la casi totalidad de la producción de trigo (el principal
cultivo de aquella época), además de los cupos exportables de avena, cebada, centeno
y maíz, dejando en manos privadas las cuotas
destinados al mercado interno.
En materia de oleaginosas, adquiría la totalidad de la producción de
semillas, entregando fracciones a industriales para su proceso y luego adquirir
el aceite y comercializarlo en el interior y exterior. De la misma manera
actuaba sobre el mercado de carnes, de
grasas, sebos y cueros.
Estaba Investido de funciones financieras, otorgando fondos a otras reparticiones
públicas destinados a la adquisición de bienes de capital, al igual que a
sectores de la actividad privada para fomentar el desarrollo industrial.
Actuaba como un organismo de crédito y llegaba a subsidiar a ciertos
sectores de la producción, especialmente en el control de plagas y compra de
semillas, así como asistía a estos en situaciones
de emergencia climática (inundaciones y sequías).
Importaba insumos imprescindibles
para la actividad productiva, desabastecida
tras la reciente guerra mundial, tales como cemento, algodón, yute, soda cáustica
y otros.
También subvencionaba productos de consumo masivo a fin de mantener el
nivel del salario real.
Formalizaba convenios internacionales, tendientes a obtener mejores
precios en el mercado mundial para las
exportaciones locales. Asesoraba y al mismo tiempo controlaba al empresariado.
Hasta 1949 dependía del Banco Central, junto
al Banco Industrial de la República Argentina, Banco Hipotecario Nacional y a
la Caja de Ahorros.
Participó en importantes transacciones durante la nacionalización de
ciertos servicios públicos, como la Flota Mercante, Gas del Estado y Aerolíneas
Argentinas.
UN ANTES Y UN AHORA
Tras el golpe militar de 1955 se produce la liquidación
del IAPI. Nuevamente se implantan en el país
las recetas neoliberales y otra vez serán las corporaciones las que dominen la economía y las exportaciones, en manos y en beneficio de unos pocos
privilegiados. Tal el caso de Bunge y Born,
cuyo gerente general era Alfredo Hirsch, uno
de los hombres más ricos y poderosos del país.
El IAPI tuvo sus
defensores y sus detractores, por ejemplo: Arturo Jauretche
decía: “Defendíamos pues, el precio internacional de nuestros productos,
unificando la comercialización en un organismo del Estado, beneficiándonos del
transporte y del seguro, exportando trabajo a través de la exportación de
materia prima cada vez más elaborada, y rompíamos el bloqueo internacional, de
origen político, de la unanimidad de las grandes potencias, y el de origen
comercial de los grupos monopolistas de nuestra exportación, forzando a través
de los tratados bilaterales la apertura de nuevos mercados, y liberando
nuestros precios del papel bajista que les hacían jugar los consorcios
internacionales”.
Rodolfo Puiggrós, a su vez
sentenciaba: “Nada parecía molestarles
tanto –a los Estados Unidos– como el IAPI, que en 1947 ganó más de 1.200 millones de m$n en la
comercialización de las cosechas y era una fuente de divisas para nuestro país.
La nación proteccionista por excelencia, movilizó a todos los falsos apóstoles
de la democracia en abstracto para exigir el desmontaje del IAPI y de todas las
empresas del Estado”.
Sería poco atinado recrear hoy el IAPI, 67 años más tarde, tal como éste
era en su versión original. Sin embargo tiene aún plena vigencia en el actual
mercado globalizado, más neoliberal que
nunca, en un mundo convulsionado y en crisis, y
en una América en vertiginoso proceso de liberación de las garras de los
imperios. Es preciso un adecuado control de las exportaciones por parte del
Estado en beneficio de toda la comunidad, porque
la economía no es libre, la dominan los poderosos o la dominan los pueblos.
Miguel Eugenio Germino
-http://html.rincondelvago.com/peronismo_4.html
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