martes, 5 de enero de 2016

JOSÉ LUIS CABEZAS



25 DE ENERO DE 1997
EL ASESINATO DE JOSÉ LUIS CABEZAS



“No se olviden de Cabezas”

En la madrugada del sábado 25 de enero de 1997 murió asesinado el reportero gráfico José Luis Cabezas, hecho que se consagró como uno de los crímenes mafiosos más horrendos de la historia nacional. El fotógrafo había sido enviado por la revista Noticias a cubrir la temporada veraniega en Pinamar, donde se congregaban muchas figuras del espectáculo y la política, un buen número de ellas esperando ser descubiertas por las cámaras para tomar un poco más de notoriedad, otras, como Alfredo Yabrán, empresario acusado por el entonces ministro de Economía Domingo Cavallo de ser "jefe de una mafia enquistada en el poder", se mantenía celosamente oculto de las cámaras fotográficas. Cabezas había logrado la hazaña de mostrar su imagen al público un año antes, con la lente de su Nikon.
Quedó comprobado que esa madrugada, sus asesinos materiales, la banda de los Hornos, lo secuestró, lo llevó con los ojos vendados hasta La Cava de General Madariaga, a 15 kilómetros del centro de Pinamar, lo obligó a arrodillarse y le dispararon.
Su cuerpo se encontró a la mañana siguiente, semi calcinado, en el interior del auto que los mismos asesinos habían utilizado para conducirlo hasta su muerte.
La orden de ejecución habría sido dada por Yabrán.


EL MOMENTO POLÍTICO

Cumplía su segundo mandato Carlos Saúl Menem. Al frente de la provincia de Buenos Aires estaba Eduardo Duhalde, mientras Roque Fernández era el ministro de Economía nacional que había sucedido a Domingo Cavallo, por entonces acusado en los casos IBM-Banco Nación y que en su apelación en el Congreso, presentó una larga denuncia contra Alfredo Yabrán (que hasta entonces era un empresario desconocido).
El ex ministro acusó a Yabrán de liderar una verdadera organización mafiosa con vínculos con la UCR y el menemismo, y aseguró que el empresario le había reconocido ser dueño de casi todos los correos privados (OCA, OCASA, Andreani y Skycab). Agregó que esas organizaciones ejercían el monopolio de los contratos con el Estado, y que cobraban elevados precios por los envíos que, al final, pagaba la gente. Señaló que el grupo como se le llamaba a las empresas de Yabrán utilizaba métodos mafiosos como extorsiones y aprietes con armas de fuego, con el fin de avanzar sobre la competencia. Seguramente por todo estoYabrán se mantenía oculto de las cámaras fotográficas, e incluso alguna vez dijo: “Sacarme una foto a mí es como pegarme un tiro en la frente".

LA FOTO QUE LE COSTÓ LA VIDA 

LA FOTO QUE LE COSTÓ LA VIDA A CABEZAS


El 16 de febrero de 1996, Cristina Cabezas jugó ser una turista más en las playas de Pinamar. Su marido, José Luis, simuló tomarle fotos, pero el objetivo no era la madre de su hija Candela. Metros detrás de Cristina, Alfredo Yabrán caminaba junto a su mujer, María Cristina Pérez. El torso del empresario estaba desnudo y vestía un bermuda blanca con rayas cruzadas color bordó.
Así consiguió José Luis Cabezas la foto del todopoderoso empresario de la década menemista que le costó la vida, y que vio la luz el 3 de marzo de aquel año cuando la revista Noticias la publicó en su tapa. Poco menos de doce meses después, el reportero gráfico era asesinado en una cava de General Madariaga.

LA MADRUGADA DE SU MUERTE

Al año siguiente de haber fotografiado al empresario, el 25 de enero de 1997, la ira que la foto le desató en su momento, culminó en la peor novela policial, lamentablemente conocida. Esa noche Cabezas había ido a cubrir la fiesta de cumpleaños de Oscar Andreani, otro hombre dedicado al negocio postal.
No era esa la primera temporada que la revista Noticias destinaba al fotógrafo a Pinamar. Durante cinco años había sido enviado a esa playa, donde cientos de figuras pasaban sus vacaciones.
Esa noche, Andreani gozaba de su fiesta, mientras se eternizaba en las imágenes que tomaba José Luis en la escenografía preparada en el quincho de la casa del empresario, que pretendía imitar a un buque. Había más de 200 invitados disfrutando del cumpleaños, entre ellos el basquetbolista "Magic" Johnson. Afuera, Pinamar se preparaba para la gran noche de los fuegos de artificio del desfile de Roberto Giordano. La avenida Bunge se veía más que resplandeciente.
El fotógrafo había llegado al cumpleaños de Andreani a las 23:40 junto con el periodista Gabriel Michi.
Declararon quienes lo vieron en la fiesta que José Luis estuvo allí hasta las 5:10, y después se retiró para descansar. Al llegar a su casa en Pinamar, unos matones lo tomaron del cuello, lo golpearon y lo obligaron a subir al mismo auto que la revista había alquilado para él y sus compañeros. Lo llevaron hasta un descampado de la localidad de General Madariaga, cerca de una laguna. Allí lo esposaron, lo obligaron a arrodillarse y bajar la cabeza. 


ALFREDO YABRAN EL ASESINO INTELECTUAL

El policía Gustavo Prellezo se encargó de darle los dos disparos en la cabeza que acabaron con su vida. No contento con eso, le pidió a Horacio Braga que borrara los rastros, para ello le ordenó que rociara con nafta el auto y el cuerpo del periodista. Las agujas del reloj del fotógrafo se habían parado en las 5:25. Dos horas más tarde, a eso de las 7:30, el capataz de una estancia cercana, daba aviso del cuerpo calcinado en el interior de un automóvil, en La Cava.
Al mismo tiempo su compañero Gabriel Michi se alarmaba por la ausencia de José Luis, que no había llegado a su casa para dormir. Y comenzaba a buscarlo desesperadamente.
Pronto se corrió la voz: se había encontrado un cadáver en La Cava. Y hasta allí corrió su amigo, acompañado por la policía. No había dudas para Michi, los objetos que se hallaban en el auto incendiado pertenecían a José Luis. El muerto tenía que ser su compañero.

LA INVESTIGACIÓN Y LA MUERTE DE YABRÁN

Las condenas a los integrante de la banda llegaron el 2 de febrero de 2000. Prisión perpetua para José Auge, Sergio González, Héctor Retana, Gregorio Ríos, Sergio Camaratta, Aníbal Luna y Gustavo Prellezo.
Gustavo Prellezo, policía, recibió el beneficio de la prisión domiciliaria el 23 de septiembre de 2010 por cuestiones de salud.
Miguel Retana murió en prisión.
Sergio Camaratta y Aníbal Luna, ambos policías de Pinamar, fueron condenados a prisión perpetua. Camaratta murió a principios del año 2015.
Gregorio Ríos, jefe de custodia de Alfredo Yabrán, fue condenado como instigador del crimen y se le rechazó la excarcelación en diciembre de 2006; su condena a perpetua finalmente pasó a 27 años, en su último período en prisión domiciliaria. José Luis Auge fue liberado en 2004. Sergio Gustavo González fue liberado en febrero de 2006 por reducción de pena a 20 años; dicha reducción fue revocada por la Corte Suprema de Justicia de Argentina. Horacio Anselmo Braga recibió una condena de 18 años y liberado el 25 de enero de 2007; varios factores influyeron en su caso: se benefició con el 2 por 1 (se restaban dos años de condena por cada año procesado). Alberto Gómez, el comisario de Pinamar, responsable de haber liberado la zona para que el crimen ocurriera, fue condenado a cadena perpetua.
Todos los implicados, salvo Retana y Camaratta que han muerto, se encuentran en la actualidad fuera de prisión.
El juez de Dolores que investigaba el crimen, José Luis Macchi, había librado la orden de captura internacional contra Yabrán, luego de que Silvia Belawsky -la esposa de Gustavo Prellezoacusara al empresario de haber planificado el asesinato.
Yabrán supo que ordenarían su captura con suficiente antelación, gracias a la perspicacia de uno de sus abogados, el ex camarista Guillermo Ledesma, el mismo que asesoró a Antonini Wilson, el hombre de la valija de los 800 mil dólares. Y Yabrán era consciente de que no iba a poder esconderse por mucho tiempo, así como de que sus vínculos políticos, que tantos frutos habían dado en su vida comercial, comenzaban a evaporarse.
La mañana del 20 de mayo 1998, Don Alfredo como lo llamaban sus empleadosse encontraba absolutamente tranquilo, y se disponía a preparar una abundante picada para compartir con sus caseros como antesala de un asado que nunca llegó a la mesa. El arribo de una comisión policial fue el detonante del desenlace fatal.
Yabrán se escondió en el baño con su escopeta preferida y, ni bien escuchó que un agente tocaba el picaporte de la única suite del casco, lanzó el disparo que resonaría en el país entero.
El jefe de la División Departamental de Concepción del Uruguay, comisario principal Alberto Ceves, fue quien se encontró con el cuerpo del empresario tendido en el piso. Si bien la cara de Yabrán no tuvo contacto directo con el disparo de la escopeta Baikal, calibre 12.70, de dos caños superpuestos, los perdigones que se diseminaron por la boca y sus esquirlas le deformaron completamente el rostro.
Según consta en la autopsia, el cráneo presentaba al menos 32 impactos de perdigones.
Desde aquel día de su muerte, muchas personas aseguran haberlo visto en alguna parte, o suponen que está vivo, disfrazado, gozando de fortuna y poder. En todo caso, los que adhieren a las teorías conspirativas dudan del suicidio y se inclinan por un asesinato, un capítulo de la historia cerrado pero que conserva la intriga.


 LA MADRE DE CABEZAS EN SU TUMBA


EL EXTRAÑO VÍNCULO ENTRE NISMAN, LA CIA Y EL ASESINATO DE CABEZAS

El automóvil marca AUDI patente MPC641 en el que se movilizaba el fiscal Alberto Nisman, generó sospechas, ya que es propiedad de Palermopack S.A., empresa de packaging cuyo dueño es el socio de Eugenio Eduardo Ecke, relacionado con causas como las escuchas ilegales del macrismo, señalado como operador local de un ex agente de la CIA. Télam confirmó, sobre la base de registros oficiales, que efectivamente el vehículo de alta gama pertenece a esa empresa propiedad de Fabián Aníbal y Claudio Alejandro Picon, y cuyas oficinas comerciales se encuentran en Paraná 244.
Los hermanos Picon son socios comerciales de Eugenio Eduardo Ecke en otras dos empresas, Starpack y Easypack, de acuerdo también a registros. Ecke está vinculado con Frank Holder, un ex agente de la CIA que actualmente gerencia una empresa de seguridad privada (agencia de detectives) llamada Kroll, que opera en Estados Unidos y Latinoamérica.
Ecke está señalado como el operador local de Holder, así como jefe de Seguridad de la empresa Exxel Group, que se quedó con las firmas de Alfredo Yabrán luego de su muerte. De hecho, en 1997 fue relacionado con el asesinato de José Luis Cabezas. Y la compañía de seguridad de la que Ecke es principal ejecutivo, de nombre Segar, está sospechada de tener vínculos con Ciro James, imputado por la causa de las escuchas ilegales durante la gestión macrista, que causalmente pinchó los teléfonos de Sergio Burstein, de la asociación de Familiares y Amigos de las Víctimas de la AMIA.
El entramado de relaciones entre la CIA, la causa AMIA, las escuchas ilegales y el caso Cabezas resultan sospechosas, más aun cuando el protagonista es Eugenio Eduardo Ecke, dueño también de Starpack.
Lo cierto es que el asesinato de Cabezas marcó un antes y un después en la historia negra del periodismo, y   el devenir del tiempo marcaría otros casos también sugestivos.

Miguel Eugenio Germino


Fuentes:
-http://edant.clarin.com/diario/1998/05/21/t-02401d.htm
-http://www.lanacion.com.ar/1443287-la-foto-que-le-costo-la-vida-a-cabezas
-http://www.infobae.com/2014/01/25/1538781-diecisiete-anos-jose-luis-cabezas-y-justicia
-http://www.taringa.net/posts/info/13779160/A-15-anos-del-crimen-de-Cabezas.html
-http://www.telam.com.ar/notas/201501/92940-el-extrano-vinculo-entre-nisman-la-cia-y-el-asesinato-de-cabezas.html








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