EDITORIAL AL
Nº 129 – NOVIEMBRE 2022
En momentos en que arrecia en el país un enfurecido mensaje de violencia,
que llegó al intento de magnicidio de la vicepresidenta Cristina Fernández –aún negado por algunos–, que además de denigrar al ser
argentino, se califica de “populista” a todo quien pretenda resguardar los
intereses de los más rezagados y desplazados, en un acto de supremo egoísmo y frívola
descalificación.
Todo ocurre en una América en la que surgen gobiernos progresistas,
aunque condicionados por “derechas” más virulentas que se repiten simultáneamente
en el resto del mundo. Son ideologías y
organizaciones que presentan aspectos xenófobos,
racistas, homófonos, machistas, teocráticos
o reaccionarios, como Giorgia Meloni en Italia, Javier Milei en Argentina, VOX en España, etc.
Valen aclarar algunas precisiones acerca del concepto “populismo”.
Los estudios disponibles sobre el tema toman importancia una vez más en
el mundo, principalmente en América latina, donde desde hace dos décadas, con el Socialismo del Siglo XXI, se inauguraba una nueva corriente populista de la mano de Hugo Chávez, Néstor
Kirchner, Lula, Evo Morales, Rafael Correa, y actualmente con las nuevas
incorporaciones en la región: AMLO, Petro,
Castillo, etc. Setenta años antes habían aparecido los populismos clásicos de
Lázaro Cárdenas, Juan. D. Perón y Getulio Vargas, entre otros.
La categoría populismo nace en la obra de Ernesto
Laclau, desde sus primeros trabajos inscriptos en el marxismo hasta su teoría
madura del populismo postmarxista. Esta situación conforma una de las más
sofisticadas y polémicas respuestas a la pregunta sobre el origen de la
categoría. El estudio que propone el autor muestra las potencialidades de cada
una, para el análisis político y también las dificultades teóricas que debe
resolver para consolidarse en un mundo en constante
evaluación de sus criterios de organización y participación en los ámbitos
político, económico y social.
Esta investigación tiene como objeto explorar la construcción de un
mensaje que retome –mejorado– en América latina, los discursos,
estrategias y preferencias de aquellos líderes políticos, sustancialmente en
los años 2005 (fecha del rechazado ALCA), aunque luego resurgieron incógnitas y
grises que la opacaron, antes y a partir de la padecida pandemia.
Sin embargo, no se logra unificar un
mensaje más permeable en las masas que recibieron sustanciales beneficios, escalando
posiciones en las graderías sociales, apreciados como insuficientes, que hoy
necesitan otros nuevos, mejores e innovadores, que los saquen de la frustración que sobrellevan.
Existe una asignatura pendiente fundamental, especialmente en nuestro
país, “la inflación”, que todo se lo come, el agudo problema de “la distribución”
de la riqueza, y la tenencia de la tierra, como problema sempiterno, que no es
un tema del pasado…
Se hace más urgente que necesario la implementación de los 7 puntos del “Documento de Plaza de Mayo” del 17 de
octubre de 2022. ¡Vale repasarlos y rescatarlos del olvido!
Nada más erróneo entonces desconocer una realidad que se presenta tan
difícil como peligrosa, ocultando la cabeza bajo la tierra como el avestruz,
ante el riesgo de enfrentarla. Para colmo, arrecia
a su vez la mentira alentada desde los medios masivos, cómplices, permeables,
por no señalarlos como instigadores necesarios, jamás democratizados desde la
derogación parcial de la Ley
de Medios, por decreto de Macri, que Alberto
Fernández no se atrevió a revertir, y sobre todo desde las redes sociales –la
nueva poderosa y peligrosa arma– principalmente en manos de “los enemigos del pueblo”.
Hasta la próxima
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