miércoles, 6 de junio de 2012

EL AJUSTE EN EUROPA



Los pueblos europeos resisten el ajuste


           
 En reiteradas ocasiones dijimos que los gobiernos europeos escogieron estrategias equivocadas a la hora de enfrentar la dura crisis económica que están atravesando. Sostuvimos desde estas mismas páginas que las  prácticas de ajuste agravaron los problemas ya existentes, contrayendo aún más la actividad económica. Y también les recomendamos a los nativos del viejo continente que se miraran en el espejo latinoamericano.
            Si bien los gobiernos de los países europeos prefirieron desoír las recomendaciones de quienes ya pasamos por crisis similares, los pueblos europeos sí parecen hacerse cargo de su destino e intentan explorar un camino que los saque de su presente de ajuste y crisis.
            Las medidas económicas que se están aplicando en Europa responden a las directivas que imponen principalmente los dos principales países del continente: Alemania y Francia. El eje Berlín – París ha actuado en forma conjunta para disciplinar al resto de los países, con la amenaza del eterno ostracismo para quienes no acataran los lineamientos generales de los planes de ajuste. Pero a ese eje se le acaba de romper una rueda: Sarkozy fue derrotado en las últimas elecciones y asumirá el cargo un presidente que no comulga con las ideas de su par de Alemania.
            Y así como el pueblo francés decidió que uno de los garantes del ajuste se volviera a su casa, los alemanes le dieron un aviso a Angela Merkel, quien sufrió una clara derrota en las elecciones regionales en su país. Si ya en estos países las recetas neoliberales están siendo rechazadas, es mucho peor la respuesta de los países que están llevando la carga principal de la crisis.
            En Grecia el plan acordado con el resto de Europa y con el FMI no es querido por el pueblo lo que ocasiona que no se  pueda formar una coalición de gobierno y que las fuerzas políticas se fragmenten cada vez más. Pocos apuestan a que el país heleno siga en la zona euro después de mitad de año. A los españoles no les va mucho mejor:  el movimiento de los indignados no decrece porque los ciudadanos ibéricos ya se dieron cuenta que el Partido Popular no tiene una propuesta distinta a la que aplicaron los socialistas. Peor aún, optaron por profundizar el ajuste y agravar una situación que ya con Zapatero era pésima.
             El presente europeo es oscuro pero el destino puede cambiar si los mandatarios deciden escuchar las voces del pueblo y no las del FMI.
                                                                                                                                      Pablo Salcito

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