EDITORIAL AL Nº 245 NOVIEMBRE DE 2015
El hombre es el único
ser capaz de tropezar una y diez veces con la misma piedra
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“Del otro lado de la reja está la realidad,
de este lado de la reja también está la realidad;
la única irreal es la reja…
Aunque parezca a veces
una mentira,
la única mentira no es
siquiera la traición,
es simplemente una reja
que no pertenece a la
realidad.”
Paco
Urondo
“La única verdad es la realidad”, este axioma acuñado por Aristóteles
rebatiendo la teoría de Platón, muy extendido en nuestro país, se usa para
indicar que más allá de las perspectivas, los hechos concretos son los que
valen. El mismo fue popularizado por el presidente Perón en defensa de su
gestión ante la crítica de sus opositores.
Hoy el hecho real se dio en las elecciones del domingo 25 de
octubre pasado, en
las que la Derecha
logró un triunfo impensado en comicios libres de sospecha, ya que al haber sido
favorable al candidato opositor Mauricio Macri, no hubo cuestionamientos de fraude, otra cosa hubiera sido ante un
resultado opuesto.
Mal que le resulte a los sectores ideologizados y convencidos de la
población, se dio “el batacazo” de
un triunfo inesperado de la candidata del PRO, María Eugenia Vidal, en la provincia más
grande y numerosa del país, la de Buenos Aires que representa
el 37% del padrón.
Es una realidad que no tiene vuelta atrás, falta ahora esperar los
resultados sobre su capacidad de asumir tamaño desafío.
Por el momento cuenta analizar el absoluto fracaso de las encuestas,
que ni de lejos previeron tamaña hazaña, que no estaba en los cálculos más extremos
del macrismo. Aún fallaron las llamadas “Boca de Urna”, mal que parezca al
parecer los votantes consultados mintieron al ser encuestados, tal vez para
eludir un supuesto “voto vergonzante”.
La política no es un mero hecho de enarbolar globos de colores, papel
picado y de “mover la colita” en chuscos pasos de baile, ésta (la política) es
algo mucho más serio y complejo para abordarlo de forma intrascendente y frívola.
La situación es que la derecha
liberal hizo una formidable elección, lo que amerita un profundo análisis
crítico y autocrítico. ¿Falencias de los sectores populares?, ¿errores?, o
¿simplemente subestimación del adversario?
A cada causa le corresponde un efecto y acá vale tener presente el gran papel que jugaron los medios
hegemónicos opositores –una gran
cadena virtual que bombardea durante las 24 horas del día los 365 días del año.
A esta altura vale una anécdota interpretativa como seña: cierto psicólogo
asombrado por el alto grado traumático de sus pacientes de un geriátrico, optó
por permanecer junto a ellos durante varias horas continuas a fin de investigar
las causas. Profundo fue su asombro cuando comprobó que a sus pacientes les
sintonizaban continuamente el canal de cable TN, con su pregón diario de
inseguridad, robos, asaltos, crímenes y secuestros.
Sin embargo no son solo los medios los responsables de ciertos
comportamientos erráticos del votante, hay más, y tal vez se trate de un
síndrome de subordinación similar al ya
famoso “Síndrome de Estocolmo” un sometimiento
de secuestrador-secuestrado. Es la relación de sectores pobres y humildes que
anhelarían ser gobernados por amos ricos y poderosos en un posible afán de
mediatizarse ante ellos. Es un poderoso síntoma
imitativo de ascenso en la escala social.
Este hecho es ya algo común y se reitera en América y el mundo, que quienes han recibido importantes beneficios
del Estado, como en Argentina, una vez gozados y asimilados éstos, aspiran a
más y tienden a despreciar a sus antiguos compañeros de desdicha. ¿No es
éste un síndrome?
En nuestra sociedad existen distintos sectores en el electorado: el ideologizado,
otro de convencidos, y una mayoría fluctuante, que son los que
finalmente deciden e inclinan la balanza.
Hoy ante un próximo balotaje el
22 de noviembre deben dilucidarse varios dilemas, ¿la mayoría de este electorado es de
derecha? ¿Se buscaría volver al pasado dependiente neoliberal de Menem-Cavallo,
no tan lejano del 2001? ¿O se aspiraría a
continuar con una política de distribución, inclusión, desendeudamiento e
integración al conjunto de Estados Latinoamericanos
liberados de las garras del Imperio? ¿Qué es lo real y qué es lo aparente en este
complejo juego?
Todo acontecimiento es evaluado
por las personas en una lectura que no es siempre la misma. El hombre es el único animal que posee la capacidad de
razonar aunque no siempre la utiliza correctamente. En el medio se
impondría “aquella reja” que divide lo real de lo irreal.
Hasta
la Próxima
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