4 DE ABRIL DE 1968
EL ASESINATO DE MARTIN LUTHER KING
El hombre que tuvo un sueño
“Si supiera que el mundo se
acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol”.
MLK
Aquel 4 de abril de 1968 –un día infausto para los
derechos humanos y la igualdad racial–, una bala surcó el aire de Memphis (Tennessee, EE.UU.) matando al líder negro y premio
Nobel de la Paz, Martin Luther King.
El asesino material, James Earl Ray, tras su
huida, fue capturado el 8 de junio en el Aeropuerto Heathrow de Londres. Se
declaró culpable y fue sentenciado a 99 años de cárcel. Murió en 1998, pero las sospechas
de una conspiración perdurarán en la historia, mientras crece la convicción de
que Ray no fue el verdadero asesino.
King
representaba una amenaza para los
intereses del establishment por su poder de movilización y convocatoria.
ANTECEDENTES
Tras la segunda
Guerra Mundial, Estados Unidos se ha convertido en potencia. Disfrutará de un
período de prosperidad sin precedentes, aunque sumergido en una política
internacional de enfrentamiento, llamada Guerra
Fría, con
su rival ideológico, la Unión
Soviética. Esta disyuntiva se trasladará a toda su política interior, en la
que encontrará enemigos de todo tipo. Sin embargo, el flujo de aquella
prosperidad no alcanzará a una porción significativa de su población: la amplia franja de la comunidad negra, descendientes de los
esclavos africanos introducidos como mano de obra barata en las plantaciones del
sur.
Aquella minoría negra
quedará marginada de los adelantos tecnológicos y sociales, segregada en las
escuelas, transportes y empleos. En 1963, por ejemplo, tan solo el 0,4% de los
chicos negros llegaba a matricularse para recibir
educación formal. Y en los estados del sur, Alabama, Georgia,
Louisiana, Tennessee y Virginia, todavía se mantenían en
vigor leyes heredadas de los tiempos en que el capataz de la plantación
algodonera hacía restallar el látigo.
Un
pastor negro nacido el 15
de enero de 1929, en Atlanta, Georgia, egresado en 1953 del seminario Teológico de Crozier de Chuester
Pennsylvania, que iniciaba su ministerio pastoral en la Iglesia Baptista de
Montgomery, comenzó a investigar las causas que generaban desigualdades, y a
postular reformas.
KING: FRENTE A LA MARCHA SOBRE WASHINGTON |
Mientras la Corte
Suprema de los EE.UU. declaraba inconstitucional la segregación racial, en los
estados del sur continuaba la exclusión en escuelas, transportes, negocios y
zonas residenciales. Fue así que el
activo pastor decide ayudar a sus hermanos de raza de Montgomery a liberarse de
la opresión racial hasta, finalmente, convertirse en defensor de sus derechos civiles, que se precipitan tras un incidente ocurrido en un medio de transporte local, protagonizado
por Rose Parks.
LA
LLAMA QUE ENCENDIÓ LA MECHA ANTIRRACISTA
El 1º de diciembre de
1955, Rose Parks, costurera negra que viajaba en un colectivo, se
acomodó en uno de los asientos
delanteros, reservados para los blancos. El pasaje se dividió, algunos blancos se indignaron por la “provocación”, los negros
apenas podían ocultar el asombro. El chofer, que era blanco, terminó llamando a
la policía. Los
uniformados
conminaron a Rose a trasladarse a los asientos
traseros, pero la
mujer se negó y
terminó detenida “por resistencia a la autoridad y por violar las ordenanzas
vigentes”.
El colectivo continuó su marcha normalmente, sin embargo, la grieta que
Rose había abierto terminó con un boicot de los negros contra el transporte de
la ciudad.
Bicicletas, taxis manejados por “hermanos”, autos particulares y de a pie
se desplegaron en un sinfín de
protestas: la huelga se prolongó por 381 días. La
noticia propalada a todo el país hizo insostenible la situación para las
autoridades blancas de la ciudad.
El KU KLUX KLAN
Antigua organización creada en diciembre de 1865 por seis importantes
veteranos de los estados confederados vencidos durante la Guerra de Secesión,
descontentos con el resultado final de la Guerra Civil, comenzó como un pequeño grupo pero de gran influencia.
Se originó en Pulaski, Tennessee, durante la posguerra. El nombre nació de la fusión de dos
palabras círculo (Kyklos en griego) y clan,
dado que los integrantes de la organización eran de ascendencia escocesa y sus
familias pertenecían a clanes. Algunas letras se suplieron y quedó conformada la
denominación de esta agrupación.
El Klan se expandió por
todo el sur desencadenando campañas de
odio contra los políticos republicanos a los que consideraban defensores de los
negros. El movimiento dio un paso adelante
bajo la conducción de George Gordon, que
planeó una organización más estructurada, con
rangos y pruebas para pertenecer a ella.
El
segundo Klan nació en el año 1915, tras el
estreno de la película El nacimiento de
una nación, dirigida por David Griffith, en la cual se
glorifica y mitifica al primer Ku Klux Klan. Ello trae aparejado una especie de fiebre fanática
por el movimiento.
Hordas
de seguidores del Klan, inspirados por la película y autodenominándose
“Caballeros de Mary Phagan”, secuestraron al industrial judío
Leo Frank y lo asesinaron en un linchamiento, bajo la
guía de William Joseph Simmons. El
nuevo perfil del Klan era de un marcado antisemitismo, con
tendencias anticatólicas y oposición al arribo
de inmigrantes.
Su influencia llegó a todos
los Estados Unidos, logró reclutar adeptos en todos los estados de la Unión e
incluso en Canadá. Si bien jugó un papel importante durante la lucha de King
por la igualdad racial, con el tiempo decayó en su accionar. En la actualidad
su actividad subsiste, aunque con apenas unos miles de fanáticos.
LA MARCHA SOBRE
WASHINGTON - 28 de agosto de 1963
I have a dream (“Tengo un
sueño”)
Como
relata Galeano en Los hijos de los días: “En este día de 1963, ante un inmenso gentío
que cubría las calles de Washington, el pastor Martin Luther King soñó en voz
alta: ‘Sueño que
algún día mis hijos no serán juzgados por el color de su piel, sueño que algún
día toda llanura se elevará y toda montaña encogerá...’. Por entonces, el
FBI dictaminó que King era el negro
más peligroso para el futuro de esta nación, y numerosos espías perseguían paso a paso sus días y sus
noches. Pero él siguió denunciando la humillación racial y la guerra de
Vietnam, que convertía a los negros en carne de cañón, y sin pelos en la lengua
decía que su país era el mayor
proveedor de violencia en el mundo. En 1968, una bala le partió la cara”.
La "Marcha en
Washington" del 28 de agosto de 1963 fue
el colofón de un "verano del descontento negro", en palabras de King,
que había comenzado "con la violenta represión de manifestantes pacíficos
en Birmingham (Alabama) tres meses antes". Las más de 700 protestas que le
siguieron infundieron en el país el temor a un movimiento violento. Una semana
antes de la Marcha en Washington, un 60 % de los estadounidenses se oponían a
su celebración, y en septiembre de 1963, un 50 % del país opinaba en otra
encuesta que el movimiento de derechos civiles iba demasiado rápido.
"En
ese momento, la mayoría de los estadounidenses blancos vieron la Marcha en
Washington como un acontecimiento perturbador, incluso peligroso, que llegaba
en medio de un nivel sin precedentes de conflicto racial", escribió
Philip Klinkner, profesor de Política en la
Universidad de Hamilton (Nueva York), en el diario USA Today.
El gobierno de
John F. Kennedy trató incluso de evitar que se convocara la marcha, temeroso de
que se convirtiera en un "revés" para la Ley de los Derechos Civiles
que el presidente había presentado ese junio ante el Congreso, explicó Eskew, profesor de Historia y experto en el movimiento de
derechos civiles en la Universidad de Georgia.
Con todo, la poderosa imagen del líder negro hablando
de su sueño frente al monumento a Lincoln, caló en los progresistas de todo el
país y provocó que la mayoría blanca "comenzara a darse cuenta de que los
negros ya no tolerarían el statu quo", apunta Klinkner.
"I
have a dream", la histórica declaración que King pronunció en la
Marcha en Washington en agosto de 1963, fue el empujón que faltaba para materializar un cambio reclamado durante meses, pero también despertó la
incomprensión de buena parte de la población blanca, que no estaba preparada
para el movimiento.
"Probablemente, a la mayoría de
estadounidenses les llevó un tiempo aceptar el mensaje", dijo Eskew, aunque
el discurso de King tuvo un impacto inmediato, que
fue un aumento del apoyo a la reforma de los derechos civiles en todo Estados
Unidos el país por parte de los liberales que aspiraban ver esos cambios.
CONTRA LA GUERRA DE VIETNAM Y LA POBREZA
A partir de 1965, Martin Luther King comenzó a expresar públicamente sus dudas sobre el papel de los Estados Unidos en la Guerra de Vietnam, en especial del bombardeo con napalm al sur de Saigón. El 4 de abril de 1967, un año antes de su muerte, pronunció en Nueva York el discurso “Más allá de Vietnam: el momento de romper el silencio”. En él denunció la postura de los Estados Unidos en ese conflicto e insistía en el hecho de que estaban ocupando el país como una colonia estadounidense, además llamó al gobierno estadounidense “el más grande proveedor de violencia en el mundo de hoy”. Insistía, también, en que el país tenía necesidad de un gran cambio moral.
Una verdadera revolución de valores se preocuparía luego,
avergonzada, de los sorprendentes contrastes entre la pobreza y la riqueza. Con
una indignación justificada, Luther King miraría más allá de los mares y encontraría allí a los capitalistas
individualistas de Occidente invirtiendo enormes cantidades de dinero en Asia, África y América
del Sur,
solo para conseguir beneficios y sin ninguna
aspiración de mejoras sociales en esos lugares.
“No es justo”, manifestaría una y otra vez
el líder negro.
Consideraba que en Vietnam se hacía difícil alcanzar los
objetivos enunciados por Johnson en su discurso
sobre el estado de la Unión de 1964, en el que anunció una “guerra
contra la pobreza”.
Luther King ya era odiado por numerosos blancos racistas de
los estados del sur, pero este discurso hizo que numerosos medios se volviesen
contra él. Time calificó el discurso como “una calumnia demagógica que
parecía un guión
de Radio Hanoi”, y The Washington Post declaró que King “había disminuido su utilidad a su causa,
su país, su gente”.
Expresó con frecuencia la idea de que Vietnam del norte “no
había empezado a enviar un gran número de provisiones u hombres hasta que las
fuerzas estadounidenses no habían llegado por decenas de miles”. Elogió también
la reforma agraria emprendida por el norte. Acusó, igualmente, a los Estados
Unidos de haber asesinado a un millón de vietnamitas, “sobre todo niños”, y
propuso en una carta para el Premio Nobel de
la Paz al monje budista y pacifista vietnamita
Thich Nhat Hanh, que luchaba por la detención del conflicto.
Dijo también en su discurso que la verdadera compasión es
más que dar una limosna a un mendigo; hace ver que un país que produce mendigos tiene necesidad de
una reestructuración. […] de Vietnam a África del Sur pasando por América Latina, los Estados
Unidos están en el lado malo de la revolución mundial.
EL ASESINATO
“Si
el hombre no ha descubierto nada por lo que morir, no es digno de vivir”,
afirmaba.
El 4 de abril de 1968, el líder de color, reverendo Martin
Luther King es abatido por un francotirador de un tiro en la cabeza mientras
saludaba a sus seguidores desde el balcón del motel Lorraine, acompañado por
sus colaboradores, entre ellos el reverendo Jesse Jackson.
King, galardonado con el Premio Nobel de la Paz cuatro años antes por su labor en favor de
la igualdad racial y los derechos civiles, tenía 39 años de edad.
El atentado provocó estupefacción en Tennessee y el inicio de graves desórdenes que se extendieron
a otros estados, los que arrojaron cerca de 50
muertos.
Luther King era un
verdadero líder visualizado como una amenaza para los intereses del
establishment por su poder de movilización y convocatoria. El presunto ejecutor
de King, James Earl Ray, será detenido, pero la sospecha de una conspiración en
contra del reverendo perdurará hasta la actualidad.
Aunque
el tiempo ha pasado, aún pervive su prédica de aquel “I have a dream”:
“Sueño que un día esta nación se levantará y
vivirá el verdadero significado de su credo: ‘Afirmamos
que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales’.
Sueño que un día, en
las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de
los antiguos dueños de esclavos, se puedan sentar juntos a la mesa de la
hermandad.
Sueño que un día,
incluso el estado de Misisipí, un estado que se sofoca con el calor de la
injusticia y de la opresión, se convertirá en un oasis de libertad y justicia.
Sueño que mis cuatro hijos vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de su piel, sino por los rasgos de su personalidad.
¡Hoy tengo un sueño!
Sueño que mis cuatro hijos vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de su piel, sino por los rasgos de su personalidad.
¡Hoy tengo un sueño!
Sueño que un día, el
estado de Alabama cuyo gobernador escupe frases de interposición entre las
razas y anulación de los negros, se convierta en un sitio donde los niños y
niñas negras, puedan unir sus manos con las de los niños y niñas blancas y
caminar unidos, como hermanos y hermanas”.
Miguel Eugenio Germino
Fuentes:
http://www.paralibros.com/passim/p20-suc/pg2068lk.htm http://www.proverbia.net/citasautor.asp?autor=608 http://html.rincondelvago.com/kkk_1.html
http://www.nobelprize.org/nobel_prizes/peace/laureates/1964/king-bio.html http://www.msssi.gob.es/ssi/igualdadOportunidades/noDiscriminacion/documentos/Martin_Luther_King_Tengo_un_sueno.pdf
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