EL 14 DE ABRIL DE 1917 NACE JOSÉ BER GELBARD
“El burgués maldito” que le disputó el poder a la Unión
Industrial
José Ber Gelbard,
ministro de Economía durante la tercera presidencia de Juan Domingo Perón, fue
un importante empresario y activista que enfrentó a las fracciones terratenientes
nucleadas en la Sociedad Rural Argentina. Fundador
de la Confederación General Económica (CGE), le disputó poder a la UIA respeto
de los sectores pequeños y medios del comercio, la industria y el agro, fue
sobre todo forjador de ambiciosos
proyectos productivos nacionales.
GELBARD, SEGÚN LA MIRADA DE MARÍA SEOANE
José Ber Gelbard, un
inmigrante judío-polaco que no había terminado la escuela primaria, que había
sido vendedor ambulante de corbatas, hojas de afeitar y preservativos en los
olvidados pueblos del norte, llego a ser el caudillo
de los empresarios nacionales cuando todavía
no se vislumbraba con claridad un proyecto
de país.
El burgués maldito (2011), de María
Seoane, cuenta la historia secreta de este hombre fundamental para su
tiempo, y a través suyo del poder económico y político, clave para determinar el destino de los argentinos: los
ambiciosos proyectos nacionales de los sesenta y el cruento fracaso de los
setenta.
Al revelar los secretos de una historia
hasta ahora indebidamente contada, Seoane desnuda
el mundo de los negocios de la burguesía, las prebendas, las alianzas espurias
y el obstinado manejo del poder.
Con ritmo vertiginoso, la autora devela una trampa compleja y
apasionante, contra la que luchó el fundador de CGE. De
corte peronista, Gelbard se opuso a los proyectos de los
terratenientes y líderes patronales agroganaderos nucleados en la SRA, representados
por quien sería ministro de economía durante el Proceso de Reorganización
Nacional, José Alfredo Martínez de Hoz.
El libro muestra a
diversas empresas y personalidades, aparecen desde David Graiver, los montoneros y
Carlos Menem hasta Fate y Aluar, los Kennedy, Kissinger, Fidel Castro y
Brezhnev, Pérez Companc y Bunge y Born.
Seoane describe a un Ber Gelbard tenaz y
creyente fervoroso de un proyecto nacional sin exclusiones. Al mismo tiempo un hombre que concentraba un poder asombroso manteniendo
el perfil más bajo, el modo perfecto para que su forma de hacer lobby fuera
completamente eficaz.
EL PLAN
ECONÓMICO DE GELBARD
EN 1973 CUANDO ASUME CAMPORA (EN EL CENTRO) GELBART ES EL SEGUNDO DE LA DERECHA, EL PRIMERO ES EL EX POLICÍA Y LIDER DE LA TRIPLE A LOPEZ REGA |
Como ministro de Economía de cuatro presidentes peronistas en poco más de un año
y medio (entre mayo de 1973 y octubre de 1974), él fue quien le dio algo de
continuidad a la política económica frente al cambiante y extremadamente
conflictivo rumbo político institucional. La primera y principal meta del ministro Ber Gelbard era restablecer la
alianza social que había fundado al peronismo en los años 40, las pymes nacionales y el Movimiento Obrero Argentino,
nucleado en la Confederación General del Trabajo. Al igual que en 1945, cuando
Perón había apostado a un empresario del establishment nacional para dirigir la
economía, Gelbard buscaba impulsar un programa de Reconstrucción y Liberación
Nacional, compuesto de 20 leyes:
Ley de
inversiones extranjeras.
Proyecto de ley de Recomercialización de Granos y Carnes.
Ley de fomento agrario.
Ley de corporación de empresas nacionales.
Ley de promoción industrial.
Ley de suspensión de desalojos.
Ley de representantes de empresas extranjeras.
Proyecto de condonación de sanciones, multas, recargos e intereses por infracciones impositivas.
Ley de represión penal para las defraudaciones fiscales.
Ley de promoción minera.
Ley de creación de la corporación para el desarrollo de la pequeña y mediana empresa.
Impuesto a la renta potencial de la tierra.
Ley de regionalización de los directorios de los bancos de la Nación Argentina y Nacional de Desarrollo.
Modificación de la Ley de bosques.
Ley de creación del Instituto Nacional de la vivienda de interés social.
Ley de uso de tierras aptas para la explotación agropecuaria.
Ley de defensa del trabajo y la producción nacional.
Ley de nacionalización de los depósitos bancarios.
Régimen para financieras para-bancarias.
Nacionalización de los bancos desnacionalizados en los últimos años.
Proyecto de ley de Recomercialización de Granos y Carnes.
Ley de fomento agrario.
Ley de corporación de empresas nacionales.
Ley de promoción industrial.
Ley de suspensión de desalojos.
Ley de representantes de empresas extranjeras.
Proyecto de condonación de sanciones, multas, recargos e intereses por infracciones impositivas.
Ley de represión penal para las defraudaciones fiscales.
Ley de promoción minera.
Ley de creación de la corporación para el desarrollo de la pequeña y mediana empresa.
Impuesto a la renta potencial de la tierra.
Ley de regionalización de los directorios de los bancos de la Nación Argentina y Nacional de Desarrollo.
Modificación de la Ley de bosques.
Ley de creación del Instituto Nacional de la vivienda de interés social.
Ley de uso de tierras aptas para la explotación agropecuaria.
Ley de defensa del trabajo y la producción nacional.
Ley de nacionalización de los depósitos bancarios.
Régimen para financieras para-bancarias.
Nacionalización de los bancos desnacionalizados en los últimos años.
Si bien estas leyes no eran nuevas individualmente, sí en cambio era novedoso pensar en un plan que
las impulsara de forma conjunta. En ese sentido,
Gerbald convocó a la industria y los sindicatos a la firma de un pacto social,
en pos de conseguir la recuperación económica del país, el que finalmente se
firmó en junio de 1973. Pronto sobrevendría la muerte de Perón y el plan no
llegaría a concretarse.
Por otra parte, Gerbald realizó importantes negocios con los mayores empresarios
industriales de la época como Manuel Madanes (Fate), Julio Broner (Wobron), el
financista David Graiver y el periodista Jacobo Timerman. Encabezó
también una
delegación argentina, con representantes del Poder Ejecutivo Nacional, para
firmar importantes acuerdos con países del bloque soviético en 1974. Fundamentalmente
de créditos y condiciones financieras amplias y blandas, de visión expansiva a
largo plazo.
CONFEDERACIÓN
GENERAL ECONÓMICA DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
Fundada el 16 de agosto de 1952 por José Ber Gelbard, agrupó a cámaras regionales
de empresas grandes, medianas y pequeñas, y a pequeños y medianos empresarios,
con el propósito de reunir los intereses de todos
ellos. Aquellos dirigentes cuestionaron las
estrategias y las políticas de Estado que no los tenían en cuenta, y la CGE se
convirtió en la voz de miles de empresarios argentinos que hasta ese momento no
habían encontrado la vía para hacer visibles sus necesidades y anhelos.
Tras los muros
de esta entidad, hombres y organizaciones abrieron las puertas a la revolución
industrial argentina, que
había llegado con atraso al país, y en consecuencia
potenciaron el progreso, con creación de riqueza en el campo, con una industria propia y una expansión sin
precedentes del comercio y servicios, inclusive con
bienes de exportación que comenzaron a llegar a cualquier rincón del mundo.
La CGE no
siempre logró sus objetivos ya que tuvo adeptos como también enemigos. Tras el
golpe de 1955 fue proscripta, para luego ser legalizada
moderadamente durante el gobierno de Frondizi. Respecto a su fundador, años más
tarde Frondizi admitía que Gelbard “era una
pieza clave” para armar el pacto con Perón. Que Perón llegó a sugerirle su
nombre para ocupar el ministerio de Economía y que fue la persona de su
"mayor confianza" que le recomendó consultar sobre temas
empresariales. Reflexiona María Seoane: "Perón creía que Gelbard era una
especie de genio autodidacta, y que su lealtad con la propuesta peronista iba
más allá del propio Perón. Me mandó a decir una vez 'aunque no sea un
justicialista, Gelbard es más fiel a mi proyecto que muchos justicialistas’”.
Nuevamente, durante las dictaduras de Onganía y de Videla, con
el golpe de Estado del 28 de junio de 1966 y las medidas de Krieger Vasena, la CGE comenzó una etapa
opositora, con cuestionamientos a la desnacionalización de la banca, la venta
de empresas nacionales a capitales extranjeros y la ausencia de créditos para
las pymes. Además la organización presentó críticas a la política centralista
del gobierno, que beneficiaba económicamente a Buenos Aires y al litoral. Fue
durante esta época cuando en el seno de la CGE se comenzó a hablar de un
proyecto nacional y popular. Y Gelbard señalaba públicamente que para alcanzar tal objetivo era
necesario lograr la unidad nacional, para lo
que estrechó vínculos con la Democracia Cristiana,
la Unión Cívica Radical del Pueblo, la Unión Cívica Radical Intransigente y otras fuerzas, en pos de objetivos económicos comunes. A
su vez, las dirigencias de estos partidos políticos percibían en la CGE a un
interlocutor de importancia, algo reconocido inclusive por el dictador Agustín Lanusse.
Con la
aparición de la Asociación Coordinadora de Instituciones Empresariales Libres
(ACIEL) como brazo camuflado de la UIA para enfrentar a la CGE, ésta comienza a
eclipsarse. En la actualidad no hay una entidad representativa que centralice y
organice el reclamo de las microempresas.
La desnacionalización y exilio
Finalmente, tras una agitada vida, José Bel Gelbard fue
despojado de su nacionalidad argentina por la dictadura cívico-militar del 76.
Así, al fundador de la CGE y promotor de la transformación
económica del país de los 70, hombre de confianza del Gral. Perón, emprendedor
e idealista, lo convirtieron en perseguido y apátrida, como un burgués maldito.
Murió exiliado en los Estados Unidos el 4 de octubre de
1977.
Diez años después de su muerte, el gobierno de Raúl Alfonsín le
devolvió la ciudadanía argentina. Una injusticia reparada
demasiado tarde.
Miguel Eugenio Germino
Fuentes:
-http://www.aldorso.com.ar/especiales/contraconsigna/Gelbard%20en%20el%20Ministerio%20de%
20Economia.pdf
-http://cgera.org.ar/que-es-la-cge/
-http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-268759-2015-03-23.html
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