La película perdida de Gardel
La historia de la película “Cazadores de estrellas” es sencilla. Cuando los
directivos de la Paramount Pictures, distribuidores de las películas de Gardel,
vieron la buena recepción que éstas recibían en los mercados hispano y
francoparlantes, empezaron a especular sobre la posibilidad de introducirlo al
público de habla inglesa y otros idiomas. Sospechaban que había un espacio
para este latino carismático y de buena presencia. Es así que se tomó la decisión
de ofrecerle un rol dentro de la próxima película de la serie “Big broadcast”. La
primera película, “The big broadcast”, lanzada en 1932 con Bing Crosby como protagonista, había sido
muy exitosa, y la Paramount pensaba retomar el tema pero con algunas diferencias.
Bing volvía a aparecer, pero esta vez solo cantando un par de canciones. Había
una pequeña trama central para no aburrir con tantos temas musicales, pero lo
central de la película era ofrecer una variedad de artistas participantes, cada
uno con aproximadamente ocho minutos en pantalla. En el caso de Gardel, la idea
era hacer un pequeño sketch con el cantante vestido de gaucho.
Gardel no estaba muy contento con el estereotipo, pero valoraba la
oportunidad que significaba esta película para extender su fama por el mundo.
Después de todo ahí estaba Bing Crosby, garantizando que la película tendría
una distribución mundial, junto a Los niños Cantores de Viena, Jack Oakie y Ray
Noble y su orquesta, entre otros. Además, el contrato pagaba bien los dos días
de trabajo que esta película requería, y –un tema clave– la Paramount le ofreció filmar su participación en
Nueva York, en los mismos Estudios Astoria donde ya venía trabajando, sin necesidad de
trasladarse a la lejana California donde se filmaría gran parte de la película.
Era una oferta que no podía rechazar, y Gardel filmó su pequeña secuencia en
tres idiomas (inglés, francés y español) bajo la dirección de Theodore Reed
durante los últimos días de 1934. En su participación, aparece la actriz nueva Celia
Villa como su “china” y algunos amigos como Carlos Spaventa como extras. Se lo
ve cantar “Apure, delantero buey” y el tango “Amargura”. Quien ha visto la
película, como Eduardo Visconti, dice que la parte de Gardel está muy bien filmada
y el Zorzal –como siempre– esta espléndido.
La sorpresiva muerte de Gardel en junio de 1935 encuentra la película en
estado de post-producción. Al desaparecer el objetivo francamente comercial de
“introducirlo” al mercado angloparlante, se decidió quitar la parte de Gardel
para esa versión, dejándola solamente para los mercados franco e hispano
parlantes donde Gardel ya era una figura muy conocida y hasta podía ayudar a “vender”
la película. Con esta decisión tomada, “The big broadcast of 1936” debuta en Estados Unidos
en setiembre 1935, y poco después en todo el mundo.
“Cazadores de estrellas”, la versión en
castellano, pasó casi desapercibida por los cines de América latina. Lo mismo
sucedió con la versión editada para los franceses, conocida como “Simphonie burlesque”. Una
película que usaba principalmente estrellas de la radio norteamericana
difícilmente iba a causar mucha impresión en mercados donde las ondas de radio
norteamericanas ni siquiera llegaban. La muy pequeña parte de Gardel, aunque
buena, francamente no era suficiente para cambiar esta dura realidad. La
historia dice que en la Argentina, “Cazadores” fue estrenada el 30 de
abril de 1936, cuando el retorno de los restos de Gardel ya estaba en el pasado
y los argentinos estaban en otros temas. Poco después, “Cazadores” debuta en los otros mercados latinos.
Estas fechas significaron que "Cazadores" ni siquiera pudo
aprovechar el interés de la prensa y público en Gardel durante los
primeros meses posteriores a su
muerte en Medellín. Las últimas dos películas de Gardel, "El
día que me quieras" y "Tango Bar" fueron estrenadas en Buenos
Aires en julio y agosto de 1935 aprovechando el momento especial.
Basta decir que en un mundo donde miles de películas compiten por los
muy escasos recursos de almacenaje y preservación, “Cazadores” era firme
candidata a ser dejada de lado. Y así fue. Si la versión en inglés, sin Gardel,
todavía existe, pero por falta de interés nunca fue oficialmente editada en VHS o
DVD, los lectores se pueden imaginar el destino de “Cazadores” en
Hispanoamérica… después de pasar por varios cines hispanos casi por obligación
contractual, la película se perdió de vista en todas las repúblicas de habla
castellana.
En definitiva, hace tiempo que la versión en castellano con Gardel no
aparece. A tal punto que en círculos gardelianos hoy es considerada una
película “perdida”.
Pero la buena noticia es que es posible que todavía exista. Algunos
gardelianos recuerdan haber visto una buena copia de “Cazadores de estrellas” en los
ciclos de “películas de Gardel” organizados por algunos cines porteños en la
década de los ochenta. Que una copia haya sobrevivido los duros primeros cincuenta años nos
da la esperanza de que “Cazadores” todavía se encuentre con nosotros… en algún
lugar de este mundo. Como dice el refrán: “Quien busca, encuentra”.
Héctor Rebasti
Gardeliano
hectorrebasti@gmail.com
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