jueves, 2 de junio de 2011

EL CASO SATANOWSKY


13 DE JUNIO DE 1957

“EL CASO SATANOWSKY”

“El caso Satanowsky reveló la profunda corrupción de un régimen que intentaba resolver mediante un grupo parapolicial, armado por la SIDE, la propiedad del diario La Razón. Semana tras semana generales, almirantes y jueces soportaron impávidos la campaña de un periodista que los acusaba de asesinato, extorsión y encubrimiento. Triunfó el silencio, la impunidad.” Rodolfo Walsh


Con motivo del asesinato del abogado Marcos Satanowsky el 13 de junio de 1957, Rodolfo Walsh, el periodista, escritor, intelectual y militante social, inaugura una nueva forma investigativa en paralelo con la justicia, cercana a la ficción de una novela policial. Se valió de la cobertura en entregas semanales de la Revista Mayoría, con sugestivas tapas y hasta la reclamada participación de los lectores.

La familia Peralta Ramos había contratado al prestigioso abogado para solicitar la restitución del diario que vendieron en su momento al gobierno peronista y que había sido incautado por la dictadura de La Libertadora, tras el derrocamiento de Perón.

El crimen del abogado se produce desde las entrañas de la Secretaría de Informaciones del Estado (SIDE), inclusive se encontraba involucrado su titular, el General Juan Constantino Cuaranta.

RODOLFO WALSH Y LA INVESTIGACIÓN

Animó a Walsh, más allá de importarle que Peralta Ramos recuperara su diario o no lo hiciera, la evidencia de los crímenes políticos del poder, sus siniestras tramas y la corrupción de un régimen que supuestamente venía a “democratizar” el país.

Aquella conjura comienza el 9 de junio de 1956 con los fusilamientos ocurridos en los basurales de José León Suárez, que revelaron así el accionar de un régimen que acallaba las voces opositoras mediante el crimen impune, surgido de las entrañas mismas del poder, tal como lo documenta Walsh en su libro Operación Masacre.

¿Quién fue Rodolfo Walsh? ¿Un periodista, un escritor, un militante, un intelectual? "Fui lavacopas, limpiavidrios, comerciante de antigüedades y criptógrafo", afirmaba él con humildad, queriendo alivianar esa imagen deshumanizada con la que se mira a los grandes hombres. No cabe dudas que fue militante social que por sobre todo entregó su vida a una causa que consideraba justa, y dejó un ejemplo para la posteridad.

MARCOS SATANOWSKY

Era un exitoso abogado, de impensable vinculación con el peronismo. En 1926 se lo nombró primer presidente de la Sociedad Hebraica Argentina. Periodista, fundador de El Diario, una publicación progresista, se desempeñó también como profesor titular de la UBA desde 1949. Fue autor de un sobresaliente Tratado de Derecho Comercial en dos tomos, materia ésta que dictaba. Llegó a integrar la Comisión Directiva de la Sociedad Rural, la sindicatura de varias sociedades comerciales, además de propietario de un campo llamado Cabaña Los Montes.

EL DIARIO LA RAZÓN

Fundado en 1905 por José Cortejarena, fue heredado por su esposa e hijos. Una de las hijas, María Carlota, se casa con Ricardo Peralta Ramos, quien era un modesto vista de aduana pero que 10 años después se las había ingeniado para convertirse en director y principal accionista del diario, transformándolo para el año 1950 en el de mayor circulación de habla hispana.

En una poco clara operación de venta ─siempre negada por los Peralta Ramos─, el diario pasa a formar parte de la cadena de información del gobierno peronista. Antes de retornar a las manos de la familia Peralta Ramos, el periódico se convierte en el centro de un escándalo judicial que desemboca en el asesinato del abogado Marcos Satanowsky. Estos hechos intrigantes y sospechosos inspirarían un gran libro de investigación de Rodolfo Walsh.

No era un secreto que La Razón formaba parte de la cadena de diarios, revistas y radios que el gobierno peronista empezó a forjar en 1946 y que alcanzó su máxima expansión hacia 1952. Esta estructura informativa estuvo impulsada primero por Miguel Miranda y luego por el Mayor Aloé, y llegó a contar además con los diarios El Mundo, Democracia, Crítica y Noticias Gráficas.

Será finalmente Peralta Ramos, el único de los editores “despojados”, quien logrará la plena restitución de su empresa. El abogado que lo patrocinó en los tres juicios y que los ganó post mortem fue Marcos Satanowsky.

EL ASESINATO

Como de costumbre, el abogado Satanowsky concurrió aquel 13 de junio de 1957 a sus oficinas de San Martín 536. Ya antes había sido objeto de maniobras extorsivas y amenazas por parte del gobierno militar, que recientemente había creado la Secretaría de Informaciones del Estado (SIDE). Su primer titular, el general Juan Constantino Cuaranta, estaba empecinado en expropiar el diario recuperado por Peralta Ramos.

Cuando el abogado estaba a punto de ganar el juicio, a media mañana, tres personas entraron a su estudio para solicitar que el abogado les autografiara un ejemplar de un libro de su autoría. Ya dentro de la oficina se produjo una discusión, aparentemente al exigírsele a Satanowsky algo que no tenía (la documentación de la venta del diario a Miguel Miranda). En esas circunstancias el abogado es muerto de un balazo. Los asesinos amenazan al personal de la oficina, disparan un tiro al techo y salen tranquilamente del edificio, perdiéndose entre el gentío de la calle San Martín a esas horas. Allí quedó junto al cadáver el libro y dentro de él ─como una señal mafiosa─ unos recortes del diario Noticias Gráficas.

En una carta dirigida a los familiares de la víctima, Walsh decía: “Este es uno de los crímenes más ‘literarios’ que se han cometido nunca: un crimen de literatura policial”.

LA INVESTIGACIÓN

La investigación quedó a cargo del juez de instrucción Bernabé Ferrer Pirán Basualdo, quien descubrió que querían hacer pasar el crimen como un atentado antisemita, una maniobra de distracción digitada por el gobierno. Las primeras pesquisas llevaron a la detención de un sospechoso que coincidía con uno de los identikits obtenidos en base a lo aportado por los testigos del crimen. Se trataba de Marcelino Castor Lorenzo, que se hacía pasar por Pérez Díaz, quien extorsionaba a los Satanowsky para no matarlos y era conocido entre los maleantes que trabajaban en la SIDE como “El Huaso”.

Con el supuesto final del caso, el juez trató de que se aquietara la información en los medios, hasta que alguien insinuó que el móvil del crimen no había sido racial sino que había sido por las acciones del diario La Razón. La familia Satanowsky pidió al magistrado que llevara adelante varios trámites para verificar o descartar la conexión del crimen con el diario, pero el juez no dio a lugar a la petición. A todo esto, El Huaso había obtenido su libertad.

Walsh publicó una serie de notas sobre el asunto, pero se detuvo al no contar con más elementos de prueba. Denunció eso sí la tortuosa conducta del juez y los obstáculos que había puesto a la investigación. El móvil había quedado oculto, y el escritor, mediante sus artículos semanales en la revista Mayoría, trató de provocar alguna reacción reveladora por parte de los protagonistas.

LA REVISTA MAYORÍA

Comenzó a editarse en 1956, era propiedad de los hermanos Tulio y Bruno Jacovella, ambos nacionalistas católicos, enfrentados a los conservadores. A principios de abril de 1958 la revista le propuso a Walsh que escribiera una serie de notas sobre el asesinato de Satanowsky que aparecieron entre junio y diciembre de 1958.

A diferencia de lo hecho en Operación Masacre, aquí Walsh realizó la investigación en paralelo con la justicia; en las notas no sólo daba cuenta de sus avances e interpelaba a los culpables y a los jueces, sino que además convocaba a la colaboración de los lectores.

La publicación desplazaba el caso desde la reserva del ámbito judicial a un escenario público, a punto tal que el juez cita a declarar al periodista a través de la prensa –con indicación precisa del día y la hora– y éste le responde por el mismo medio. La información se va dosificando, el relato en algunos momentos se acelera, en otros se lentifica y a veces se interrumpe.

Las tapas de Mayoría jugarán un papel importante en la investigación, como la edición del 23 de octubre de 1958, que reproduce los elementos característicos del afiche de "buscado" propio de una película del Lejano Oeste. Era un retrato policial, con el rostro del bandido recortado sobre fondo negro, cruzado por una franja oblicua con la inscripción "buscado"; un efecto impactante.

Allí está usando rasgos propios del género de ficción, pero dando cuenta de la búsqueda de un sujeto real involucrado en un hecho real. No solamente esta tapa colgada en el kiosco de venta de revistas funcionó de la misma manera que el afiche clavado en un poste, sino que además fue reproducida en miles de afiches que empapelaron la ciudad y llamaba a todos los ciudadanos a participar activamente en la búsqueda de los responsables. La tapa funcionó con eficacia, pues alguien identificó al buscado en el Paraguay y comunicó el dato a la revista. Mayoría polemizó con la revista Panorama y con otros medios de prensa por la interpretación.

El 13 de noviembre coloca en tapa la credencial de Pérez Griz (otro de los sospechosos) en la que se lo acredita como agente del SIDE, firmada por el general Cuaranta. Una prueba más de la solidez de la investigación de Walsh y de la tesis de que no se trataba de de un simple caso policial sino de un crimen oficial.

A veces el investigador compartía con los lectores las dudas que tenía, otras veces daba a entender que poseía más datos que los publicados hasta el momento.

EL TESTIMONIO DE “LA GALLEGA”

Elsa del Pin de Estévez, apodada “La Gallega”, atestiguó haber sido concubina de Américo Pérez Griz y que éste, el día del crimen, había salido en una camioneta de la SIDE con Marcelino Castor Lorenzo Palacios, un guardaespalda de caudillos y políticos, matón a sueldo, con varias denuncias, pero sin ningún proceso.

Pérez Griz era un experto tirador, y poseía un arsenal de armas y explosivos, que fueron retirados del lugar los días siguientes al asesinato.

Con la asunción de Arturo Frondizi el 21 de mayo de 1958, se forma una Comisión Investigadora Parlamentaria, presidida por el legislador radical Agustín Rodríguez Araya. Comparece ante ella Marcos Ozanck, entrega un revolver calibre 38 y alega que “La Gallega” se lo había dado en pago de una deuda, y que la pericia determinaba que ésa había sido el arma homicida. Se cursa orden de detención para Pérez Griz, que estaba exiliado en Paraguay.

Detenido éste, Walsh lo entrevista en la cárcel y allí acusa a Marcelino Castor Lorenzo Palacios y a otro individuo, manifestando que los había acercado en un coche al estudio de la calle San Martín.

EL FINAL Y SIN CONDENADOS

Si bien la Comisión parlamentaria dictamina la injerencia de la SIDE en los hechos, la pasividad judicial y encubrimiento policial hicieron que el crimen quedara impune.

El 14 de octubre de 1972, cuando Marcelino Castor Lorenzo ya de 68 años, salía de su casa, una ráfaga de disparos desde un coche lo corta por la mitad. Antes había confesado a un amigo que guardaba un secreto y pensaba sacar réditos. No le fue posible.

Miguel Eugenio Germino

FUENTES:

-http://es.wikipedia.org/wiki/Caso_Satanowsky

-http://www.escribirte.com.ar/obras/402/rodolfo-walsh-caso-satanowsky.htm

-http://www.revistafiguraciones.com.ar/numeroactual/articulo.php?ida=111&idn=5

-http://www.elhistoriador.com.ar/biografias/w/walsh.php

-http://anti-q-carachas.blogspot.com/2010/07/rodolfo-walsh-el-caso-satanowsky-se.html

-http://www.taringa.net/posts/apuntes-y-monografias/Historia-del-diario-La-Razón.html

-http://www.desaparecidos.org/nuncamas/web/investig/wolf/walsh03.htm

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