No cede la violencia en Perú
Arrancó a fines del año pasado y, ya
superada la mitad del 2023, sigue sin decaer la violencia desatada en Perú
luego del golpe institucional perpetrado contra el ex presidente Castillo. La
presidenta Dina Boluarte sigue en su cargo
pese a las fuertes protestas que piden su renuncia.
El reclamo no es sólo contra la presidenta,
también se exige la renuncia de los
legisladores que son parte del problema. La
inestabilidad política es fruto de las decisiones, o de
la falta de ellas, que se produjeron en la sede del Parlamento.
Lo cierto es que no se avanza en la convocatoria a elecciones para
reemplazar a Castillo. Boluarte se aferra a
su cargo y es sostenida por las fuerzas de Seguridad
que reprimieron todas las protestas que se produjeron, ocasionando más de 50
muertos.
Durante el mes de julio siguieron las protestas,
pese a que las autoridades prometen reprimir cualquier desborde. Por lo visto,
el derecho a la protesta y a peticionar ante las autoridades no es considerado
un derecho constitucional por las actuales autoridades.
Lo cierto es que no se avizora un cambio en la realidad peruana. La violencia es la única autoridad política y no hay estamento social que proponga una salida que sea aceptada por todos los actores sociales. La situación se encuentra estancada y sin posibilidades de solución inmediata.
Pablo Salcito
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