sábado, 7 de marzo de 2009

EL PLAN CONINTES

Frondizi en el "Time" y la sombra de Perón


EL 14 DE MARZO DE 1960

ARTURO FRONDIZI IMPLANTA EL PLAN CONINTES


Un funesto plan represivo contra la creciente reacción popular ante el incumplimiento de sus promesas electorales.


El 14 de marzo de 1960, Frondizi, que ascendió a la presidencia mediante un pacto secreto con Perón, echó por tierra tanto aquel compromiso como sus promesas electorales.

Desbordado por la creciente reacción popular implantó un funesto plan represivo: CONINTES (Conmoción Interna del Estado), por medio del cual persiguió, reprimió y encarceló a dirigentes políticos, obreros y estudiantiles.

Se pusieron en funcionamiento tribunales militares y fueron traídos al país represores franceses, con sus métodos de torturas experimentados en Indochina y Argelia. A los condenados se los confinó en cárceles lejanas como la de Ushuaia (reabierta) y la de Santa Rosa, entre otros sitios militares de reclusión.

El país abrió sus puertas de par en par al capital extranjero en un co-gobierno con los militares, que no obstante le provocaron 29 asonadas golpistas, hasta que, el 29 de marzo de 1972, Frondizi fue apresado y recluido en la Isla Martín García.

EL MOMENTO POLÍTICO

El golpe de Estado de 1955 encabezado por Aramburu y Rojas, además de instaurar un régimen antiperonista que aplicó indiscriminadamente la violencia y la represión contra toda reacción popular o gremial, se alineó en lo internacional con los sectores más reaccionarios y pro-imperialistas.

Se produjo un resquebrajamiento de la clase media, al dividirse el partido Radical en dos fracciones: la UCR del Pueblo, dirigida por Balbín, y la UCR Intransigente, conducida por Frondizi. El socialismo se fraccionó a su vez en dos: el Partido Socialista Argentino y Partido Socialista Democrático.

La resistencia peronista, los trabajadores y las fuerzas de izquierda producían un rápido desgaste de la dictadura, que se vio forzada a llamar a elecciones en 1957, aunque con la proscripción del peronismo.

Las elecciones de constituyentes dieron ganador a la UCRP, pero en las presidenciales, un plan secreto entre Perón y Frondizi terminó por llevar a éste a la Casa Rosada, aunque con su poder absolutamente restringido por las cúpulas militares que se conformaron como un visible co-gobierno. Aún así, Frondizi será jaqueado por nada menos que 29 e intentos de golpe de Estado.

La discusión en el peronismo por el pacto secreto con Frondizi fue ardua y resultaron decisivas las figuras de Arturo Jauretche y Raúl Scalabrini Ortíz, quienes desde la revista Qué apoyaron el acuerdo que pudiera terminar con la dictadura.

El acuerdo fue rubricado por Perón, Frondizi, Frigerio y John W. Cooke. Frondizi triunfaría con más de 4 millones de votos, contra 2,6 millones de la UCRP. Así es como asume el 23 de febrero de 1958.

Del pacto, Frondizi sólo cumple con la legalización del peronismo, desconociendo hasta los puntos prometidos en su propio programa electoral. Sella desde el inicio un acuerdo con los Estados Unidos, lo que le produce un entredicho inicial con Jauretche, quien luego relataría cómo en una cena celebrada tras la asunción, le espeta al presidente Frondizi en una de sus rápidas y ácidas salidas de humor negro: “En el momento de las ensaladas le pregunté al Dr. Frondizi si las 500 páginas de Política y Petróleo (su libro de cabecera) las iba a comer con aceite y vinagre”.

Todo está dicho, a la traición de una parte corresponde la reacción de la otra, y comienza una nueva lucha.

El salario es devorado por la inflación, la pelea por la enseñanza laica o libre y el famoso artículo 28 inunda las calles de Buenos Aires; estalla la huelga de petroleros y se levanta el personal del Frigorífico Lisandro de la Torre ante al negociado con las carnes. Los trabajadores son ferozmente reprimidos por más de 3.000 efectivos al mando del tristemente famoso comisario Margaride. El saldo es de 5000 despidos, lo que origina en solidaridad la llamada “Insurrección General del barrio de Mataderos”.

El gobierno de Frondizi se rodeará de las figuras más desprestigiadas de la oligarquía, a quienes les otorga importantes puestos públicos: Roberto Alemann y Álvaro Alsoraray, cuando el imaginario popular, para denostarlo, suelta chanchos por la calle Florida.

Sin embargo la política oficial fluctúa en un ambiente dual, manteniendo relaciones con la Cuba expulsada de la OEA (organismo al que Frondizi se opone) y el Che Guevara mismo, que se pasea por las calles de Buenos Aires, con las implicancias del hecho.

EL PLAN CONINTES

Este plan de “Conmoción Interna del Estado”, elaborado durante la segunda presidencia de Perón para aplicarlo a los golpistas y que nunca había sido usado, es reflotado por el Decreto 9880 del 14 de noviembre de 1958 y puesto en práctica el 14 de marzo de 1960.

Se intentó con él detener la ofensiva popular que ocurría ante el incumplimiento oficial de las promesas preelectorales. Pero fue en vano, y la reacción estatal fue incrementándose. Aquel plan nefasto resultó ser uno de los antecedentes más directos del golpe militar y la represión de marzo de 1976. Porque si bien los militares ya tenían experiencia en golpes, este plan delineó la estrategia de contrainsurgencia para frenar la efervescencia revolucionaria de la época.

Llegaron entonces al país las primeras misiones militares francesas fogueadas en las experiencias de Indochina y Argelia, y se instalan en el Edificio Libertador. Comienza la instrucción acelerada de cuadros locales en la tortura más sofisticada, según lo denunció en su momento la periodista francesa Marie Monique Robin, en su obra Los escuadrones de la muerte.

Nada es casual en política, todo tiene una fundamentación lógica con la reacción del sistema. Los protagonistas de los nuevos estallidos sociales y gremiales, bancarios, ferroviarios y metalúrgicos, conocerán en carne propia los efectos del plan. Se crean Consejos de Guerra; bancarios y ferroviarios son “movilizados”, una rara figura ensayada por Frondizi, consistente en someter a estos trabajadores al régimen militar (hasta el cabello les raparon).

Más de 300 presos CONINTES pasan por estos Tribunales Castrenses, muchos militantes sociales fueron torturados mientras el país se convertía en una inmensa cárcel.

Se habilitan para civiles las prisiones de Magdalena y Punta de Indio, y se ordena reabrir el luctuoso penal de Ushuaia (Isla de los Estados, Tierra del Fuego) que Perón había cerrado en 1947. Este fue el hecho más relevante y representativo de la magnitud del ensañamiento represivo que se había desatado. Muchos otros detenidos fueron enviados a la Unidad 4 del Penal de Santa Rosa (La Pampa). Allí confluyeron peronistas, sindicalistas “tacuaras”, anarquistas, y hasta sospechosos del endeble movimiento guerrillero.

En aquel penal habían sido detenidos durante el gobierno de Perón los frustrados golpistas militares de 1955, y producido el segundo golpe de ese año, pasaron por el lugar dirigentes peronistas y huelguistas como Rubens Iscaro, del comunismo. Otros famosos que conocieron aquella Unidad 4 de Santa Rosa fueron Andrés Framini, José Rucci y el folclorista paraguayo José Asunción Flores.

Defenestrado el vicepresidente Alejandro Gómez, el país se abre de par en par a la tan mentada “inversión extranjera”. En toda época y con todos los gobiernos esta inversión sólo sirvió para el crecimiento de los capitales foráneos, en gran medida “golondrinas”; siempre ha sido más lo que se llevan que lo que traen.

Empieza a aplicarse entonces el “desarrollismo”, acuñado por Rogelio Frigerio y es concesionado el petróleo, contrariando de plano el libro de cabecera de Frondizi: Política y Petróleo.

Cierto es que se logró el autoabastecimiento petrolero y se puso en marcha la represa hidroeléctrica de El Chocón, además de operarse un impulso a la petroquímica, a la siderurgia y a la tecnificación del agro. Pero debe reconocerse que todo se realizó a expensas del gran sacrificio de la clase trabajadora, que debió soportar bajos salarios y duras condiciones laborales.

EL FIN

Sin embargo no le alcanzaron a Frondizi ni el plan CONINTES, ni la entrega, ni la represión, ni el cercenamiento de las universidades, para conformar a las cúpulas militares que desde su co-gobierno tuvieron siempre “la última palabra”.

En 1962, el justicialismo gana las elecciones en diez de catorce provincias, incluida la de Buenos Aires, en la que se impuso para gobernador Andrés Framini.

Las FF.AA. obligaron a Frondizi a anular las elecciones y, a pesar de su obsecuente acatamiento, es detenido por los militares el 29 de marzo de 1962 y llevado a la Isla Martín García. Por una rara maniobra “constitucional” el vicepresidente José María Guido es obligado a asumir la presidencia de la Nación.

Marzo se convertía así en un mes aciago para los argentinos: el l4 de marzo de 1960 se inaugura el plan CONINTES, el 24 de marzo de 1962 se produce un nuevo golpe “solapado” y años más tarde, el 24 de marzo de 1976, se instaura la más feroz dictadura genocida que conoció nuestra historia, una versión mejorada y corregida del plan CONINTES. Un nefasto personaje, Arturo Frondizi, había revivificado en su tiempo aquel plan, que mucho tuvo que ver como antecedente.

Miguel Eugenio Germino

FUENTES

-http://www.nova-noticias.com.ar/nota.asp?n =2008_5_1…

-http://horizontesurblog.com.2008/11/el-plan-conintes-la-m…

-http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-81852-200703-16.html

-http://www.elortiba.org/conintes.html

-http://es.wikipedia.org/Wiki/Arturo_Frondizi


1 comentario:

Anónimo dijo...

me pareció un artículo sintético, claro, sencillo y con una buena interpretación personal de los sucesos