domingo, 30 de abril de 2023

EDITORIAL AL Nº 335 DE PRIMERA PÁGINA



"El lawfare empieza a través de los medios de comunicación, que descalifican y meten sospecha de un delito. Se hacen esos sumarios grandísimos y para condenar basta el volumen de ese sumario, aunque no se encuentra el delito"

Papa Francisco

 

HAY POCOS QUE CONSUMEN MUCHO, HAY MUCHOS MÁS QUE CONSUMEN POCO, Y HAY MUCHÍSIMOS QUE CASI NO CONSUMEN NADA.

Entre los que consumen poco y casi nada, se ubica el 80% de los ciudadanos de este bendito país, de 46 millones de seres pretendidamente humanos.

Están los que tienen grandes extensiones de tierra y están quienes carecen de ella.

Están también quienes preexistían a la organización del país como tal, “los pueblos originarios”, los absolutamente desclasados y excluidos del mapa. Algunos además tildados de “no argentinos”, como los “Mapuches”, que, si no se los reconoce argentinos, vendrían a ser extranjeros, lo que constituye un disparate.

En nuestra también bendita hoy CABA, la otrora “Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Santa María de los Buenos Ayres” como la nominó Garay, su fundador en 1580, también están los que viven en suntuosos departamentos sobre la avenida Libertador, y quienes subsisten en miserables villas miserias.

Para colmo, el grueso de los habitantes de la ciudad carece de los espacios verdes suficientes para una digna calidad de vida, privándoselos a su vez, de la vista al río, como lo garantiza la Constitución de la Ciudad en su artículo 8º:

“En su carácter de corribereña del Río de la Plata y del Riachuelo, la Ciudad tiene plena jurisdicción sobre todas las formaciones insulares aledañas a sus costas, con los alcances permitidos por el Tratado del Río de la Plata. Serán consideradas como reservas naturales para preservar la flora y la fauna de sus ecosistemas. Los espacios que forman parte del contorno ribereño de la Ciudad son públicos y de libre acceso y circulación. El Puerto de Buenos Aires es del dominio público de la Ciudad, que ejerce el control de sus instalaciones, se encuentren o no concesionadas.”

Recapitulando, están los que lo tienen todo y en el otro extremo, los que consumen casi nada, viven en condiciones infrahumanas, no tienen tierra y hasta se les niega la ciudadanía de argentinos.

Así se aborda el mes de mayo, mes de la Revolución que intentó darle identidad al país, aunque condicionada a las trabas a que la llevaron gobiernos dictatoriales y cipayos (por adopción propia), que padeció en gran parte de su historia.

En este combo, se produce un cóctel perfecto de inflación + decepción y desánimo que lleva a los sectores populares a una casi segura derrota. Todo en un nado sincronizado de voces denostando al país.

La gente pide más seguridad, y del otro lado se cuela el mensaje mediático opositor de odio y violencia, y el lawfare.

El tiempo juega en favor de los que dejaron al país endeudado, y hoy anuncian sin ocultarloque aplicarán sin anestesia el programa del FMI, del que ya se sienten los primeros escarceos.

“Espabilar” debe ser la primera acción para no caer en la trampa perfecta a la que nos llevan: devaluación, ajuste, recorte de gastos y flexibilización laboral. Vendrán por el litio y luego por el agua.

Por nuestra soberanía: ¡¡¡no se lo permitamos!!!

 

Hasta la Próxima




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