EDITORIAL (al nº
218 Junio 2013)
“Cuando los criticamos (a los
medios hegemónicos) dicen que los estamos atacando; cuando ellos nos atacan, eso es democracia”.
Lula Da Silva
Durante el mes de mayo pasado
ocurrieron en el país hechos que precipitaron una histeria generalizada en el
arco opositor, y en los medios concentrados, que se vieron obligados a
responder de manera desordenada, para cubrir su
cotidiana cuota de confrontación total con el gobierno. El multitudinario acto del 25 en Plaza de Mayo, desató una furia
adicional.
El decretazo
de necesidad y urgencia del gobierno de la Ciudad, --parte
de aquella respuesta desordenada--, en abierta protección al Grupo Clarín, excede tanto la urgencia
como los límites institucionales,
planteando una incompatibilidad con el Estado Nacional, que a no ser por lo
burdo e inconsistente del caso, podría acarrear un extraño
conflicto de poderes.
A ello se añaden los culebrones
domingueros de cuarta de Lanata por TV, en los que se mezcla la mentira con la
ficción, además de la injuria gratuita.
La inminencia de las elecciones primarias del 11 de agosto
encuentra a este arco opositor más dividido que nunca, sin un candidato común firme que pueda inquietar a las huestes oficialistas. Se debate en una inoperancia inédita, con la creación
de nuevos partidos, como el de Moyano. Ninguno
confía en el otro, no los une siquiera el espanto, porque de amor, ¡niente
piú!
El radicalismo que arrastra su
crisis desde hace ya años, no atina a despegar. El llamado peronismo disidente
no encuentra aliados que lo acompañen y el PRO no es apetecible para la mayoría
opositora. Carrió, que cerró filas con el alicaído frente de Pino Solanas,
precipitó la fractura de este frente en tres o más pedacitos.
Es difícil encontrar plafón ante el dilema histórico de un
país “unido o dominado”.
El 1º
de mayo pasado se cumplieron 80 años de la firma del vergonzoso “Pacto Roca-Runciman” (1933), herencia
ruinosa del hijo del genocida “conquistador del desierto” Julio Argentino Roca, que hipotecó al país durante la década infame.
No se puede menos que recordar también otros desastres
históricos en la vida nacional, como el préstamo
de la inglesísima “Baring Brothers” (Bernardino Rivadavia,
1824), que empeñó al país durante casi 100 años. Y
por qué olvidar el festival de remates
de Carlos Saúl, que aún hoy estamos
pagando.
Los que ayer destruyeron,
endeudaron y vendieron al país y a su gente, hoy pretenden unirse, sin programa
y sin vergüenza, “sólo unirse contra” y no “unirse
para”. Se olvidan del menemismo, del corralón de De la Rúa-Cavallo, de la jubilación privada y del descuento
del 13% a los jubilados y estatales, entre una larga
lista de medidas anti pueblo.
El radical Sanz apostó a “cuanto peor mejor”, para
terminar con el gobierno, sin importarle un rábano las instituciones
de la democracia. Lo secunda el santafecino Binner con su máxima de que “el límite que le plantean sus diferencias
ideológicas con Macri, quedaría de lado si
es necesario defender la república”. ¿A qué república se referirá?, ya
que hace poco sostuvo que de estar en Venezuela hubiera votado por Capriles.
Intentaron desestabilizar, mediante la
estampida del dólar blue , ¡fracasaron! y una nueva avalancha de
cautelares. Fueron tan inoperantes que a éstas las
presentaron antes de que las leyes respectivas
entraran en vigencia. ¿Sus abogados habrán estudiado por
correspondencia? , Luego de promulgada la ley
impusieron cerca de 60 cautelares. Tal vez alguna prospere.
A todo esto insisten en presentar
como modelo al Fondo Monetario Internacional,
y a los drásticos ajustes que éste aplica en
Europa. En Grecia la desocupación
juvenil llega al 64,2%, en España más
de medio millón de personas perdieron su casa al no poder
pagar la hipoteca; o tal vez piensen en el desastroso sistema italiano con gobiernos frágiles y el Cavaliere Berlusconi como árbitro de la crisis.
Rugen con furia contra el
proyecto de blanqueo y el nuevo CEDIN, contra la reforma judicial y contra la
Ley de Medios, para privilegiar a las empresas periodísticas hegemónicas, y ladran contra la expropiación del
24% de las acciones de Papel Prensa, al igual que ayer lo hicieron contra la
recuperación de Aerolíneas, de Aguas Argentinas, de YPF y de los fondos jubilatorios.
Quieren todo privado menos, claro
está, los negocios que proyectan hacer con los fondos públicos. Pretenden un
Estado garante de sus negociados, como gerenciador de los intereses foráneos,
como lo fueron durante las fracasadas gestiones de sus partidos.
Apuestan a destruir al gobierno y al sistema democrático,
en tanto no le sea funcional a sus oscuras pretensiones.
Señores, no olviden que el estado
representa a la nación, y ésta encierra al territorio y la gente que lo habita.
¿Pretenderán,
entonces, destruir a todo el pueblo?
Hasta la próxima
EL DEBATE DE HOY:
"Década
Ganada-Década Perdida"
Inteligentemente
el Gobierno logró instalar este tema, exhibiendo innegables logros que están a
la vista, el principal es la evidente mejora respecto al año 2003,
cuando se llegó al punto más bajo en la economía, en la desocupación y en la
miseria.
La oposición, entre los cuales se
camuflan muchos de los culpables, ¡¡¡deben identificarse: El Duhalismo, El
Radicalismo, y el liberalismo a ultranza, enquistado en ellos.!!!
(no olvidarse de Cavallo y Cia.), considera a ésta década como, perdida.
¡¡¡a Dios
Gracias!!!
De haberla ganado, hoy el país estaría fundido y endeudado y sus habitantes en la más absoluta miseria, como en el 2003.
¿Será eso lo
que pretenden?
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