17 DE OCTUBRE DE 1945 CUANDO LA PATRIA SE SUBLEVÓ
El 17 de octubre –como
fecha–, marca una línea de inflexión
en la historia de nuestro país, tanto por acción como
por omisión, y fueron muchos los escritores nacionales e internacionales que
escribieron sobre el tema, pero tal vez el año 2022 sea el más apropiado para
recordar algunas de aquellos, ya que también por parecidas razones, marca otra
línea de inflexión.
RAÚL SCALABRINI ORTIZ
"Pensaba
con honda tristeza en esas cosas en esa tarde del 17 de octubre de 1945. El sol
caía a plomo cuando las primeras columnas de obreros comenzaron a llegar.
Venían con su traje de fajina, porque acudían directamente de sus fábricas y
talleres. No era esa muchedumbre un poco envarada que los domingos invade los
parques de diversiones con hábito de burgués barato. Frente a mis ojos
desfilaban rostros atezados, brazos membrudos, torsos fornidos, con las greñas
al aire y las vestiduras escasas cubiertas de pingües, de restos de breas,
grasas y aceites. Llegaban cantando y vociferando, unidos en la impetración de
un solo nombre: Perón. Era la muchedumbre más heteróclita que la imaginación
puede concebir.
Los rastros
de sus orígenes se traslucían en sus fisonomías. El descendiente de meridionales
europeos, iba junto al rubio de trazos nórdicos y el trigueño de pelo duro en
que la sangre de un indio lejano sobrevivía aún… Así avanzaba aquella
muchedumbre en hilos de entusiasmos que arribaban por la Avenida de Mayo, por
Balcarce, por la Diagonal.
Un pujante
palpitar sacudía la entraña de la ciudad. Un hálito áspero crecía en densas
vaharadas, mientras las multitudes continuaban llegando. Venían de las usinas
de Puerto Nuevo, de los talleres de la Chacarita y Villa Crespo, de las
manufacturas de San Martín y Vicente López, de las fundiciones y acerías del
Riachuelo, de las hilanderías de Barracas. Brotaban de los pantanos de Gerli y
Avellaneda o descendían de las Lomas de Zamora. Hermanados en el mismo grito y
en la misma fe iban el peón de campo de Cañuelas y el tornero de precisión, el
fundidor mecánico de automóviles, la hilandera y el peón. Era el subsuelo de
la patria sublevado. Era el cimiento básico de la Nación que asomaba, como
asoman las épocas pretéritas de la tierra en la conmoción del terremoto. Era el
substrato de nueva idiosincrasia y de nuestras posibilidades colectivas allí
presentes en su primordialidad sin reatos y sin disimulos. Era el de nadie y
el sin nada en una multiplicidad casi infinita de gamas y matices humanos,
aglutinados por el mismo estremecimiento y el mismo impulso, sostenidos por una
misma verdad que una sola palabra traducía: Perón." (Scalabrini Ortiz,
en Hechos e ideas, febrero 1946).
LO QUE NACIÓ AQUEL 17 DE OCTUBRE
No fue un
simple alzamiento o rebelión popular, fue el inicio de un proceso de cambios
que dejó huellas para el futuro del país. Marcó un hito en la historia
política, que aún hoy continúa siendo materia de estudio, análisis y discusión.
El relato testimonial de Sebastián Borro, un
obrero que participó de la jornada aquel 17 de octubre, es elocuente de lo por
venir:
“El 17 de octubre de
1945 me encuentra cumpliendo tareas en un establecimiento metalúrgico ubicado
en Constitución, sobre las calles Luis Sáenz Peña y Pedro Echagüe. Yo tenía
entonces 24 años de edad. Mi oficio era oficial tornero mecánico… En la mañana
del 17 de octubre, aproximadamente a las 9, grupos de personas venían desde
Avellaneda y Lanús avanzando hacia el centro de la ciudad. Pasaron por la calle
Sáenz Peña, observaron que había un taller mecánico (donde trabajaban 130
personas) se acercaron a nosotros y nos dijeron: ‘Muchachos
hay que parar el taller, hay que salir a la calle a rescatar a Perón’.
Las noticias que teníamos en ese momento
eran que Perón estaba detenido y que todo lo que se hacía era para rescatarlo.
Efectivamente, el taller paró y la gente salió a la calle. Algunos fueron a sus
casas. Pero la gran mayoría siguió con los compañeros que venían del sur.
Fuimos caminando hacia Plaza de Mayo y habremos llegado aproximadamente a las
once y media, porque en el camino íbamos parando los diversos establecimientos
de la industria metalúrgica y maderera que había por Constitución.”
Algunos
descalificaron aquel hecho como “aluvión zoológico”, pero se trataba de
la reacción contenida de un pueblo sojuzgado durante 135 años de recambios
oligárquicos y una justicia social negada. Perón, una figura desconocida hasta
entonces, desde la Secretaría de Trabajo, fue introduciendo, aun sin
pretenderlo, una serie de reformas que comenzaron
a ver a los trabajadores de forma diferente, por eso, cuando intentaron destituirlo,
el pueblo reaccionó y ocupó Plaza de Mayo.
El proceso de
industrialización, con la “Revolución Industrial” que avanzaba desde antes de la
Primera Guerra Mundial, fue afirmándose
rápidamente en el transcurso de los años 1940, eran los indicios de la
afirmación de un proletariado industrial, destinado a protagonizar una decisiva
experiencia histórica en medio del pánico de los partidos directa o
indirectamente complicados con el pasado. Era la antítesis del propio capital
que necesitaba expandirse. Esos proletarios, decepcionados del viejo socialismo y del radicalismo en plena descomposición
histórica después de la muerte de su gran caudillo Hipólito Yrigoyen,
comenzaban a adherir a un nuevo movimiento.
El 17 de
octubre no sólo fue una lección histórica para las fuerzas del antiguo orden,
sino que fue la demostración de una gigantesca voluntad política de la clase
obrera con su adhesión a quién sería su nuevo jefe (Perón) que supo percibir las condiciones históricas maduras que
rompían con las antiguas relaciones económicas del régimen de la producción
agropecuaria, que superaban los programas de los partidos pequeño burgueses.
La revolución
política exigía la reforma social. La recuperación de la economía enajenada al
extranjero y la elevación del nivel de vida del hombre argentino explotado,
constituyeron la doble faz de un mismo fenómeno: la toma de conciencia
histórica de las masas.
OPINIONES DE ENTONCES
Se sucedieron
opiniones bien disímiles entre sí. Según Arturo Jauretche: “El 17 de
octubre, más que representar la victoria de una clase, es la presencia del
nuevo país con su vanguardia más combatiente y que más pronto tomó contacto con
la realidad propia”. Como contrapartida, el dirigente conservador Emilio
Hardoy diría: “Había dos países en octubre de 1945: el país elegante y
simpático con sus intelectuales y su sociedad distinguida sustentada en su
clientela ‘romana’ y el país de ‘la corte de los milagros’ que mostró entonces
toda su rabia y toda su fuerza… ¡Días que sacudieron al país! … ¡Días en que la
verdad se desnudó!, ¡Días que cierran una época e inauguran otra!”. Por su
parte, John Wiliam Cooke opinaba: “El 17 de octubre de 1945 no fue una
simple manifestación protestataria, fue una Gran Rebelión Popular mediante la
masiva participación y movilización de los trabajadores y con verdaderas
características insurreccionales… El peronismo fue el más alto nivel de
conciencia al que llegó la clase trabajadora argentina”. “El 17 de octubre de 1945
marca el fin de una Argentina y el comienzo de otra. Fue un hecho tan
contundente que aún hoy, y a pesar de las conquistas perdidas, del patrimonio
entregado, de las infamias cometidas, ha quedado no solo como recuerdo y
evocación, sino como Bandera para las luchas por la Dignidad Nacional”.
Ernesto
Sammartino de la UCR, dentro de la ya instalada antinomia peronismo-anti
peronismo, expresaría en la Cámara de Diputados del Congreso Nacional el 7 de
agosto de 1947, con su oratoria altisonante y contestataria: “El aluvión
zoológico del 24 de febrero parece haber arrojado a algún diputado a su banca,
para que desde ella maúlle a los astros por una dieta de 2.500 pesos. Que siga
maullando, que a mí no me molesta”.
LAS PATAS EN LA FUENTE
La imagen de
los trabajadores con los pies en la fuente de la Plaza de Mayo quedó como una
postal imborrable de aquella gesta del 17 de octubre, que simbolizaba la
llegada del peronismo para cambiar la vida del pueblo argentino.
Las masas
irrumpieron en las calles, se apropiaron del espacio público y rompieron con
las buenas costumbres marcadas por las clases privilegiadas y el statu quo
impuesto por las élites dominantes. El peronismo se encarnó en el movimiento
político y social más transformador de la historia al impulsar un cambio
cultural en la vida argentina. Los derechos se ampliaron y se abrieron las puertas
a nuevas oportunidades para los postergados de siempre, era lo nuevo que nacía,
aún antes de morir lo viejo.
Miguel Eugenio Germino
Fuentes:
-http://tiempo.infonews.com/nota/10654/las-patas-en-la-fuente
http://www.elhistoriador.com.ar/frases/ascenso_y_auge_del_peronismo/el_golpe_de_juniode_1943.php
-http://www.magicasruinas.com.ar/revistero/esto/revdesto312c.htm
-https://es-la.facebook.com/permalink.php?story_fbid=649017631881428&id=246781465438382
-https://www.elhistoriador.com.ar/el-17-de-octubre-de-1945-testimonio-de-un-obrero/
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