martes, 4 de octubre de 2011

PERIÓDICO PRIMERA PÁGINA


EDITORIAL Nº 200 OCTUBRE 2011


El sainete criollo, género teatral breve, afianzado en la década de 1920, se caracterizó por reflejar la vida en los conventillos, con personajes estereotipados. Los inmigrantes, como “el tano,” “el gallego”, “el polaco” o “el turco”, eran protagonistas infaltables. Aparecía también el ingrediente nativo, “el compadrito”, “el criollo pobre y marginado”, y “la pebeta humilde”.

Tenía una trama de carácter costumbrista y de tono humorístico, un conflicto sentimental y una nota final trágica.

Hoy en pleno siglo XXI, se reedita una nueva versión corregida y desmejorada de aquel género grotesco de nuestro teatro de hace un siglo. Algo parecido a un moderno sainete cambalache y de final impredecible, en el que los estereotipos son “el gobierno” y “la oposición”.

En él se involucra una acción de gobierno, que puede ser acertada o no, y una inacción opositora, encumbrada por los medios informativos hegemónicos (un verdadero partido antagonista).

Basta analizar las dos últimas elecciones, la de Jefe de Gobierno local y las primarias internas y obligatorias; allí se advierten dos análisis contrapuestos en el abordaje que hacen los citados medios.

El ocultamiento cómplice de la trampa urdida por el macrismo (hoy clarificada por la justicia), en la que se involucraron Durán Barba, la propia administración local, y empresas promovedoras habituales de aquél, como “Tag Continental SRL” y otras, que violaron las más elementales reglas de la confrontación democrática, apelando a falsas encuestas telefónicas para manipular la opinión pública.

Por otro lado, el llamativo eco que hicieron diarios, televisión y radios a las falsas acusaciones de fraude levantadas por los más conspicuos opositores, el trío Duhalde-Carrió-Alfonsín y sus secuaces secundarios, que cuestionaron la limpieza de los comicios, catastróficamente adversos para ellos.

Algo había que instalar para atemperar la dolorosa derrota, y qué mejor que “embarrar la cancha” creando una nueva falsa tesis de irregularidades, que la justicia electoral dejó rápidamente sin sustento.

Simultáneamente se pensó en hallar un candidato opositor común para enfrentar al oficialismo, eliminando las candidaturas con menores posibilidades. Pero rápidamente este plan hizo agua, al no bajarse nadie del caballo aunque éste estuviera mancado en la gatera. Así la oposición quedó más desparramada que nunca, y con notorias muestras de nuevas subdivisiones internas.

¿Qué sugerir entonces? La implementación de la llamada lista única, para combatir el supuesto robo de listas en el cuarto oscuro. También fracasó este intento, esta vez en el Congreso, por falta de tiempo y de suficiente consenso.

Otro nuevo e increíble ensayo se consuma por parte de distintos bloques opositores parlamentarios: el “show-klender”, “para escuchar a un delincuente”. ¿Cómo se entiende eso? Este individuo tiene que rendir cuentas únicamente ante la justicia.

¿Cuál será la próxima jugada para culpar al otro de de los males propios? ¡Quién lo sabe!

Pero el colmo llega de la mano del ex presidente no electo, que sólo consiguió un magro 12%, Eduardo Duhalde, quien se pone a hablar de escandaloso fraude informático, mientras que hoy las encuestas lo ubican con menos del 9% para octubre, ¡increíble!

Al acercarse las elecciones nacionales es cada vez más amplia la brecha entre el oficialismo y una oposición deshilachada, al punto de que en la pista el favorito parece que pagará dos con diez.

La realidad es que no hay propuestas alternativas válidas, solamente volver al neo liberalismo del pasado, que nos llevó al catastrófico endeudamiento, a la más alta desocupación, a la paralización de la industria, y a la pobreza total.

Hoy se vislumbra la reactivación de una industria nacional con un contenido socializante, abierto a nuevos mercados emergentes de Latinoamérica y Asia. Nos asiste la expectativa de terminar con una estructura agraria latifundista, terminar con los grandes territorios en manos de magnates extranjeros y locales. Sin embargo la oposición boicotea en el Parlamento la Ley de tierras.

No hay límites para poner piedras en el camino de la liberación del país y de Latinoamérica de las garras del imperio, que hoy se bambolea en una profunda crisis.

¿Será ésta la crisis final del imperio? ¿Será la crisis final del liberalismo? ¿Será la crisis final de una oposición arcaica, que solo contrapone un ridículo sainete criollo que no convence a nadie? ¡La historia lo dirá!

Hasta la próxima

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