CIEN AÑOS… CON GABO
GABRIEL GARCÍA MARQUEZ (1927-2014)
«Juntos bebamos más de una copa a la salud de Gabriel García Márquez para reírnos juntos, porque vivo seguirá mientras sus palabras vivan y rían y digan»
«Hay dolores que se dicen callando. Se dicen callando, pero duelen igual. Como nos duele la muerte del Gabo García Márquez»
«Lo que más duele está en las bellas palabras que la muerte nos ganó de mano y nos robó. Yo creo que ellas, las palabras robadas, se escapan a la menor distracción, huyen de las páginas de los libros de Gabo y se nos sientan al lado en algún café de Cartagena o Buenos Aires o Montevideo..."
Eduardo Galeano
La soledad en la que habían quedado su
pueblo y los vecinos tras
la ida de la compañía bananera lo impactó profundamente. Los recuerdos de su
infancia aparecieron de golpe, pero tamizados por su mirada adulta y
nostálgica.
En esa visita de sólo dos días, García
Márquez empezó en su cabeza a escribir Cien
años de soledad, su obra maestra, una de las más destacadas de la
literatura universal. La novela que lo consagró cuenta la historia de tres generaciones de la familia Buendía en Macondo,
en un relato que bien podría definirse como una gran metáfora de América
Latina.
La pobreza, la corrupción, los constantes
conflictos internos resueltos por las armas y la presencia de algunas empresas
transnacionales que parecen reproducir el saqueo de los viejos conquistadores,
configuran la escena latinoamericana retratada por el escritor colombiano. Pero
esa aparente tragedia está protagonizada por personajes llenos de encanto y
pasión para afrontar una vida áspera, a través de su extensa obra.
Al igual que muchos intelectuales jóvenes
de su generación, defendió desde el comienzo la Revolución Cubana. Como periodista
viajó a Cuba para cubrir la entrada de Fidel Castro a La Habana, en
enero de 1959. Al tiempo empezó a trabajar para Prensa Latina, la agencia de noticias creada por
el gobierno revolucionario.
"La vida no es la que uno vivió, sino
lo que recuerda, y cómo la recuerda para contarla", fue una de las
tantas frases que quedarán escritas en el gran libro de la vida, por el Nobel de literatura 1982, que no nos deja, sino que estará
siembre presente entre nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario