CINE: “Cae la noche en Bucarest”
Otra manera
de ver el mundo
Rumania/Francia, 2013.)
Dirección y guión: Corneliu Porumboiu.
Fotografía: Tudor Mircea.
Montaje: Dana Bunescu.
Diseño de producción: Mihaela Poenaru.
Duración: 89 minutos.
Intérpretes: Bogdan Dumitrache, Diana Avramut, Mihaela Sirbu,
Alexandru Papadopol, Gabriela Cretan, Lucian Iftime
Desde su tercer
film Corneliu Porumboiu,
incursiona en una diminuta pero delicada comedia, en la que la circulación
del dúo central y un puñado de personajes secundarios acaba construyendo un
sutil entramado de voces, rostros, ideas y sensaciones. En un formato en vías de extinción (35mm), para abrir
paso al DVD.
Luego de la breve y ascética secuencia de
títulos, Dumitrache), muestra a su personaje principal manejando su
auto en compañía de una de las actrices de reparto de su película, Alina
(notable presencia de la debutante Diana Avramut).
La conversación gira alrededor de un
posible desnudo, que no llega nuca a consumarse en una escusa. Marca
otra manera de hacer cine, taol
vez poco comprensible, organiza en sus 89
minutos de duración en una serie de 17 planos-secuencia –es decir, sin corte de
montaje–, a un promedio de cinco minutos cada uno de ellos.
De la noche a la
mañana alguien muy seguro de sí mismo a encarnar a un protagonista lleno de
dudas y conflictos es apenas una de las apariencias que el film irá descubriendo, en
gran medida, lo hace gracias a una puesta de cámara y un ritmo narrativo
mentirosamente funcionales, tan complejos como sus personajes, casi geométricos
en la repetición de situaciones semejantes, atentos a los detalles dentro del
plano y a lo que permanece temporal o permanentemente fuera de él.
El segundo de los
planos-secuencia del film encuentra a Paul (El protagonista) en la cocina de su
casa, cancelando el rodaje de esa jornada debido a un dolor de estómago que
podría tener como origen una úlcera o una gastritis. También podría tratarse de
un pequeño embuste a su productora, Magda, quien se revela eventualmente como
un incansable sabueso dispuesto a encontrar pistas que demuestren la
culpabilidad del sospechoso.
Paul pasará gran parte
del día con Alina, con la cual ha comenzado a mantener una relación
sentimental. Una que es el punto de partida, como se verá, de otras mentiras y
verdades a medias, algunas de ellas considerables, la
mayoría microscópica, inducida por el uso del lenguaje o la gestualidad.
Como ocurría en la ópera prima de
Porumboiu, Cae la noche en Bucarest también transcurre durante un intervalo
temporal preciso, en este caso poco más de veinticuatro horas, durante el alto
en el rodaje del film dentro del film. En ese lapso, Paul y Alina conversan,
tienen sexo, ensayan una escena particularmente dura de roer (pero silenciosa,
en las antípodas del histrionismo), almuerzan y cenan, fuman, andan en auto,
discuten.
Porumboiu es
uno de los grandes cineastas rumanos y un obvio referente cuando se habla de la
renovación del cine de su país. Con Cae la noche en Bucarest (cuyo enigmático
título alternativo, Metabolismo, ha sido eliminado para el estreno local.
Cae la noche en Bucarest puede ser vista como una comedia diminuta y delicada, en la
que la circulación del dúo central y un puñado de personajes secundarios acaba
construyendo un sutil entramado de voces, rostros, ideas y sensaciones. En él,
el humor está agazapado, a la espera, ajeno a usos y costumbres.
No hay un gran “tema” en la película, no hay
situaciones fuera de lo común. Mucho menos un “conflicto” según los manuales
del buen guionista profesional. Apenas un retrato de seres y cosas, un
muestrario de momentos y situaciones. Eso le alcanza y sobra a Porumboiu para
construir una película de enorme sofisticación, elegancia y sutileza.
Marta Romero
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