LAS CONSECUENCIAS DEL ODIO SEMBRADO
El intento de magnicidio contra Cristina Kirchner
El odio sembrado desde
los medios, desde las filas opositoras, ese odio que fue escalando día a día,
semana a semana, minuto a minuto, que llegó a las inéditas vallas de Larreta,
desactivadas por el empuje popular, y el amparo judicial, hicieron posible este
intento frustrado de magnicidio.
Un ataque, sin precedentes en esta etapa democrática,
que mereció el inmediato repudio de ministros, legisladores, figuras políticas,
el propio Papa Francisco y miles de dirigentes internacionales, y hasta políticos
de la oposición y el oficialismo, sindicatos y personalidades de distintos
sectores, que pidieron el esclarecimiento del caso.
Este intento quedó registrado en imágenes tomadas
por la Televisión Pública en las inmediaciones del domicilio de la ex mandataria,
mientras el agresor, reducido por la multitud, identificado como Fernando Andre
Sabag Montiel, quedó finalmente detenido por agentes de la Policía Federal.
Rápidamente se activó la movilización popular a lo largo y ancho de todo el país, con
centenares de concentraciones, en Buenos aires, en Plaza de Mayo, y se hace
necesaria una Mano dura del Gobierno Nacional, con hechos concretos para
parar el odio antes de que sea tarde.
Renace el momento más peligroso
de la grieta histórica que surgió en mayo de 1810, con el asesinato de Moreno en
alta mar, con el fusilamiento de Dorrego, con el regicidio de decenas de caudillos descabezados –como escarmiento-- en
el interior por la Liga Unitaria, por los muertos de la Semana Trágica, la
Patagonia Campesina fusilada, por los caídos en el bombardeo a Plaza de Mayo de
junio del ’55, los muertos de José León Suarez, los fusilados de Trelew, y los
30 mil desaparecidos.
Todo fue concluyendo en ésta
etapa aguda de aquella grieta, ensanchada y aguzada desde los medios hegemónicos,
que redoblan el odio de clase, que hoy se concentra en Cristina Kirchner.
La pistola que gatilló dos veces sobre su cabeza falló,
afortunadamente, pero sus verdugos permanecen en el anonimato, fue la crónica
de un “atentado anunciado”, es el arma de Sabag que está hoy en las muchas
manos de los odiadores convertidos en asesinos.
¡Basta ya!, un freno que el
pueblo movilizado en la calle debe prevenir.
La violencia se practica
también desde “el campo” y el “empresariado” que manipulan los precios, inalcanzables
para los trabajadores y las clases populares.
“Son ellos o nosotros”
sentenció el “ciudadano” Ricardo López
Murphy, y desgraciadamente hay muchos “Murphys”, a ello respondemos: nosotros, nosotros,
nosotros…
Primera Página
2.09.2022
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