EDITORIAL AL Nº 317 NOVIEMBRE 2021
Describe la leyenda mitológica que tras haber
robado el titán Prometeo el fuego de los dioses para regalarlo a los hombres y
el castigo que Zeus le impuso por tamaña osadía, su hermano Epimeteo recibió
como regalo de los Olímpicos una compañera: Pandora. Ésta fue
dotada con todos los encantos que los dioses podían proporcionarle: Afrodita le
dio la belleza, Hermes la elocuencia, Atenea la sabiduría, Apolo la música...
Cuando
Pandora se presentó ante Epimeteo, lo hizo acompañada de otro regalo de Zeus:
una caja cerrada, que bajo ningún concepto debía ser abierta. Epimeteo,
deslumbrado ante su gracia y belleza, ignoró la promesa hecha a su hermano de
no aceptar jamás regalo alguno de los dioses olímpicos, pues eran astutos y
traicioneros, y la aceptó como compañera, aceptando al mismo tiempo la
caja que la acompañaba, que escondió bajo llave en lugar seguro...
Pero la
curiosidad pudo con Pandora, y un día que Epimeteo dormía le robó la llave y la
abrió para espiar su contenido. Al levantar la tapa, grande fue su desilusión
al encontrarla vacía, pero era porque en ese mismo momento escaparon de ella
todas las desgracias y males que podían afectar al hombre y se extendieron por
el mundo: enfermedades, sufrimiento, guerras, hambre, envidia, ira... Más
todavía, le dio tiempo a vislumbrar en el fondo
de la caja algo que aún no había escapado, y corriendo la cerró. Lo que pudo conservar en el fondo de la caja fue la Esperanza, que no
consiguió escapar.
Los tiempos transcurrieron… la caja se transformó
en un gran cofre en el que se multiplicaron los males, la leyenda de Pandora se transformó en realidad; y se añadieron nuevas
calamidades, que fueron creando los descendientes de aquellos hombres y que se expandieron por el mundo. A todo esto, la humilde esperanza se mantuvo oculta. Mientras
unos la disfrutaban, otros la carecían, nació así un nuevo concepto de la
realidad: la injusticia.
Superada la esclavitud, sobrevino la del
feudalismo, y finalmente la del capitalismo, que con el nombre de “liberalismo” perdura en
nuestros días. El
laissez faire, expresión francesa de “dejar
hacer” de la mano de Adam Smith, con una completa libertad en la economía: libre
mercado, bajos o nulos impuestos, bajos salarios y mínima intervención de los gobiernos.
Se trata de una mano invisible –“egoísmos
responsables”– que lo guía todo.
Más tarde, el liberalismo se transforma en
neoliberalismo, “una variante política y
económica que tiende a reducir al mínimo la intervención del Estado” –más de lo mismo–, cuyos “pilares básicos incluyen privatizaciones y
desregulación” (desandar los pocos o nulos
controles).
Pero sobrevendrán nuevos males en aquella
“mitológica caja”, entrarán en escena los
denominados “paraísos fiscales”, sitios a los que no llegan siquiera las leyes de los países más
o menos organizados.
Así nos familiarizamos con términos como: “fuga
de capitales” y “blanqueo de los fugados”y en
los últimos tiempos la filtración de documentos en los “Panamá Papers” y “Pandora Papers”.
En ellos se incorporan nuevos evasores, entre los
que se encuentran presidentes, como Sebastián
Piñera en Chile, Guillermo Lazo en Ecuador, y en Argentina,
un hermano y la madre de Mauricio Macri, entre muchísimos más, con sus lobbies
de presión mediática.
A éstos, aparte de evadir y blanquear, no les gusta
que los controlen, que los regulen, de allí la oposición a leyes como las de:
“etiquetados”, “góndolas”, “precios cuidados”, son aquellos los que financian
las campañas políticas de las derechas: Pro- Cambiemos y compañía, manipulando a legisladores con ilegales
dádivas.
Mientras,
los precios descontrolados encontraron la horma de su zapato: ¡¡¡albricias, llegó
el congelamiento!!! y los males de
Pandora: a los gritos. El mismísimo Papa Francisco pidió por un salario mínimo
universal, la reducción del horario de labor, reclamó
a los poderosos del planeta que trabajen por un mundo más justo, solidario y
fraterno, la cancelación de la deuda de los países pobres, la prohibición de
las armas, el fin de las agresiones y las sanciones y la liberalización de las
patentes para que todo el mundo tenga acceso a las vacunas, para que cada persona en este mundo pueda acceder a
los más elementales bienes de la vida.
¿Y la esperanza?, escondidita en el fondo de
aquella cajita espera una oportunidad, ¿la tendrá?
Y: colorín colorado, la leyenda continúa…
Hasta la próxima
RESPALDAR FIRMEMENTE EL CONGELAMIENTO DE PRECIOS, Y SI ES NECESARIO, APLICAR LA LEY 20.680 DE ABASTECIMIENTO, QUE ESTABLECE SEVERAS SANCIONES A LOS INFRACTORES
No hay comentarios:
Publicar un comentario