LA PROBLEMÁTICA CIUDAD DE BUENOS AIRES,
LOS ESPACIOS VERDES Y EL PARQUE DE LA ESTACIÓN
En momentos de
cuestionamientos a “los reinados”, la Ciudad de Buenos Aires, la antigua mítica
“Reina del Plata”, vuelve a ser noticia. En esta
oportunidad por varias razones: el déficit
de espacios verdes, la crisis educacional con tomas y demonización a
estudiantes secundarios que pusieron el pecho al problema de vacantes, viandas
en mal estado, infraestructura edilicia y pasantías gratuitas de pibes de 16
años.
Ya venía muy mal
el gobierno de Larreta, tras los reiterados intentos (con
poco éxito) de vender terrenos,
especialmente frente al Río de la Plata,
cuando estalla con virulencia la crisis educacional a cargo de una ministra de
escasa cintura política y sobrante y provocativa verborragia.
Él pretende ser
candidato a presidente, ella a jefa de Gobierno porteño, cargos que les salen de madre,
por su conocido currículum de escasa fascinación.
Estos dos temas
no son nuevos, se vienen arrastrando de lejos, antes de llegar a la crisis
actual y en el momento menos esperado, pero
más temido.
La ciudad, otrora “ciudad
puerto” y “asiento
de la aduana”, en menoscabo del resto del
país, nos retrotrae a la época aún no cerrada de la histórica lucha de
unitarios y federales, y asesinatos de decenas
de caudillos provinciales.
Todo permanece
fresco en la memoria, para ahondar en escarbar cicatrices que brotan al menor
intento.
Nuestro Parque
de la Estación, compartido por los barrios de Balvanera y Almagro y los nuevos
intentos forzados de urbanizar calles como Castro en Almagro y Agüero en
Balvanera, son pruebas contundentes y
contradictorias a la hora de tomar decisiones.
A la Mesa del
Parque (establecida por la Ley del Parque 5.734) le retacean facultades para funcionar
democráticamente, debido a reglamentos burocráticos mal aplicados, sin
presupuesto y trabas administrativas. La administración local se arroga el derecho de hacer y deshacer en el recuperado
“Galpón cultural y deportivo”, hasta el momento no logra incorporar su uso para
los vecinos y escuelas del barrio.
El centralismo
abusivo e ilegal prima al momento de las decisiones, al punto de llegar al
colmo de alquilar las instalaciones para usos de dudoso beneficio barrial y un
tufillo a negociado espurio.
Así las cosas, la violencia de notorias connotaciones políticas avanza en el país y en nuestro Parque, en el que
se vandalizó dos veces en un mes la placa de Abuelas. No hay presupuesto para
iluminar adecuadamente la galería del galpón ni
el anfiteatro, y es un misterio el destino del recientemente desocupado
vacunatorio, entre otros temitas pendientes.
Las reuniones
transcurren en verdaderas discusiones entre sordos e inútil oficinesco
palabrerío.
¿Qué se puede
esperar a futuro de esta situación?
Nada se habla
tampoco del sector sur del Parque aún pendiente.
Consejo de Redacción
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