26 DE
DICIEMBRE DE 1898
INAUGURACIÓN
DEL EMBLEMÁTICO “HOTEL EDEN” DE LA
FALDA
La “belle époque” de la aristocracia nacional y la
realeza europea
“La
ciudad de La Falda no existiría hoy como tal sin El Eden y sin el loteo de
sus
tierras”
El lujoso Hotel Eden*, fue
levantado en el ocaso del siglo XIX en medio de las sierras cordobesas de Punilla, como
un oasis para las clases privilegiadas argentinas y
europeas, y un rincón ideal para el combate la tuberculosis y otras enfermedades respiratorias, en épocas cuando aún no existían los antibióticos.
En su existencia de más de un siglo, transitó diferentes momentos de esplendor y fue
inconfesado sostén del nazismo. Hoy está en
su decadencia, pero guarda la reminiscencia de un pasado colmado de enigmas
y memoria.
Por él pasaron príncipes, aristócratas de nuestra
sociedad, personalidades del cine, la literatura y la ciencia. En sus salones y
parques se tejieron romances y se fraguaron
conspiraciones y negociados.
* Eden sin tilde, así aparece en los documentos originales.
LA
FALDA Y EL VALLE DE PUNILLA
Entre los hermosos
valles de Córdoba se encuentra el de Punilla, a más de mil metros sobre el nivel del mar, en cuyo centro se emplaza hoy la ciudad de La
Falda, a solo 78 km. de la ciudad capital. La habitan 16 mil almas. Participa del excelente
clima de la región y cuenta con un rico pasado histórico.
Nace como loteo de
una inmensa estancia denominada “La Falda de la Higuera” y un pequeño villorrio
de gauchos y campesinos que contribuyó a erigir aquel monstruo hotelero y lo atendió hasta su ocaso.
LA
GÉNESIS DEL LUJO Y LA OPULENCIA
UN EMBLEMA: EL DE HITLER |
El Eden fue sin lugar a dudas
uno de los más distintivos hoteles de la
Argentina, inaugurado –según el historiador
cordobés Alfredo Ferraressi– el 26 de diciembre de 1898,
a fin de cubrir las más extravagantes expectativas de una aristocracia criolla
y de la baja nobleza europea, a la que se agregarán personalidades
del gobierno, el espectáculo, las letras y la ciencia de la época.
La zona elegida,
sobre la ruta de comunicación del puerto de Buenos Aires con las minas de
Potosí, en un área “limpia” de
aborígenes, al decir de documentos de la época.
Estos archivos consultados muestran que estos lugares fueron cedidos en épocas
de la colonia en “mercedes de tierras” que
habrían pertenecido en el año 1584 al capitán español Antonio Pereira, y a
partir de allí, tras diferentes transferencias,
terminaron en el año 1821 en manos de la familia Bialet Massé.
Aquella estancia se
llamaba “La Falda de la Higuera”, y en 1821, Juan Bialet Massé la rebautizará
como “La Estancia de Zulema”. En
1892 pasó a manos de Roberto Bhalcke,
quien iniciará la historia de empresarios alemanes, y será el padre del futuro Eden Hotel.
Bhalcke, enamorado de la belleza de la zona, le devolverá el antiguo nombre de
Falda de la Higuera. Consideró al lugar un paraíso terrenal, y emprendió el
riesgoso negocio hotelero, en medio de la nada. Vislumbró un alojamiento de
gran lujo para la flor y nata de las
familias argentinas, y en sociedad con María
Herbet de Kreautner, ponen en marcha la construcción del ambicioso emprendimiento. Lo hacen con un préstamo
del financista Ernesto Tornquist, “una
máquina de hacer dinero”, dueño de empresas, financieras e ingenios. Dueño asimismo de metalúrgicas y de los
hoteles Bristol de Mar del Plata y Club Hotel de Sierra de la Ventana. Éste,
mediantes sus grandes influencias conseguirá que se
haga una parada en el Km. 78,
del ferrocarril a Capilla del Monte, a escasas
cuadras del proyectado hotel. Así se transportarán las toneladas de
material necesario para la obra.
EINSTEIN, ARTISTAS Y FAMOSOS PARARON POR EL HOTEL |
LA
EDIFICACIÓN
La construcción es levantaba al pie del cerro “El Cuadrado”, como un mojón de “la
civilización contra la barbarie”, para el usufructo de la oligarquía porteña y la
realeza europea, y como barrera al considerado retraso del interior salvaje.
El edificio tendrá
un estilo (como no podría ser de otra manera) ecléctico Ítalo-Francés. El hotel vendría a cubrir las necesidades
más extravagantes de las clases altas, y en ciertas
épocas posteriores sirvió como remanso curativo para enfermedades respiratorias,
gracias a los aires puros y secos de las sierras.
El fastuoso establecimiento tendría 100 habitaciones, pero solo
8 baños, una indicación de las deficiencias higiénicas
de esas épocas. Más tarde se llegaron a construir 30 nuevos baños, salón
de fiestas, amplio comedor, calefacción central, cámara frigorífica, patio de
damas, patio cervecero, jardines arbolados, canchas de tenis, lavadero, granja
de animales, quintas frutales, matadero propio, caballeriza de animales de
paseo y otros elementos de confort, todos de gran nivel.
Una dotación de 250
empleados cumplirían las tareas, en una
proporción de dos por cada residente.
Sin embargo al
comienzo las ganancias no cumplieron las expectativas de los fundadores, y ante
la renuncia de la pareja alemana, Tornquist
se hace cargo de la administración. Resultó ser por pocos años, ya que en 1905 retorna
la alemana María Kreautner, y tras una agresiva campaña publicitaria logra
colocar al Eden en su primer momento de esplendor,
que se prolonga hasta 1912, cuando termina esa primera era.
LOS
NUEVOS ALEMANES
“La Falda es obra
enteramente nuestra y por lo tanto tiene un tinte alemán, nos hemos preocupado
muy bien en que el pensamiento político de toda nuestra gente sea sin
excepción, Nacional Socialista”.
Con tal fraseología
los nuevos dueños alemanes del Eden, los hermanos
Walter y Bruno Eichhorn, que compran el hotel
en 1912, se jactaban de dominar el naciente pueblo, además de la
estancia contigua y toda la zona, donde se empleaban centenares de
trabajadores; en definitiva lo que constituiría
“La Falda”.
La prosperidad de
los Eichhorn y sus futuras vinculaciones con la Alemania nazi, oficializadas en 1924 cuando ingresan al partido,
daría al negocio una segunda época de
esplendor. Llegarían entonces ya no solo encumbrados personajes de la
política nacional, sino también del movimiento hitleriano.
Esta
campaña ideológica la promovieron por todo el Valle de
Punilla, siguiendo los consejos y recomendaciones del mismísimo Führer. Encontraron
numerosos adeptos ente los huéspedes del hotel que albergaban ideas
racistas y un ferviente anticomunismo, como para contrarrestar toda influencia
de la naciente Revolución Rusa de 1917.
EL SALÓN COMEDOR EN SU APOGEO |
En el comedor se
acostumbraba a hacer el saludo nazi “Heil Hitler” (viva Hitler), mientras el
pueblo del lugar tejía pullovers de abrigo para las tropas nazis del frente
oriental.
Comenzarán los
viajes de Walter y su esposa Ida Bonfert a Alemania, sus entrevistas con
altos jerarcas del nazismo como Goebbels y
Hess, y hasta con el propio Hitler, con quien tenían acceso directo, según lo
atestigua la numerosa correspondencia rescatada. Existen pruebas de varios
envíos “para la causa”, como 20.000 francos
suizos en 1931 y 15.000 en 1932.
El
15 de mayo de 1935, los Eichhorn fueron invitados a la cancillería del Reich,
en Berlín, donde los condecoró el mismísimo
Hitler, recibiendo un diploma de su puño y letra que decía:
“Querido camarada Eichhorn: desde su ingreso en 1924 usted junto a su
esposa ha apoyado al movimiento nacionalsocialista con enorme espíritu de
sacrificio y acertada acción, y a mí
personalmente, ya que fue su ayuda económica la que me permitió –en el verdadero significado
de la palabra–, seguir guiando la organización - Adolf Hitler”
En
el amplio comedor para 250 personas del
hotel de La Falda, una gigantografía del retrato del Fürer
autografiada, permaneció hasta la derrota nazi.
EL OCASO DE LOS DIOSES
EL SALÓN COMDOR RECICLADO RECIENTEMENTE |
Con el fin de la Segunda Guerra Mundial y la caída del nazismo, llegará también el ocaso del
Eden Hotel. En mayo
de 1945 las tropas soviéticas,
tras sangrientos ataques contra el Reichstag (Parlamento) y la Cancillería, concluyeron su
victoria con el izamiento de la bandera de
la URSS sobre la capital del Imperio alemán. Se hacían añicos así las pretensiones nazis de mil años de nacional-socialismo.
Los partidarios
argentinos del Tercer Reich se llamaron a silencio y pasaron a la
clandestinidad, escondiendo esvásticas, estandartes, águilas y fotos del
régimen derrotado.
A pesar de todo, el
Hotel no fue incautado, fue convertido en cárcel de lujo para el cuerpo
diplomático japonés, con lo que los Eichhorn, recibirían sustanciosas sumas, que no obstante no bastaron para sostener la
fastuosidad del gigante de La Falda.
Es así como
nuevamente el Eden es puesto en venta, de modo que en 1948 pasa a una sociedad
conocida como “Las tres K”, pero la empresa se endeudó y terminó siendo
rematado judicialmente y adquirido en mayo de 1953 por la firma CIFA SRL.
El final del Eden
no vino solo por las malas administraciones, sino también por los cambios
políticos en el país, que extendieron el
derecho a vacaciones a las diversas capas sociales,
y decenas de sindicatos compraron hoteles en los principales lugares de
veraneo.
Era “el aluvión zoológico” que accedía a
nuevas conquistas, impensadas por los sucesivos
dueños del Eden, que perdió
exclusividad. Además dejaron de ser los
llamados veranos terapéuticos, con el avance de la medicina que aportaba
tratamientos superiores.
El hotel cierra sus
puertas en 1965, y es vendido nuevamente a la firma
Antequera S.A., regenteada por Armando Balbín (hermano
Ricardo), que intentó instalar un gran casino, negocio que no prosperó. Desde 1971 permanecería completamente abandonado por 27
años, período durante el cual el deterioro y los saqueos devastaron a aquel gigante aristocrático dormido,
como un barco encallado en la arena.
A pesar de ello, en
el año 1988 es declarado Monumento
Histórico Municipal y sitio de interés turístico.
En 1998 ante una deuda impaga vuelve a ser rematado y es
adquirido por la Municipalidad de La Falda. Recién en el año 2007 un grupo de
empresarios finlandeses toma la posta del reciclado –aunque parcial–, para explotarlo con
fines turísticos.
Se están recuperando la estructura, lugares característicos como el salón
principal de fiestas y el salón comedor: “Salón Imperial”, uno de los más importantes de la zona por su
equipamiento de luces y sonido de última generación.
Se ha trabajado con mucha cautela en los
techos, instalaciones eléctricas, cañerías, sanitarios, pisos, aberturas, etc.,
con la consigna fundamental de mantener
intacta la fachada del hotel.
Dentro de un proyecto que apunta a un
crecimiento más importante del predio, algunas obras ya
fueron finalizadas. En estos salones se realizan fiestas privadas:
casamientos, cumpleaños, agasajos, etc.
Se están acelerando los trabajos de reacondicionamiento general de
su fachada, parques, jardines, etc. y de la habitación presidencial, la más
importante del Edén.
Se efectúan visitas guiadas diurnas y nocturnas,
en las que se va relatando el nacimiento de
la ciudad y la historia del establecimiento; en las nocturnas, se reviven leyendas de apariciones de
primitivos personajes del hotel que se minimizan en la oscuridad de los
pasillos, como la aparición de la misma Ida Bonfert con su pomposo sombrero.
En sus instalaciones además, como toque
cultural, existe un museo de trenes en miniatura “Trenshow” y una cava de 1898
con degustaciones de quesos, salame de la colonia, vinos, alfajores regionales,
y cuenta además con una tienda de regalos artesanales. También
figuras famosas presentan recitales.
Por este enigmático hotel pasaron figuras tales como Rubén Darío, el Príncipe de Gales, el Duque de Saboya, el científico Albert Einstein, Berta Singerman, Arturo Toscanini, Hugo del Carril, Zully Moreno, además de familias de la
aristocracia argentina como los Martínez de Hoz, Tornquist, Bianchi, Roca,
Bunge, Anchorena, Blaquier, Peralta Ramos, y tres
presidentes argentinos: Julio A. Roca, Agustín P. Justo y Roberto Ortiz.
Hoy, como detalle final aún luce en lo alto de las
terrazas del hotel la imagen de la vieja águila imperial aportando su imagen ostentosa y soberbia.
Miguel Eugenio Germino
Fuentes:
http://letrasuruguay.espaciolatino.com/aaa/soto_fernando/eden_hotel_la_falda.htm
http://www.edenhotellafalda.com/index.php/el-lugar-y-su-historia.html
http://www.vallepunilla.com.ar/edenhotel/historia.php http://www.lmcordoba.com.ar/nota/109956_la-falda
http://www.eltrecetv.com.ar/telenoche/el-misterio-del-ed%C3%A9n-%E2%80%93-segunda-parte_004391
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1 comentario:
El aguila que estaba lo alto del hotel eden, no era un simbolo nazi sino que era era un aguila imperial romana que estaba colocada desde 1898. Luego de la segunda guerra confundida como un simbolo nazi fue retirada y se desconoce su destino. Fue reemplazada con los años con otra de cemento que fue destruida por vandalismo. Tenia una leyenda en latin que decia: bajo la sombra de tus alas protejenos.
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