LA
CIUDAD PARA LOS CIUDADANOS
Con el paso de los años
vemos como la Ciudad se fue convirtiendo en una “urbe
para pocos”,
una capital de negociados, se llega a decir una verdadera “inmobiliaria” que
enajena el patrimonio público, como si fueran bienes personales del actual jefe
de Gobierno Larreta.
A criterio de los vecinos,
que son los principales perjudicados, la
ciudad necesita: espacios verdes y medidas urgentes de descontaminación y
ordenamiento de un tránsito, que en las
horas pico, se torna trágico. Una de las principales soluciones sería ampliar la red de subtes.
La ciudad
de Santiago de Chile inauguró una
nueva línea de subtes con 22 kilómetros de extensión, que llevó el sistema del metro a 140 km. El mapa del transporte subterráneo de Santiago contrasta
con lo que sucede en Buenos Aires, una de las ciudades más pujantes de América,
que cuenta con apenas 60 kilómetros de vías, menos de la mitad de aquella.
Es más que
necesaria esta ampliación, por otra parte,
ya planificada desde hace años, pero nunca llevada a la práctica. El subte un sistema ecológico de
transporte, que ayudaría a producir un
gran alivio en el caótico transito vehicular actual. Además, se debe acompañar
con otras medidas, como habilitar tranvías
en determinadas zonas, como existen en las más importantes capitales del mundo.
Esta medida
debería completarse con un programa serio de reforestación de las calles
porteñas, hoy raleadas de arboleda. Recordemos que
los árboles
atenúan los ruidos y los gases del
transporte.
Fomentar el
uso de la bicicleta, muy difundida también en el mundo, reglamentando el uso de
las bicisendas, de las que hay muchas, poco utilizadas, dotándolas de mano
única para seguridad del peatón.
Frenar la
venta de terrenos públicos y construcciones indiscriminadas y suntuosas en lugares
residenciales, habilitando la vista al río del porteño, como reza la Constitución de la ciudad.
Buscar los
lugares y espacios donde habilitar nuevas plazas porteñas, ya que CABA es una de las ciudades de menor
espacios verdes públicos del mundo, de apenas 6 metros cuadrados por habitante,
además de distribución despareja, por ejemplo, en las comunas 3 y 5 esta
proporción baja a menos de 1 metro cuadrado por habitante.
La OMS
recomienda un mínimo de entre 10 y 15 metros por habitante. En los barrios de
Balvanera, Almagro y Caballito, el soterramiento del ferrocarril agregaría una
pequeña pero importante porción de verde.
Mucho se
habla de “ciudad sustentable”, pero no se indica para qué y para quiénes. La
sustentabilidad debe ser para todos, especialmente para los más rezagados de la
estratificación social.
El argumento
de la distribución no es ajeno, deberá
buscarse también un formato más equitativo
de repartición de la riqueza en el sitio más privilegiado del país, no pensando solamente
en faltriqueras propias bien provistas, sino
también en el otro, el de los bolsillos saturados de agujeros.
Consejo
de Redacción
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