Un nuevo BAFICI el 2014
Holy farm,
holy war
Agua que no has de beber…
Agua que no has de beber…
La
explotación de los recursos naturales es uno de los flagelos a los que se debe hacer frente en los últimos tiempos.
Más aún cuando se lo disfraza de “evolución” y en realidad se buscan nuevos
mercados para el vil comercio.
Frente
a esta situación, el cineasta Lech
Kowalski lleva a cabo un documental que plasma la lucha de un pueblo de
Polonia en contra de Chevron.* Y lo plasma con una sensibilidad que no cae en
un panfleto ni en un melodrama, sino que, a partir de las pequeñas historias de
los habitantes del pueblo que ven como el agua que beben deja de ser pura.
La forma en que Kowalski filma es de gran poesía, en tanto sus planos toman las emociones de los pueblerinos que ven como su ciudad recibe a la modernidad de la peor manera. Chevron nunca aparece sino como “un monstruo grande que pisa fuerte”. Lo peor en este caso es que los únicos que aparecen del lado de Chevron –o que la corporiza o visibiliza– es por medio de los conductores de camiones o tractores que fumigan el suelo. Al respecto, uno de los conductores de un tractor, que deja un suelo completamente envenenado, al ser consultado sobre si es consciente de lo que hace, responde con evasivas.
El momento clave es cuando los habitantes del pueblo se reúnen con un representante de Chevron y una mujer que estaría en representación del Gobierno polaco. El debate es imperdible tanto en lo que se dice como en lo que se omite, sin perder de línea, cuestiones subrepticias sobre los derechos del hombre, la libertad del individuo y el límite del capitalismo.
La forma en que Kowalski filma es de gran poesía, en tanto sus planos toman las emociones de los pueblerinos que ven como su ciudad recibe a la modernidad de la peor manera. Chevron nunca aparece sino como “un monstruo grande que pisa fuerte”. Lo peor en este caso es que los únicos que aparecen del lado de Chevron –o que la corporiza o visibiliza– es por medio de los conductores de camiones o tractores que fumigan el suelo. Al respecto, uno de los conductores de un tractor, que deja un suelo completamente envenenado, al ser consultado sobre si es consciente de lo que hace, responde con evasivas.
El momento clave es cuando los habitantes del pueblo se reúnen con un representante de Chevron y una mujer que estaría en representación del Gobierno polaco. El debate es imperdible tanto en lo que se dice como en lo que se omite, sin perder de línea, cuestiones subrepticias sobre los derechos del hombre, la libertad del individuo y el límite del capitalismo.
* Chevron Corporation es una empresa petrolera estadounidense constituida en 1911 en California, tras la disolución del trust Standard Oil, bajo el nombre de Standard Oil of California. En un período de más de cuarenta años, John D. Rockefeller llevó la Standard Oil a ser la compañía más grande del mundo por mucho tiempo.
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